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Menores: miseria y negocio

Publicamos ayer un artículo de opinión de José Megías con un título-pregunta muy llamativo y muy apropiado: “Menores: miseria o negocio”. La conclusión que se obtiene, con los datos que Megías expone, es muy clara: Menores: miseria y negocio.
“Hace un año CPM se paseaba por todos los medios informativos denunciando la situación de los menores en el Centro de la Purísima”, escribe Megías, y eso es lo que ocurría hace un año. CPM, que presuntamente iba a representar el cambio, denunciaba, por boca de “sor Sibilina”, Dunia Almansouri, lo mal que estaban y lo mal que olía todo en el Centro de la Purísima, donde los niños, en unas escenas propias de los cuentos de Dickens, según Almansouri, padecían todo tipo de carencias, que ella, presuntamente, iba a arreglar.
“Las denuncias de los menores de ambos centros son las mismas que hace un año y su problemático, idéntica” o peor, según decía una enfermera a la que Megías cita. Y todos los melillenses vemos en las calles “muchos críos mugrientos y pidiendo” y que dicen que no quieren estar en el Centro.
“Lo que creo -concluye José Megías- es que la miseria sigue siendo negocio para algunos”. Es muy probable que para algunos, “los proveedores a todos los niveles de esos centros”, por ejemplo, sea un buen negocio económico que se mantenga este tipo de cosas, pero es evidente que para un partido político, ese CPM en el que Dunia Almansouri hace méritos para intentar seguir ascendiendo, que se mantenga esta injusta y por ellos tan denunciada situación de los menores acogidos es un buen negocio político… siempre que los demás callemos y que no parezca que lo que tanto denunciaron y tanto prometieron solucionar, no solo no se ha solucionado, sino que ha empeorado.

Hasta ahora los Almansouris de turno, siempre, de cara al público, a las órdenes del jefe supremo civil y religioso, Mustafa Aberchán, culpaban de todo al gobierno de Imbroda que, según ellos, todo lo hizo mal. Pero el tiempo pasa y los años también, y el recurso a un pasado remoto es cada vez menos eficaz. El PP pudo hacer mal todo, mucha parte o poca parte de lo que hizo, pero no puede ser eternamente responsable de lo que hacen ahora otros. Son ellos, los del cambio, los que tienen que cambiar. Empezando con el llamativo y triste asunto de los menores, por citar un caso concreto.

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