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El precio de las uvas de la suerte varía entre el 1,19 euros de las latas y los 3 euros el kilo de la uva de mesa a granel

La tradición de las doce uvas, una costumbre a importar

Con no pocas ganas de dejar atrás este 2020 marcado por la pandemia, los melillenses daremos la bienvenida al 2021 como marca la tradición, tomando las doce uvas de la suerte, una por cada campanada que resuene en el reloj de la Puerta del Sol en Madrid. En esta ocasión y con el cierre fronterizo desde marzo, el precio de la uva de mesa ha experimentado un ligero incremento y podemos encontrar latas a 1,19 euros y el kilo de uvas a casi tres euros, frente a los dos euros del pasado mes de diciembre. Con ocasión de las fiestas navideñas los mercados y fruterías de la ciudad han hecho buen acopio de este estimado compañero de fatigas de la Nochevieja española, y los precios, según clientes y vendedores, no difieren en exceso de los del resto del año. Lo cierto es que en algunos establecimientos podía adquirirse ayer el kilo de uva de mesa al precio de 2,99 el kilo o a 3,25 euros, frente a los 2 euros y 2,60 euros del pasado año. En otros esta
En cuanto a las uvas enlatadas, los precios son similares a los de otros años, rodando el euro o superándolo en un par de céntimos. Así es fácil encontrar latas a 1,10 euros o a 1,20 euros e incluso el pack de tres a 3,55 euros. Las familias, según su economía serán las que decidan y ya se sabe que a falta de uvas, hay quienes incluso recurren a las pasas, a gominolas o incluso a las aceitunas con anchoas. Lo cierto es que no hay que dejarlo todo para última hora, máxime cuando hoy los comercios cerrarán muy temprano.

Historia
En cuanto a cómo tomar las uvas, la libertad es total, ya que hay quien le quita las pepitas y la piel. El objetivo de todo esto es tomar las uvas evitando atragantarse. La implantación de la costumbre de tomar las doce uvas, que nació en nuestro país y va poco a poco exportándose a otros, no se debe a motivos religiosos o culturales, sino más bien a meros intereses económicos. En la Nochevieja de 1909, los viticultores, en un esfuerzo desesperado de imaginación, consiguieron desembarazarse del excedente de aquella temporada inventando el rito de tomar las uvas de la suerte en la última noche del año. Aquella moda pronto se extendió por todo el país. El sentir generalizado es que comerse las doce uvas a medida que van sonando las campanadas de medianoche es una manera de empezar el nuevo año con buena suerte.

Tradiciones
Como cada año, 28 segundos antes de las doce de la noche del 31, la bola de latón del reloj del edificio principal de la Puerta del Sol descenderá por su propio peso, dando paso al típico repiqueteo anunciador de que el año 2020 está a punto de terminar. Luego sonarán los cuatro cuartos y después las 12 campanadas, con un intervalo de tres segundos entre una y otra, tiempo suficiente para ir tomando una a una las doce uvas de la suerte.

Alrededor de esta tradición de las 12 uvas de la suerte ha surgido toda una serie de rituales cada vez más complejos y en cierta medida absurdos que, tenga o no tenga lógica o sentido, sin lugar a dudas, es divertido. Así hay quien recomienda utilizar ropa interior amarilla porque trae mucha prosperidad, o de color roja porque permitirá encontrar el amor ideal. Si la ropa interior se usa al revés, se tendrá mucha ropa nueva. También hay quien apunta que la ropa interior roja tiene que ser regalada, porque el rojo es un color que representa el amor. Desde MELILLA HOY deseamos a todos los melillenses un feliz y emocionante 2021.

El reloj de la Puerta del Sol, preparado para la primera Nochevieja sin celebraciones en la calle
El reloj de la Puerta del Sol está preparado para la Nochevieja y aunque las campanadas sonarán cuando sean las doce de la noche, por primera vez en la historia, no habrá nadie en la Puerta del Sol, ya que la Comunidad de Madrid ha prohibido las celebraciones y festejos durante las campanadas en plazas o vías públicas de toda la ciudad.

En declaraciones a Europa Press Televisión, uno de los relojeros de la Puerta del Sol, Jesús López Terradas, ha señalado que "este año sólo queda aceptarlo", y que pese a que le gusta el "jaleo" y la "alegría" que se vive todos los años, "nadie tiene la culpa de lo que está pasando".

Jesús, que lleva desde el año 1996 a cargo del mítico reloj, ha explicado que, en lo que se refiere a la preparación, la única diferencia, en relación con otros años, es el sonido. "Otros años hay que prepararlo todo para que se escuche bien en la plaza, pero este año no hay que hacer nada de eso", ha señalado.

Además, desde el punto de vista mecánico, el reloj "se prepara exactamente igual que cualquier otra fecha", ya que "tiene que andar bien todos los días del año" y aunque antes del 31 de diciembre la precaución es mayor, el mantenimiento es "continuo".

En este sentido y para garantizar que todo salga bien, tanto Jesús López, como los otros dos relojeros que se encargan del mantenimiento, vivirán, como cada año, la Nochevieja junto al reloj. "Tenemos que estar aquí porque si ocurre alguna cosa no prevista hay que corregirla, hay 47 millones de personas mirando la televisión y no podemos estar en casa comiendo las uvas", ha concluido López.

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J.A.M

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