Este miércoles tuvo lugar la séptima Jornada de lanzamiento del Plan Estratégico de Melilla 2029 con la intervención de Ignacio Cembrero, periodista, actualmente en el Confidencial y corresponsal en Marruecos durante muchos años; Marcos R. Pérez González, Doctor en Relaciones Internacionales y colaborador de MELILLA HOY; y Miguel Ángel Pérez Castro, Doctor en Economía Aplicada y profesor de la Universidad de Granada, bajo el título de Proceso de desarrollo económico en el entorno fronterizo de Melilla.
Ignacio Cembrero, que ha iniciado su exposición recordando al fallecido Rey Hassan II, quien “en todos los discursos del trono y encuentros con autoridades españolas” siempre reivindicó Ceuta y Melilla”; si bien, ha dicho Cembrero, “no quería nada con los rifeños e incluso tenía ciertas reticencias con Tánger, que solo visitó una vez”.
Por el contrario, ha indicado que su hijo, el actual Rey Mohamed VI, es diferente: “veranea habitualmente en el entorno geográfico de Ceuta, visita Alhucemas y ha promovido el puerto internacional de Tánger, así como fábricas y la llegada de algunas multinacionales”.
En cuanto a la provincia de Nador, el periodista ha manifestado que a partir de finales de la primera década de 2000, Mohamed VI ha promovido el puerto de WET-MED; la prolongación del tren; ahora la autopista; los proyectos turísticos en Saidía y el Atalayón; y la Ciudad de los Oficios y Capacitaciones, un Centro de formación ocupacional para 3.000 alumnos y 74 oficios, los más punteros.
“Toda la planificación del desarrollo en Marruecos está hecha sin tener en cuenta ni a Ceuta ni a Melilla, sino más bien en contra de estas” ha destacado Ignacio Cembrero.
Al respecto, ha aseverado que “desde hace unos años, está adoptando unilateralmente medidas para restringir o impedir el comercio entre Ceuta y su entorno, las cuales, a los pocos meses son trasladas a la frontera de Melilla”. De este modo, ha rememorado que el 31 de julio de 2018 Marruecos “cerró unilateralmente, después de un siglo y medio de funcionamiento, la frontera comercial de Melilla, imposibilitando el tránsito de las exportaciones regulares documentadas hacia Marruecos a partir de ese momento”. Poco después, ha añadido, en Ceuta se imposibilitó el comercio atípico “y en Melilla empezaron, poco a poco, las restricciones arbitrarias por parte de Marruecos”. Cembrero ha señalado que “indudablemente, el plan con respecto al “comercio atípico” es acabar con él definitivamente. Es decir: hay que hacerse a la idea de que no va a volver en las circunstancias actuales y con la postura que está adoptando el gobierno español”.
A su juicio, las restricciones en Melilla van más “lentas” porque es el Rif, y “su población es más levantisca”. Además, ha proseguido, “existen menos alternativas económicas, pero la tendencia es la misma”.
No obstante lo anterior, duda si el cierre del comercio atípico Marruecos va a poder mantenerlo en el tiempo, puesto que el país vive una fuerte crisis económica derivada de la pandemia y en Marruecos no hay, a diferencia de España, “colchones” para sostener el bienestar de la población (ERTEs, subsidios, protección, etc.). Además, ha resaltado que “la economía ha sido arrasada, porque depende mucho del sector turístico y los puestos de trabajo indirectos que este genera”.
En cuanto al desarrollo de estas jornadas, ha hecho las siguientes consideraciones: “Cuando Ceuta reivindicaba, incluso con acuerdo unánime de su Asamblea, la entrada en la Unión Europea se produjo una visita del ministro popular Méndez de Vigo para “desaconsejar” a las autoridades ceutíes esa pretensión”. En este sentido, Cembrero se ha posicionado abiertamente “a favor de la entrada de Melilla (y Ceuta) en la Unión Aduanera, para reforzar el estatus político de la ciudad y disminuir los problemas que debe gestionar España”.
Por su parte, Marcos R. Pérez González ha realizado una presentación, en la que ha analizado las relaciones entre España y Marruecos en el período comprendido entre 1982 y 1996, y ha diagnosticado que existe un “conflicto multidimensional” entre ambos países, fundamentado en la reivindicación de Ceuta y Melilla, la situación del Sáhara Occidental; las relaciones económicas mutuas; la inmigración irregular; y una diferente concepción geopolítica sobre la región.
También ha analizado las bases de la acción política de Marruecos hacia España, buscando el apoyo de esta última a sus reivindicaciones sobre el Sáhara, a sus relaciones privilegiadas con la Unión Europea; a la legitimidad del sistema político y democracia; y al papel regional de Marruecos como potencia estabilizadora en el Norte de África.
Además, ha apuntado que Marruecos se caracteriza por no reconocer los tratados bilaterales con España, ni la frontera con España en Melilla, ni el estatus político-administrativo de la Ciudad Autónoma de Melilla (y Ceuta); y por considerar que ambas ciudades son causa de problemas económicos para el país. Pérez ha señalado que aunque Marruecos está tratando de borrar el rastro de la lengua y cultura española en el entorno de Guelaya, “existe mucho interés en la población en el aprendizaje del español y de la cultura española”.
En el turno de preguntas, Cembrero se ha mostrado contrario a la idea que ha prendido en Ceuta de exigir visado previo para acceder a la ciudad, porque cree que la perjudicaría económicamente. Por su parte, Marcos Pérez ha propugnado la creación de un visado especial para marroquíes con una cierta relación previa con España.
