Nunca antes ha sido más necesario para los melillenses tener un acceso rápido y continuado a su centro de salud. Nunca ha sido más valioso saber que las personas que te vienen atendiendo desde hace años siguen estando presentes para resolver tus dudas, molestias dolores, o temores. Nunca hubo tanta necesidad de no olvidar el resto de problemas de salud de las personas que aún no se han contagiado del virus.
La atención primaria no sólo ha de dar respuesta a la prevención y atención de la epidemia , sino también para la atención y el cuidado del resto de problemas de salud que siguen y seguirán padeciendo los melillenses. Centrar todos los esfuerzos en la pandemia supondrá un error dramático a medio y largo plazo.
Pero si es verdad que la falta de médicos es REAL en Melilla, tiene el menor número de médicos de atención primaria de toda España, para que se hagan una idea, tenemos un medico por casi 1700 habitantes, en otras comunidades supone un médico por cada 900 habitantes.
Sin embargo en poco tiempo, entre diciembre y enero he vivido personalmente varias experiencias que me han provocado reflexionar. Les cuento:
Mi primera experiencia , al acudir al Centro de Polavieja , con dolores para que me atendiera el médico de guardia, (aclarar que tenia cita con mi médico de cabecera una semana más tarde) pues según el personal de atención se había “esfumado”; decían que tenia una urgencia fuera del centro, otros que era un error informático, cuando me atendió la médico estaba en su lugar, a su hora, y yo llevaba esperando 40 minutos con dolores; averigüé después que era un cólico nefrítico.
Mi segunda experiencia, cita telefónica con el médico suplente; mi medico de cabecera está de vacaciones, mejor que vuelva a pedir cita cuando vuelva.
Resumiendo que desde mediados de diciembre hasta la fecha solo he conseguido que me mandaran varis analíticas aún no he podido tener una respuesta clara de mis dolores ni de una cita presencial con mi médico.
La tercera, para entregar las muestras para los análisis. Los usuarios, nos vemos obligados a hacer cola en al puerta del centro, cita con número dos y a las 8:15 de la mañana, tuve que esperar 45 minutos, bajo un pelete a 8 grados y con llovizna para entregar las muestras, que se podría realizar por orden de llegada y no por una lista en la cual faltaban pacientes por llegar. Se hubiera solucionado estar tanto tiempo en la intemperie.
Cuando me tocó turno para entrar al centro, me tropecé con la directora del centro de salud , a la entrada del pasillo donde están todos los despachos , incluido el de atención al paciente, me dirigí a élla para hacerle una sugerencia sobre la situación que padecíamos los pacientes casi aglomerados, una llovizna y un pelete que no se podía aguantar y le sugerí si podría establecer un espacio, ya que al final no éramos muchos (las salas de consultas estaban vacías).
Me quedé helado por la indignante respuesta que me dio; ¡en este pasillo no se puede estar!. Voy al despacho de atención al paciente le dije, respuesta: no existe atención al paciente por el virus ¿ y que hacia el personal en la oficina sin mascarilla y al teléfono?. ¡Voy a quitar el letrero!. Me invitó a presentar la sugerencia al jefe de administración que el pobre estaba hasta el cuello de trabajo, pero aún remató su conducta diciéndole al vigilante de seguridad que no dejara pasar a nadie y cerrara la puerta donde se encontraba su despacho. Ser un buen usuario, no significa ,no mirar , no hablar , esperar su hora , no ser impaciente, ya le dirán cuando le toca y , sobre todo , recordar siempre que cuando vaya a dirección es estar delante de jefe jerárquico. ¡Acudir con mascarilla no significa acudir con mordaza y mantener la vista en el suelo!.
He comprobado en muchas ocasiones, la impotencia de muchos melillenses por no tener a la vista a alguien con quien hablar, alguien a quien explicar su situación.
Esa actitud de falta de empatía, de insensibilidad da lugar a problemas y conflictos con los demás. También a nosotros los usuarios de su Centro nos facilita mucho la empatía cuando nos encontramos ante un profesional educado, colaborador, responsable y solidario. En consecuencia no me cabe la menor duda del impacto que provocará en el usuario cuando sea atendido con consideración.
Para terminar no puedo dejar en el olvido mi agradecimiento a la persona que hace una diferencia en nuestras vidas. Quiero hacer público mi agradecimiento a la secretaría de la gerencia del hospital Comarcal por la atención que me ha prestado de una forma eficiente y amable que en minutos resolvió una situación enquistada en el tiempo.
