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Un confinamiento “encubierto” para intentar revertir la situación del Covid en Melilla

Ante la imposibilidad de decretar un confinamiento parcial, se ha creado uno propio cerrando toda la actividad y limitando los encuentros a convivientes” Las nuevas medidas anunciadas ayer por el presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo de Castro y el consejero de Salud Pública, Mohamed Mohand, se producen en un momento en el que están disparados los casos de Covid-19 en nuestra ciudad y, lo que es peor, la enorme presión hospitalaria que padece el centro sanitario melillense, con 35 ingresados, nueve de ellos en la UCI.

Las autoridades no han escondido que su deseo era haber adelantado el toque d queda a las 20.00 horas, pero esa petición ha chocado con la negativa del Ministerio de Sanidad, cuyo titular hasta ayer y desde hoy dedicado únicamente a su papel de candidato a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, se ha opuesto tajantemente, a pesar de que fueron más de diez autonomías las que lo solicitaron en el último Comité Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
¿Y qué ha hecho el Gobierno de Melilla? Pues ante la imposibilidad de decretar un confinamiento parcial, se ha creado uno propio cerrando toda la actividad a partir de las siete de la tarde, incluida la referida a los establecimientos de alimentación, los centros educativos, las academias, las actividades deportivas colectivas, etc.

Además, ha limitado las reuniones, tanto en la calle como en los hogares, a únicamente conviviente, salvo algunas excepciones que recogemos en la página 5. El único lugar donde podrán encontrarse no convivientes es en los locales de hostelería, pero solo cuatro y cada uno tendrá que ir por su lado a la cafetería, bar o restaurante. Con todo ello, han dejado vacías las tres horas que van desde las siete de la tarde a las diez de la noche, en la que empieza el toque de queda, y además en ese tramo no podrán encontrarse personas que no vivan bajo un mismo techo.

Si se logra que se respeten todas estas restricciones -se tendrá que hacer campañas para detallar las innumerables medidas-, el Ejecutivo conseguiría un “confinamiento encubierto” con el que intentaría rebajar los casos positivos -ya rozan los mil- y de forma especial la presión sanitaria. Esperemos que lo logre porque el esfuerzo que hará la sociedad melillense será de nuevo titánico, obligando a cambiar costumbres, suspender actividades educativas y deportivas, y restringiendo el contacto con amigos y compañeros en ámbitos abiertos y cerrados salvo en la hostelería con un límite de cuatro personas.

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