Que doce de los trece directores de colegios de Educación Infantil y Primaria de Melilla hayan firmado un escrito conjunto de queja hacia la Consejería de Educación de la Ciudad Autónoma, algo que hace años que no sucedía, debe hacer recapacitar a su titular, Elena Fernández Treviño, y admitir que algo está fallando. Además, tratándose de una integrante del PSOE, que se supone está a favor de la “Escuela Pública y de Calidad”, como proclaman cada vez que hay unas elecciones, llama aún más la atención.
Según el escrito al que ha tenido acceso MELILLA HOY, doce directores denuncian el agravio comparativo que sufren sus centros frente a los concertados de la ciudad, al recibir estos el triple de inversión para mantenimiento, obras Covid y sustitución y reposición de movilización.
Los colegios de Educación Infantil y Primaria (CEIP) firmantes de la carta de queja a Elena Fernández Treviño son Mediterráneo, España, Gabriel de Morales, León Solá, Constitución, Velázquez, Pintor Eduardo Morillas, Anselmo Pardo, Hipódromo, Real y Pedro de Estopiñán.
Todos ellos han subrayado que “una enseñanza pública y gratuita es condición necesaria para que la Educación siga siendo un derecho garantizado por y para la comunidad social, a través de su financiación pública, por lo que nos consideramos sujetos de un agravio comparativo y solicitamos que se nos equipare en cuantía de ayudas a los centros concertados de nuestra ciudad”.
Elena Fernández debería atender esta petición porque es de justicia: que se destine más dinero a colegios como La Salle Buen, Buen Consejo y Enrique Soler nos parece bien, pero nos parecería mucho mejor que la misma cantidad fuese también a los colegios públicos de Melilla. Una situación, la actual, que resulta realmente inconcebible y además viniendo de una consejera socialista. Rectificar es de sabios.
