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Los tres consejeros que asistieron a la boda del 31-D desoyeron la petición del PP y acudieron presencialmente a la sesión

Un Pleno de Control bronco enfrenta a Gobierno y PP con alusiones familiares, retiradas de la palabra e Imbroda abandonando la sesión

Momento en el que Juan José Imbroda abandona el Pleno como protesta

El Pleno de Control de la Asamblea llegaba este viernes con la polémica por la boda multitudinaria del 31 diciembre de un asesor de la Consejería de Hacienda aún presente y ello se dejó notar, en una sesión bronca entre los partidos del Gobierno de la Ciudad Autónoma -sobre todo CPM y Cs- y el principal partido de la oposición y de la Asamblea, el PP, con alusiones familiares, retiradas de la palabra y con Juan José Imbroda abandonado el salón de plenos después de que la vicepresidenta primera de la asamblea Dunia Almansouri, que dirigía en esos momentos la sesión, le apagara el micrófono cuando intentaba responder al presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, y se dirigía a él como “este individuo”, algo que no quiso consentir la cepemista. Antes de iniciarse la reunión parlamentaria, había curiosidad por quiénes acudirían al pleno, después de que el día anterior Miguel Marín exigiera a los tres consejeros del Gobierno de Melilla que asistieron en Fin de Año a la boda, que se hicieron una prueba PCR para saber sí habían contraído el Covid-19, por temor a haberse contagiado por el supuesto riesgo que corrieron al acudir a una celebración que está dando la vuelta a España por el baile multitudinario sin mascarillas ni distancia de seguridad. Los tres -Dunia Almansouri, Rachid Bussián y Hassán Mohatar- desoyeron la petición del secretario general del PP y no solo acudieron, sino que además dos de ellos tuvieron un gran protagonismo durante toda la jornada.

Este fue el caso principalmente de Almansouri, que, en su papel de vicepresidenta primera de la Asamblea, no dudó en retirar la palabra tanto a miembros de la oposición como de su propio partido.

Ese fue el caso por ejemplo del también cepemista Hassán Mohatar, cuando quiso responder a las acusaciones que le dirigió la diputada del PP Esther Donoso, en relación a las dos subvenciones por valor de más de 6.000 euros que recibió cuando era diputado en la oposición e incluso consejero de la sociedad pública Promesa, que le otorgó una de estas ayudas. Mohatar quiso replicar haciendo alusión al marido de Donoso, momento en el que Almansouri le cortó la intervención, al no ceñirse al motivo de su petición de palabra, como eran las ayudas recibidas o la que firmó para el ex viceconsejero de Medio Ambiente, Francisco Vizcaíno (PSOE), que autoconcedió una subvención para la compra de un coche eléctrico.

Más momentos tensos
El momento más tenso también llegó con Dunia Almansouri en la dirección del pleno cuando impidió que Juan José Imbroda respondiera a unas alusiones personales que recibió por parte de Eduardo de Castro, concretamente la subvención de una ayuda universitaria se le otorgó a su hija cuando gobernaba el PP. Imbroda se refirió en dos ocasiones a De Castro como “este individuo que tenemos por presidente”, desoyendo la petición de Almansouri de no usar ese término, algo con lo que no estuvo de acuerdo el dirigente del PP. Con la cepemista apagándole el micrófono, Imbroda optó por abandonar la sesión como forma de protesta.

El que sí pudo replicar a otra alusión personal de De Castro a la bancada del PP fue Daniel Conesa, cuando preguntó a De Castro si se refería también a su hija como una de las universitarias que recibió una ayuda en tiempos del Ejecutivo popular y el diputado de Cs asintió. Conesa señaló que su hija es mayor de edad y como todo los melillenses tiene derecho a solicitar una beca si reúne los requisitos, por lo que recriminó al presidente de la Ciudad ese tipo de referencias a familiares de la oposición.

Ok a la línea Argelia-Melilla
Al margen de estas polémicas, temas como la gestión de los menores no acompañados, el nuevo contrato marítimo, la crisis del coronavirus, las ayudas a empresarios, comerciantes y hosteleros afectados por las restricciones del Covid, la famosa boda o la imputación de un tercio del Ejecutivo local por la gestión en la concesión del Centro de Menores de Rostrogordo, temas que copan diariamente los enfrentamientos públicos de los partidos, centraron el debate de un Pleno de Control que duró cerca de dos horas y media.

Mientras la oposición, Vox y sobre todo el mayoritario PP, denunciaban las “barbaridades” y “la mala gestión” cometida en estos campos por el Gobierno, los consejeros de cada una de las áreas afectadas, así como el presidente y las vicepresidentas, señalaban todo lo contario y reprochaban actuaciones pasadas de sus adversarios políticos.

La novedad más importante fue el anuncio del presidente de la Ciudad de que el Gobierno de la Nación ve con buenos ojos la implantación de la línea marítima entre Melilla y Argelia, aunque aún no hay fecha para el inicio de esta ruta, o la confirmación de Almansouri de que su consejería ha tramitado más de 2.000 ayudas para empresarios y autónomos afectados por la crisis del coronavirus.

El Pleno de Control comenzó con un minuto de silencio en recuerdo de las 48 víctimas de la crisis del Covid y concluyó con Eduardo de Castro levantando una sesión que enfrentó a Gobierno y oposición una vez más.

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M.H.

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