La Ciudad Autónoma de Melilla ha detectado en el último mes a 115 menores extranjeros no acompañados viviendo en la calle, de los cuales el 30 % han entrado de manera irregular recientemente, tras el cierre de los pasos fronterizos entre España y Marruecos en Melilla. En rueda de prensa, el viceconsejero de Menor y Familia, Abderrahim Mohamed, explicó que estos menores han conseguido llegar a Melilla empleando diferentes formas de acceso, mayoritariamente por vía marítima o a través de la red de alcantarillado, utilizándola como túneles.
Esta es una de las conclusiones del estudio de campo que se está realizando mediante el programa de educadores de calle, puesto en marcha por la Ciudad Autónoma por un periodo de 6 meses, que lleva uno funcionando. Ha sido adjudicado a Arquisocial y ha supuesto un desembolso de 675.000 euros.
Para este programa han sido contratadas 44 personas, de las cuales más de la mitad, 26 concretamente, son auxiliares educativos con un perfil profesional medio bajo, según el viceconsejero.
El resto tienen un perfil medio alto, y son un director, cuatro educadores sociales, cuatro trabajadores sociales, cuatro coordinadores, cuatro enfermeras y tres auxiliares administrativos, todos ellos con su correspondiente titulación.
Este personal se dedica a rastrear diferentes zonas de Melilla, divididas en cuatro sectores, concretamente el Real, la zona del Paseo Marítimo y el Puente de Triana, el Rastro, Melilla la Vieja y el centro.
El programa, está en funcionamiento de lunes a viernes entre las 8.30 y las 22.00 horas y, excepcionalmente, los fines de semana,
Además de los 115 menores, también con esta iniciativa han sido detectados entre 30 y 35 mayores que fueron tutelados por la Ciudad Autónoma antes de cumplir los 18 años y que han intentado llegar a Europa como polizones escondidos en los barcos, generalmente por la noche.
Alrededor de 30 menores pernoctan en chabolas situadas en la zona de las escolleras, cerca del puerto y parte de este colectivo también ha sido detectado mendigando, sobre todo en las inmediaciones de grandes supermercados.
Motivos de abandono
Entre los motivos por los que estos menores abandonan los centros de protección y se niegan a regresar a ellos para seguir en la calle, el viceconsejero explicó que se encuentran las adicciones o el hecho de no adaptarse a los centros, debido a la “disciplina y normas internas” que hay que cumplir, entre ellas el régimen de entrada, salida, comida o estudios.
Objetivos del programa
El programa de educadores de calle aplica una “metodología activa, dinámica y participativa” y entre sus objetivos, además del estudio de campo, el viceconsejero destacó informar a los menores sobre los beneficios de estar tutelados por la Ciudad Autónoma en lugar de estar deambulando y desamparados. Al mismo tiempo, convencerlos para que regresen a ellos voluntariamente y, en ese caso, acompañarlos.
También conseguir recursos a través de empresas privadas y ONG e insertar a este colectivo en la sociedad mediante la realización de actividades lúdicas y la atención al ciudadano en general por quejas, hurtos o incidencias que alteren la vía pública.
