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Un estudio detecta la presencia de coronavirus en las aguas residuales de Melilla

Un estudio realizado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en el que participa Melilla junto a otros 32 municipios españoles, ha permitido detectar la presencia de coronavirus en las aguas residuales de la ciudad desde finales de noviembre hasta ahora, de una manera estable. En rueda de prensa, el consejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Hassan Mohatar, explicó que se trata del Proyecto VATar COVID-19 de Vigilancia microbiológica en aguas residuales y aguas de baño, cuyo objetivo es que sirva como indicador epidemiológico para un sistema de alerta temprana para la detección de SARSCoV-2 en España.
La Estación Depuradora de Aguas Residuales de Melilla (EDAR) es una de las pioneras en este proyecto, promovido por la Dirección General del Agua del MITECO, coordinado por la empresa pública Tragsa, y en el que participan el Ministerio de Ciencia e Innovación, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Santiago de Compostela y la Universitat de Barcelona.
En total son cinco las muestras recogidas en las aguas residuales de Melilla entre el 30 de noviembre y el 4 de enero, con una frecuencia semanal, y en todas ellas se ha detectado la presencia del virus con una evolución estable, lo que para el consejero es “un dato significativo, dentro de lo malo”.

En la media
Melilla se mantiene en la media de las 33 EDAR participantes en este estudio, de las cuales unas cinco han sufrido un aumento significativo de la presencia del virus en las aguas residuales, y algunas han dado un resultado negativo, algo que Mohatar considera que sirve a modo orientativo para conocer la situación de Melilla respecto a otros lugares.
El consejero cree que es muy interesante la participación de Melilla en este proyecto porque sus conclusiones “son evidentes” y permiten adoptar decisiones, como la necesidad de dar un tratamiento distinto para la depuración de las aguas residuales y posterior uso en el sistema terciario tras saberse que contienen el virus y es “algo latente”.
Para ello, se tienen en cuenta las recomendaciones y el protocolo del manual de bioseguridad de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Mohatar incidió en que este estudio realiza un control microbiológico en aguas residuales como indicador epidemiológico de alerta temprana de propagación de la COVID-19, pero “es una medida de la tendencia del virus, no en sí de su cuantificación”, de manera que solo indica si la incidencia aumenta o disminuye.
El consejero explicó que Melilla seguirá participando en este estudio “todo el tiempo que dure la pandemia” y el próximo informe se recibirá ya en febrero, con los resultados de este mes y la primera semana del siguiente, de acuerdo con las muestras semanales que son remitidas al Grupo de Investigación de Patología en Acuicultura de la Universidad de Santiago de Compostela.

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Redacción

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