Llama poderosamente la atención que el gobierno vea bien ahora que solo se dé apenas 10 días para debatirlos cuando, estando en la oposición, se quejaba de que el gobierno del PP, que solía hacer coincidir la entrega del anteproyecto con el puente de la Constitución, solo les daba tres semanas. Era la queja de todos los años en las filas de Coalición por Melilla y el Partido Socialista Melilla terminará el año con unos nuevos presupuestos, que desde ya se pueden calificar como históricos. No hay más que ver el gran salto cuantitativo que representan si se comparan con los de 2020, actualmente vigentes. La subida es de más de 36 millones de euros, lo que eleva hasta más allá de 327 millones de euros su montante total. Conocer de dónde salía ese aumento era casi un misterio, sobre todo sabiendo que este año las arcas públicas han recaudado bastante menos de lo previsto por el cierre de la frontera, situación que muy probablemente se extenderá aún durante varios meses más al vislumbrarse una tercera ola.
El Gobierno local ha desvelado que gran parte de ese incremento vendrá de préstamos bancarios que se pedirán para hacer inversiones, una de sus apuestas para la recuperación económica por lo que supone en cuanto a la generación de empleo y el movimiento de la economía. Eso, lógicamente, tendrá como consecuencia un mayor gasto público en intereses, algo que la Ciudad Autónoma ya ha tenido en cuenta con un aumento de la carga financiera que, en cualquier caso, se sitúa lejos del límite máximo permitido por la ley.
El tiempo dirá si estos presupuestos son o no un acierto. La evolución de la situación en Melilla, marcada de forma inevitable por la pandemia, será la que lo determine, al margen de valoraciones políticas más o menos ajustadas a la realidad.
Pero lo que sí está claro ya es que estos presupuestos llegan tarde y tendrán poco debate. Menos de lo que exigían los partidos que ahora gobiernan cuando estaban en la oposición. Es el segundo año que esto sucede, siendo los segundos presupuestos del gobierno del cambio. Nadie duda de que la pandemia ha podido influir en esta tardanza, pues la Consejería de Hacienda ha tenido más trabajo que atender en los últimos meses, además de la propia elaboración de los presupuestos, por las ayudas del Covid.
Sin embargo, llama poderosamente la atención que el gobierno vea bien ahora que solo se dé apenas 10 días para debatirlos cuando, estando en la oposición, se quejaba de que el gobierno del PP, que solía hacer coincidir la entrega del anteproyecto con el puente de la Constitución, solo les daba tres semanas. Era la queja de todos los años en las filas de Coalición por Melilla y el Partido Socialista: los presupuestos llegan tarde y hay poco tiempo para el debate. Hubo un año, en 2007, que estos dos partidos se ausentaron del pleno como protesta. Y ojo, los presupuestos de 2008 fueron al pleno para su debate el 30 de noviembre. Los que fueron presentados ayer lo harán un mes después, el 29 de diciembre. Y los de 2020, los primeros del cambio, fueron aprobados a finales de febrero.
Fechas ambas que están fuera del plazo que marca la ley, que era otro de los argumentos constantes de ambas formaciones desde la oposición. Hoy, en el sillón, ya no se quejan de ello y van más allá incluso, pues para la consejera de Hacienda, que solo se den 10 días para su debate es tiempo suficiente y eso “depende del compromiso de los distintos grupos políticos”.
Para reforzar esa idea, dijo que en Ceuta, que gobierna el PP, solo ha hecho falta una comisión. La postura no solo es incoherente por ser totalmente distinta a la que mantenía en la oposición, sino también porque ve bien lo que hace su adversario en Ceuta, que es bastante menos de lo que hacía su adversario en Melilla en los últimos años y de lo que se quejaban, con cierta razón, porque no se cumplían los plazos legales que exigían para otros y se saltan para ellos.
La conclusión que podemos sacar es que, si según el tripartito 10 días para debatir es suficiente, “en función del compromiso de los grupos”, y los 20 días que solía haber en los años de gobierno del PP les parecían insuficientes desde la oposición, ese “compromiso” que ahora exigen desde el gobierno no lo tenían en la oposición.
