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MELILLA HACE 100 AÑOS

Conmemorando el 97 aniversario de los combates de Tizzi Assa. El heroico capitán del Tercio PEDRO CASAUS BEOLA I

En septiembre de 1920 se cumplía el centenario de la creación del Tercio de Extranjeros motivo por el cual este y siguientes trabajos serán conmemorando a los heroicos legionarios que dieron su vida por la Patria.
Hechos de Armas que dieron prestigio y renombre al Tercio de Extranjeros, hoy denominado La Legión.

El día 5 de junio de 1923 se cumplirá el 97 aniversario de una de las Gestas más gloriosas de las que tras la batalla de ANNUAL y ya, dentro de lo que se denominó la «Reconquista», tuvo lugar en una de las zonas más agrestes e inhóspitas del Rif Oriental, en el sector denominado de Tizzi-Assa
Tizzi-Assa, sus montes, forman barrera natural separando el río Amekram (Oued El Kebir, El Gran Río) de otro mítico y sagrado río, El Kert. Sus alturas superiores a los mil metros, forman todo un entramado laberinto de barrancos, en un terreno abrupto entre las cábilas de Tensaman y Tafersit.
La Hoyada de Tafersit, en donde se combatió, forma un irregular semicírculo. La divisoria parte de Peña Tahuarda y, formando un arco de semicircunferencia más o menos regular, llega hasta Sidi-Talha a cuyo pie estaba el campamento de Tafersit.
Entre los personajes que más destacaron en aquellas duras jornadas de lucha, nos detendremos a repasar la del capitán Pedro Casaus.

El terreno donde se combatió
Desde Tahuarda la divisoria desciende algo hacia el collado de Tizzi-Assa, que domina a la derecha las posiciones de Benítez y sus avanzadillas Viernes y Aldea, y a la izquierda las de Tizzi-Assa Principal, Tizzi-Assa Norte y avanzadilla de Tizzi-Alma. Después corren las crestas por grandes alturas, que se enlazan por contrafuertes con el macizo de Ifermin hasta llegar al puerto por donde pasa el camino indígena a Beni-Bu-Yahi.
Toda esta parte no estaba ocupada por las tropas españolas y el terreno es muy intrincado. Más a la izquierda se extiende la línea divisoria por las Lomas de Bucherif, cerrando en Sidi-Talha sobre el campamento.
De las alturas descienden como radios del círculo, tres grandes barrancos: El de Fersit a la izquierda que, rodeando el Sidi-Talha, pasa por el campamento; el de Bu-Hafora por el centro que pasa por el poblado de este nombre; y el de Hel-Li a la derecha, que bordea la Loma Roja o Cuesta Colorada, junto a la cual se le une el barranco que parte de Peña Tahuarda.
Como podemos imaginar el terreno es muy movido y las barrancadas muy profundas. El camino, por donde se llevaban de ordinario los convoyes a Tizzi-Assa, dejaba al subir a su derecha la Loma Roja. Existe otro camino más a la derecha, que después de atravesar el Hel-Li deja a la izquierda la Loma Roja o Peña Colorada, sube a Peña Tahuarda y desde esta continúa a las de Benítez y demás posiciones del Sector de Tizzi-Assa, las que están enlazadas con caminos cubiertos.
La posición Principal de Tizzi-Assa, ocupada por las tropas españolas el día 28 de octubre de 1922, durante la reconquista del territorio, tenía por objeto servir de base para futuros avances, ya que la misma carecía de condiciones como línea defensiva, a causa de la dificultad de abastecerla.
Desde las alturas del sector de Tizzi-Assa se observa una vista espectacular de todo el frente de batalla del año 1921: Annual, Igueriben, Abarrán, etc. El problema más importante del frente de Tizzi-Assa era su abastecimiento por encontrarse toda la línea de combate sobre unas crestas de muy difícil acceso. Precisamente, esta dificultad en los abastecimientos fue lo que propició grandes combates, resaltando la dura batalla del 5 de junio de 1923, fecha inscrita en los anales de La Legión como un triunfo y un dolor.
En aquellas profundas barrancadas y torrenteras, cayeron gloriosamente el Jefe de La Legión, teniente coronel Rafael Valenzuela y Urzaiz, así como gran número de oficiales, destacando entre ellos el capitán del Tercio Pedro Casaus, el teniente Sanz Perea, y el alférez Pablo Sendra; de Regulares de Melilla nº 2, José Subirán; de Artillería el teniente Marcelino González, etc.
Aún resuenan en el éter las famosas frases de tan heroico Jefe: «¡NUESTRA RAZA NO HA MUERTO AÚN! ¡MAÑANA ENTRARÁ EL CONVOY EN TIZZI-ASSA O MORIREMOS TODOS!” Estas frases pronunciadas la víspera, en arenga a sus tropas, fueron el epitafio de tan magnífica acción.
Retomando el hilo de la importancia de los convoyes a Tizzi-Assa y demás posiciones, el enemigo sitia las posiciones avanzadas en el sector del mismo nombre, a primeros de junio, en las que se desarrollan grandes concentraciones de harkeños, que durante los días anteriores han impedido el paso de los convoyes.
A mediados del mes de mayo de este año de 1923, las primeras noticias del descenso de los harkeños a las barrancadas próximas a Bu-Hafora, llegaron a la oficina de información de Tafersit, por conducto de varias mujeres moras que tenían su residencia no lejos del lugar, cerca de la llamada “Cuesta Colorada” o “Loma Roja”.
El Amel, Dris Er Riffi, movilizó a sus fuerzas de mejazníes, interviniendo también un escuadrón de Regulares al mando del capitán Urrutia y una compañía del mismo Grupo mandada por el capitán Jarabos, los dos bajo las órdenes del comandante Félix Repollés.
El Amel ocupó las alturas del barranco de Hardú, en el Monte Ifermín con objeto de impedir a los rebeldes el acceso al valle de Tafersit. En estos momentos, el Comandante de Regulares de Melilla, Félix Repollés, que se hallaba a caballo, apoyado en los estribos, se incorporó para seguir con la vista a un grupo de harkeños que trataban de ocultarse en una de las desigualdades del terreno cuando recibió un balazo en el vientre cayendo a tierra.
En la noche del lunes 28 de mayo de 1923, falleció en la enfermería de Dar Drius a consecuencia de las graves heridas que recibió en las alturas de Bu-Hafora, cerca de Tafersit, el citado Comandante del Grupo de Regulares de Melilla nº 2, Félix Repollés.
Mientras estos hechos sucedían, y tras duros combates, se realizaba el abastecimiento de Tizzi-Assa, que estaba guarnecida por fuerzas del batallón de Isabel la Católica, desalojando los Regulares y el Tercio a grupos de rebeldes ocultos en las barrancadas de Ifermín.

El abastecimiento de Tizzi Assa
El enemigo, para impedir el abastecimiento de todo el frente, desde Tizzi-Alma, Tizzi-Assa, Benítez y Viernes, se presentaba principalmente por la izquierda de la línea que unía el campamento de Tafersit con Tizzi-Assa, por cuyo motivo los convoyes se desviaron por Peña Tahuarda y desde ésta a Benítez, Tizzi-Assa Principal y demás posiciones.
El enemigo construyó gran número de cuevas en todas las barrancadas, con el fin de resguardarse de los efectos mortíferos de las explosiones de las bombas de aviación.
También habían construido gran cantidad de trincheras y parapetos desde las alturas fronterizas al monte Bucherit hasta cerca de la Peña Tahuarda, con el fin de impedir por completo el paso de nuestras tropas y principalmente los convoyes a las posiciones del sector de Tizzi-Assa.
Además habían preparado zanjas para estorbar el avance de carros de asalto, y construyeron gran número de pozos de tirador o de «lobos», para cortar el camino de Peña Tahuarda.
El citado día 5 de junio el avance para abastecer a todo el sector de Tizzi-Assa, se desarrolló de la siguiente forma: La operación la dirigió el Coronel del Regimiento de caballería Alcántara Jefe de la zona de vanguardia Emilio Fernández Pérez que tomó el mando de todas las fuerzas y se estableció en la posición de Bu Hafora, distribuyendo las columnas que tomaron parte en los combates de esta manera:
La 1ª Columna, mandada por el coronel Alfredo Coronel Cubria, con las Idalas, un Tabor de Regulares y el Gun en vanguardia, subió sin obtener seria resistencia, a la loma situada al este de Peña Tahuarda, constituyendo así el flanco derecho de la extensa línea de combate.
La 2ª Columna, mandada por el coronel Gómez Morato, en cuya vanguardia iban dos banderas del Tercio al mando del teniente coronel Valenzuela, y los Regulares, dejó a la izquierda el campamento de Bu Hafora, atravesando el barranco de Hel-li, y siguió por el camino que antes hemos mencionado, hacia Peña Tahuarda, hasta donde llegó, con sólo algunos disparos lejanos.
La 3ª Columna, mandada por el coronel Ruiz del Portal, desplegó, siguiendo como directriz de su marcha el camino antiguo del convoy, ocupando la Loma Roja o Cuesta Colorada y el poblado de Bu-Hafora, entablando contacto con el enemigo.
Esta columna llevaba los carros de asalto de Artillería e Infantería y tenía por misión batir toda la parte llana para evitar que el enemigo cayera sobre el convoy, que marchaba detrás de la columna Morato.
La columna del coronel Ángel Morales, que formaba la extrema izquierda, se subdividió en dos: una que subió por Sidi Talha y Sidi Haya y descendió por las alturas de Bu-Cherit hacia el puesto por donde pasa el camino que comunica la hoyada de Tafersit con Beni Bu Yahi, cubriendo el frente hasta el barranco de Fersit; y la otra media columna que avanzó por el llano entre este barranco y el de Bu Hafora, enlazando con la del coronel Ruiz del Portal.
Como era normal en las campañas de Marruecos, el enemigo esperaba el paso del convoy. Era lo único que le interesaba y, sobre todo, por el efecto moral que causaba a las tropas sitiadas.
Por este motivo las tropas avanzaron sin ningún contratiempo, en la primera parte de las operaciones. El problema surge cuando el convoy, muy lento en sus movimientos y sin capacidad de defensa, comienza a desplazarse por caminos de «cabra», tanto por el interior de barrancos como por laderas al borde de precipicios.
Las columnas han llegado a sus objetivos sin problemas y sin grandes acciones, solamente tiros aislados. Las dificultades serias comienzan cuando hay que desalojar al enemigo de sus trincheras para que pase el convoy, la presa más codiciada por ellos.
Las tres Banderas del Tercio, la Primera, Segunda y Cuarta, que se habían concentrado el día 4 en Tafersit y que como ya hemos relatado anteriormente fueron revistadas por el Jefe del Tercio teniente coronel Rafael Valenzuela, operan de la siguiente manera: La Primera y Segunda, llegan sin problemas a sus objetivos, que en esta ocasión era la posición de Peña Tahuarda. Una vez pasada ésta y cuando se dirigían a Benítez al pasar cerca del morabo de Sidi Mesaud y viendo a los Regulares en una apurada situación, debido a la gran resistencia que el enemigo le ofrece en el barranco de Iguermiren, se adentran en éste para intentar desalojarlos, pero los harkeños se encontraban bien atrincherados.
El coronel Gómez Morato que se encuentra en la posición de Benítez, o bien no ve la detención de los Regulares, o sólo ve la detención de las Banderas.
Tiene el cornetín de órdenes junto a él y le dice que toque ataque general. Los Regulares posiblemente no lo han oído o bien no pueden continuar ya que sus bajas son muy numerosas.
El teniente coronel Valenzuela da orden a su cornetín, quien tras la contraseña de «¡Legionarios a luchar, legionarios a morir!», Toca paso de ataque para la Legión.
Lo que allí ocurrió a partir de aquel momento, ni aun testigos presenciales de la gesta fueron capaces de describirlo.
Valenzuela arenga a las guerrillas. El combate se convierte en una serie de luchas, donde el «cuerpo a cuerpo» se hace necesario. El fondo del barranco es un verdadero hormiguero. El teniente Federico de la Cruz Lacaci (obtuvo en este combate la preciada Cruz Laureada de San Fernando y posteriormente murió en el cautiverio de Alhucemas en 1925) con unos pocos de hombres de la Cuarta compañía, pasa los barrancos de Iguermiren y continúa hasta Loma Rocosa, ayudado en su flanco izquierdo por los ataques a la bayoneta que da el capitán Pedro Casaus, al frente de la 14ª Compañía de Fusiles de la Segunda Bandera, en las Lomas de las Piedras (conocida posteriormente como posición de Loma Rocosa), cerca de la posición de “Pilón de Azúcar”. Instantes después de desalojar al enemigo de sus posiciones murió acribillado a balazos. Como es lógico de suponer, con éste ataque realizado por el fondo del barranco la pretensión del Capitán Casaus era la de sacar a los rebeldes de sus trincheras y pozos de tirador a punta de bayoneta, lo que consiguió a costa de su vida… (Continuará)

Bibliografía consultada al final del último capítulo

José Antonio CANO MARTÍN
De la Asociación de Estudios Melillenses
Con la colaboración del comandante Caballero Legionario Jesús Romero Cuenca

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