Una vez más, vemos la estrategia del “y tú más” que no lleva a nada productivo, salvo a bajar al barro político, que es lo que menos necesitamos en unos tiempos como estos. Una postura, por cierto, antinatura del cambio prometido por los actuales gobernantes A menudo parece que, más que el gobierno del cambio, este sea el gobierno de la venganza, porque sus diferentes integrantes, especialmente los que Coalición por Melilla, responden a cada crítica que reciben de la oposición abriendo el cajón de los reproches. O amenazando con hacerlo, como hizo Hassan Mohatar esta misma semana en el pleno de la Asamblea. “Si me sigue hablando de enchufados, tendré que sacar un listado en el segundo turno de familiares directos que están trabajando en consejerías, o de la silla gamer de Presidencia o la pluma con la que firmó el rey”, fue la respuesta del consejero de Medio Ambiente a la bancada del PP cuando esta acusaba al Gobierno de proponer cambios en los contratos de limpieza y jardinería con el único objetivo de meter a cerca de 150 trabajadores “a dedo” en las plantillas de estos servicios municipales.
No es la primera vez que consejeros de Coalición por Melilla, y también el único de Cs, aluden a esa pluma, a esa silla gamer o a otras supuestas irregularidades que achacan al anterior gobierno del PP. Lo llamativo es que no acudan a denunciar a los tribunales si creen que se ha infringido la ley para que sean los jueces quienes digan si realmente ha habido delitos. En cambio, esta forma de proceder suena más a una bala en la recámara y a la estrategia del ventilador para defenderse salpicando. De lo contrario, Hassan Mohatar no habría hecho esa afirmación amenazante, entre comillas, para intentar buscar el silencio del adversario. “Si sigues por esa línea, sacaré el listadillo que tengo por aquí”.
No parece coherente esta postura en un partido que, en sus años de oposición, que han sido la mayoría de su existencia, nunca se ha quedado quieto ante la más mínima sospecha de irregularidad. Ahí tenemos un buen número de denuncias, algunas de las cuales han sido archivadas, como ha sucedido recientemente con el famoso vídeo grabado con cámara oculta en la sede del PP al hijo del presidente del partido. Coalición por Melilla acudió tanto a la Policía como a la Guardia Civil para presentar denuncia en cuanto se filtró el vídeo, al considerar que podrían haberse dado irregularidades. Y lo mismo hizo en otros casos.
Por lo tanto, no se entiende que ahora que está en el gobierno se dedique más a la denuncia pública mediante declaraciones que a las reales en los tribunales si tiene acceso a las supuestas pruebas de lo que denuncia ante los micrófonos. Porque, que se sepa, hasta ahora solo ha denunciado ante la Fiscalía el supuesto delito urbanístico del que acusa a Miguel Marín en sus tiempos de consejero de Fomento, no en la legislatura anterior, sino en la otra, porque según el actual responsable del área afirma que construyó una rotonda en zona verde en 2012. Hace casi una década. Casi nada.
Una vez más, vemos la estrategia del “y tú más” que no lleva a nada productivo, salvo a bajar al barro político, que es lo que menos necesitamos en unos tiempos como estos. Una postura, por cierto, antinatura del cambio prometido por los actuales gobernantes.
