La falta de sintonía entre el que fuera Comandante General de Melilla Francisco Fernández Sánchez y el entonces Jefe de la Fuerza Terrestre, el teniente general Pedro Pitarch, sustituto de José Mena, cesado por mostrarse en contra del Estatuto de Cataluña, pudo estar aquel mes de marzo de 2006 detrás de un cambio forzoso, que sorprendió a los militares en Melilla debido a que el general Francisco Fernández Sánchez, en esos momentos con 60 años de edad, todavía no había cumplido su mandato en la Ciudad Autónoma. Se daba la circunstancia además de que, según pudo saber este Diario, el Comandante General pidió su pase a la situación de reserva una semana antes, petición que no le fue aceptada, optando sus superiores por destituirle antes que aceptar su renuncia como Comandante General. Según las citadas fuentes, el Ministerio de Defensa quería que el caso del capitán Roberto G. Calderón sirviera de "ejemplo y escarmiento" para el resto de los militares, después de que fuera sancionado inicialmente por el coronel del Tercio por una "falta leve" que le supuso catorce días de arresto domiciliario y su cese como jefe de una compañía de la I Bandera de la Legión, tras publicar una carta en MELILLA HOY en la que expresaba el "malestar" existente en el Ejército por el Estatuto de Cataluña. Ante la negativa del ahora ex Comandante General de Melilla, Francisco Fernández Sánchez, de atender las peticiones del teniente general Pedro Pitarch de imponer un castigo más severo al oficial de la Legión, que le hubiera supuesto prácticamente su salida forzosa de las FAS, se ha llegado a una situación en la que el Gobierno, atendiendo la petición de Pitarch, ha cesado a Sánchez.
