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El Instituto de Seguridad y Cultura lo explica en un amplio informe

Por qué Melilla y Ceuta no forman parte del denominado Espacio Schengen

El coronel Antonio Sierras, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Melilla, participó en el acto del Instituto de Seguridad y Cultura sobre Ceuta y Melilla, frontera terrestre de España y de la Unión Europea en África

El Instituto de Seguridad y Cultura presentó el pasado jueves en Madrid el informe ‘Ceuta y Melilla, frontera terrestre de España y de la Unión Europea en África’, en el que se recoge por qué las dos Ciudades Autónomas no forman parte del denominado Espacio Schengen. Dicho informe ha contando con la participación de Romualdo Bermejo, catedrático de Derecho Internacional Público; el coronel Antonio Sierras, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Melilla, y Enrique Ávila, politólogo y sociólogo, secretario del Centro Universitario de la UNED de Ceuta. El informe recuerda por qué las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla no forman parte del denominado Espacio Schengen, al introducir España “una excepción en relación con estas plazas cuando se adhirió a dicho convenio”, relativo a la supresión gradual de los controles en las fronteras comunes. “En aquel entonces, ese convenio era extracomunitario y fue concluido por los precitados Estados comunitarios, pero no por todos, aunque después se haya comunitarizado. España se adhirió el 19 de junio de 1990”.

Convenio de Schengen
El convenio de Schengen tiene como función la supresión de los controles en las fronteras comunes, tal y como recoge el artículo 2.1, cuyo tenor es el siguiente: “Las fronteras interiores podrán cruzarse en cualquier lugar sin que se realice control alguno de las personas”.
Esta regla general tiene sin embargo una excepción, prevista en el artículo 2.2, según la cual, cuando lo exija el orden público o la seguridad nacional, una parte contratante podrá decidir, previa consulta a las demás partes contratantes, que se efectúen en las fronteras interiores y durante un período limitado controles nacionales adaptados a la situación”. Además, si el orden público o la seguridad nacional exigieran una acción inmediata, “la parte contratante de que se trata adoptará las medidas necesarias e informará de ello lo antes posible a las demás partes contratantes”.

Declaraciones de España
La cuestión con Ceuta y Melilla es que cuando España se adhiere al Convenio de ‘Aplicación’ del Acuerdo de Schengen, hace una serie de declaraciones y en la primera, cuyo título es “Declaración relativa a las ciudades de Ceuta y Melilla”.
De este modo, el apartado A informa que seguirán aplicándose por parte de España los controles actualmente existentes “para mercancías y viajeros procedentes de Ceuta y Melilla previos a su introducción en el territorio aduanero de la Comunidad Económica Europea”, mientras que el apartado B detalla que continuará igualmente aplicándose el régimen específico de “exención de visado en materia de pequeño tráfico fronterizo entre Ceuta y Melilla, y las provincias marroquíes de Tetuán y Nador”.
Por su parte, el apartado C explica que los nacionales marroquíes no residentes en las provincias de Tetuán y Nador y que deseen entrar exclusivamente en las ciudades de Ceuta y Melilla “se les seguirá aplicando un régimen de exigencia de visado”. La validez de este visado “será limitado a las dos ciudades citadas y permitirá múltiples entradas y salidas (visado limitado múltiple)”.
Por otro lado, el apartado D indica que los intereses de las otras partes contratantes “serán tomados en cuenta” y el E señala que España “mantendrá controles de identidad y de documentos en las conexiones marítimas y aéreas, con el fin de verificar si los pasajeros siguen cumpliendo las condiciones enumeradas en el artículo 5 del Convenio de 1990”, en virtud de las cuales fueron autorizados a entrar en territorio nacional en el momento del control de pasaportes en la frontera exterior. “Y con este mismo fin, España mantendrá también controles sobre los vuelos interiores y sobre las conexiones regulares por transbordador que salgan de Ceuta y Melilla con destino a otro Estado parte del convenio”.

Marruecos cerró las fronteras con Ceuta y Melilla
El informe resalta, en torno a estas disposiciones, que lo primero que conviene señalar “es que son engañosas”, debido precisamente a la situación fáctica existente en la zona, “pero que han sido las más transitadas de África con cerca de 25 millones de personas que las atravesaban por año”. De igual modo, “si decimos que han sido, y no que son, es porque el 13 de marzo de 2020 las autoridades marroquíes decidieron cerrar las fronteras con Ceuta y Melilla hasta el otoño de 2020, decisión que no fue comunicada oficialmente a España al no reconocer la soberanía sobre ambas plazas”.
También se suspendieron todos los vuelos entre ambos países, incluidos los que enlazan Canarias con Marruecos, así como el tráfico marítimo desde la Península, salvo los de mercancías. “Las razones dadas por Marruecos han sido protegerse del coronavirus; también los suspendió con Italia, e incluso con Argelia; pero los mantuvo, sin embargo, con Francia”, asegura dicho documento, aunque los efectos de la medida son evidentes, sobre todo en Melilla, pues el denominado “contrabando” de mercancías “era un elemento neurálgico para la economía de la zona marroquí”, aunque en Ceuta sus efectos son mucho menores, pues Marruecos “ya puso fin al contrabando” con esta plaza el 7 de octubre de 2019, sumiendo así en una especie de crisis a la zona de Tetuán”.

Relaciones comeciales
Dadas estas circunstancias, y la complejidad que encierran las relaciones comerciales con Marruecos, “se han levantado voces, como la de Juan Jesús Vivas, presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, que reclaman la apertura de las sendas de su incorporación al Espacio Schengen”. Esta idea “no está exenta de dificultades dadas las características de la zona, tanto políticas como económicas y sociales, como bien ya se apuntó en su momento; razones que llevaron a España a excluirlas por no molestar a Marruecos”.

Delegada del Gobierno
Según detalla también dicho informe, todo esto implicaría convencer al Gobierno Central para dar dicho paso, “cosa que en la actualidad, casi con toda seguridad, no se hará”. Buena prueba de ello “es la actitud que adoptó la delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh, restando importancia al cierre de las fronteras de Melilla en marzo pasado por parte de Marruecos”.
Sin embargo, con el cierre de fronteras por parte de Marruecos y las restricciones burocráticas y de otra índole que está adoptando el país vecino, “habría que dejar por lo menos la cuestión abierta y ver si las relaciones fronterizas mejoran”. De no ser el caso, la situación “debería ser examinada con rigor y a la luz de todas las circunstancias pertinentes, con el fin de impedir que Marruecos las asfixie sin más y sin ninguna otra contrapartida”.
En este sentido, hay que recordar que siempre se ha dicho que unas fronteras reconocidas y seguras “constituyen un elemento de estabilidad y de buena vecindad entre los estados”, pero cuando esto no ocurre, “hay desconfianza entre las partes y cualquier incidente puede dar lugar a una crisis de mayor dimensión”.

Conflictos froterizos
De cualquier modo, esto se comprueba fácilmente a nivel internacional, “en donde persisten conflictos fronterizos, como es el caso en varios países africanos y latinoamericanos, sin olvidar los límites en el conflicto israelo-palestino. “Desde esta perspectiva, las plazas de Ceuta y Melilla presentan unas connotaciones especiales en fronteras terrestres, particularidades que no son solo territoriales, sino también económicas y sociales, y el caso de la inmigración es una de ellas”.
Esto requiere una estrecha colaboración entre las partes, “ya que si surgen la desconfianza y los actos unilaterales, el marco jurídico de amistad y de cooperación se derrumbará”.
No hay que olvidar tampoco a la numerosa comunidad marroquí asentada en suelo español desde hace bastantes décadas; pero, para que todo este marco de cooperación siga adelante, las fronteras deben ser reconocidas y respetadas, al constituir los elementos básicos de un respeto mutuo. “Tampoco hay que olvidar que son fronteras exteriores de la Unión Europea, pero son de la Unión por ser españolas, con todo lo que esto implica en muchos ámbitos”.
Por lo tanto, “hay que dejarse de aventuras y mantener unas buenas relaciones de amistad y cooperación, lo que será beneficioso para ambas partes”.

Reclamación de Marruecos sobre Melilla y Ceuta
Y es que es evidente que la reclamación que hace Marruecos “para reivindicar a estas dos ciudades es pura y simplemente política, al carecer de títulos legales”, aunque Marruecos debería reconocer que “nadie reivindica nada si no es suyo, y por eso no tiene mucho sentido esa actitud de no reconocer nada, esperando algún momento débil del vecino, sobre todo cuando se mantienen relaciones diplomáticas y políticas cordiales”, concluye el Instituto de Seguridad y Cultura en su Informe ‘Ceuta y Melilla, frontera terrestre de España y de la Unión Europea en África’.

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Antonio Calderay

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