Soy un convencido de que la historia se repite, para bien o para mal, y por ello el conocer la historia de la humanidad nos ayudará a comprender-y porqué no, a prever-el futuro, qué pena me da ver que las nuevas generaciones cada vez la conocen menos; por eso no puedo dejar de buscar en la historia un referente a nuestro presente, y sin duda el personaje homérico de Odiseo-en latino, Ulises-, en sus aventuras durante su retorno a Ítaca, encarna perfectamente las odiseas a afrontar para el nuevo año, en el mundo, en España y en Melilla.
Entre otras, España comparte con el mundo-con carácter de urgencia vital-, el lograr la inmunidad de rebaño, porque sólo cuando en el mundo exista una protección estimable ante el virus, se podrá hablar de normalidad; mientras deberemos conformarnos con lograrla a nivel nacional y/o europeo, lo que no ocurrirá hasta bien avanzado el presente año, y siendo realistas firmo que sea en el próximo otoño, con el objetivo de que las próximas navidades podamos vivirlas con normalidad. Mientras ello llega, deberemos de vivir en burbujas de ámbito nacional y europeo, y espero que a quienes les corresponda, tengan la mente clara y el pulso firme para hacerlo.
Así mismo deberemos de asistir, a la odisea moral de las familias que perdieron seres queridos durante la crisis sanitaria-por el COVID o por sus efectos sobre la asistencia sanitaria-, y cuya cifra real aún por desgracia no está cerrada. Espero que cuando ello suceda, se les ofrezca a todas esas familias el Duelo Nacional que se merecen (con permiso del gobierno, claro).
En esta vertiente de los retos a afrontar, se halla el dotar a la sanidad pública de los recursos prometidos, para ello los presupuestos de 2021 recogen un aumento extraordinario para Sanidad, pasando de 327 a 3108 millones de euros; suena bien la música, pero será la letra la que dicte el resultado, porque si ese aumento no repercute de una vez por todas, en medidas estructurales en plantillas, y en concreto en la Atención Primaria, sería hacer pan con unas tortas (los fondos europeos).
Muy dura también, para los millones de españoles afectados por los ERTEs y los EREs, será afrontar el reto de no caer en el paro-si la política del gobierno lo logra-, al ser víctimas de la dura recesión económica; lamentablemente soy poco optimista sobre ello, ya que el gobierno de España es actualmente preso de una política socioeconómica, que basada en el clientelismo y la dependencia social-propios de un desviado manual leninista-, prima la apariencia sobre la esencia, en base al eje principal en su acción de gobierno: el marketing. Nuestra última esperanza, una vez más en los últimos años, serán los principios prioritarios-y su tutela por los órganos europeos-, para una aplicación racional de los fondos europeos de recuperación.
Finalmente, las odiseas a culminar que reflejarán los melillenses en su carta, siguen un parecido índice al anterior, así la adecuada gestión de la cuestión sanitaria es lógicamente imprescindible, y se pide que las decisiones para ello sean presididas por criterios técnicos solventes y el sentido común.
Y en la vertiente socioeconómica, prima el poner las bases para un modelo económico desligado de la voluntad de Marruecos -el vecino interesado del sur-, al que habrá que instar a que manifieste claramente y con hechos, su voluntad de ser ese tradicional buen vecino -de España y de Europa-; entre aquellas, hoy es vital para Melilla el refuerzo de lo público (en inversiones y personal), siendo claro que nuestro norte en dicho objetivo es Europa, y sólo ella logrará que Melilla sea puerta de entrada o salida, tanto a Marruecos como a Europa. Hasta entonces habrá que estar muy atentos, y preocupados, por la Melilla que el actual gobierno de coalición deje para el futuro.
FRASE:
Y en la vertiente socioeconómica, prima el poner las bases para un modelo económico desligado de la voluntad de Marruecos -el vecino interesado del sur-, al que habrá que instar a que manifieste claramente y con hechos, su voluntad de ser ese tradicional buen vecino -de España y de Europa-
