La Guardia Civil ha auxiliado y rescatado a 20 migrantes que fueron localizados en el interior de dos bateas en el puerto de Melilla, donde se habían escondido con el objetivo de llegar de manera irregular a Europa como polizones, uno de los cuales estaba en un doble fondo practicado bajo las transmisiones del vehículo. En una nota de prensa, la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla ha informado de que esta actuación se enmarca en la lucha contra la presión migratoria en el puerto de la ciudad autónoma, donde a lo largo del mes de enero han sido localizadas 1.015 personas en el interior de la zona de seguridad.
El rescate de los 20 migrantes en dos bateas tuvo lugar en la mañana del pasado viernes durante el registro visual realizado sobre estos dos vehículos, que permitió detectar a 19 de ellos, si bien la Guardia Civil, con el apoyo técnico del detector de latidos del corazón, logró averiguar que quedaba una persona oculta en algún lugar.
Ello conllevó un exhaustivo registro, que resultó negativo, hasta que un detalle de interés policial permitió a los agentes hallar un doble fondo bajo las transmisiones del vehículo, que había sido tapado desde el exterior con una pieza de plástico duro del mismo color que el entorno.
De ese modo, no era perceptible la manipulación realizada, si bien la Guardia Civil, tras abrir la tapa, encontró en su interior a una persona oculta, que fue auxiliada a salir para salvaguardar su integridad física.
Según el instituto armado, ese lugar constituía un riesgo cierto para la integridad física de esa persona, tanto por la proximidad de las transmisiones como por los gases y la dificultad de aire al ser completamente opaco, durante una travesía que dura más de seis horas.
La Guardia Civil ha incidido en la “presión” que sufre el puerto de Melilla por parte de migrantes que ponen en riesgo su vida o integridad física para introducirse como polizones en los buques que unen Melilla con la península, pese a las mejoras que la Autoridad Portuaria realiza para evitar esa casuística.
Ante esta situación, el servicio establecido por el grupo de Registro de la Guardia Civil se articula en un doble filtro, el primero de ellos visual y el segundo, “exhaustivo y meticuloso” en la zona de seguridad del puerto, donde se encuentran las distintas bateas, camiones, contenedores y vehículos articulados previo a su embarque en los buques.
Se trata, según la Guardia Civil, de un servicio diario y una labor “ardua y continua” que tienen como objetivo velar por la seguridad integral del puerto y de las personas que de forma irregular acceden a su zona restringida.
Más de mil en enero
Durante el mes de enero, la Guardia Civil ha localizado a 1.015 personas en el interior de la zona de seguridad del puerto, donde logran acceder a nado y otras por distintos procedimientos terrestres, uno de ellos en el trayecto al puerto, en cuyas inmediaciones hay “dormilones” o resaltes de la vía, por lo que aprovechan la aminoración significativa de la velocidad de los vehículos para introducirse en sus bajos o en lo alto.
Otras se localizan ya ocultas en los dobles fondos de vehículos y plataformas entre cartonaje, cisternas con cenizas “y otros lugares muy peligrosos para su integridad física”.
