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Guelaya celebra que sus denuncias hayan puesto en marcha el proceso judicial del “caso escoria” sobre contaminación

Este jueves se han iniciado las diligencias previas en juzgados tras la remisión del caso por parte de la Fiscalía. Guelaya denunció en 2018 una posible mala gestión de residuos en el vertedero que podrían afectar a la salud de los melillenses.

Según la asociación ecologista melillense, la investigación del ministerio público “ha desvelado concentraciones elevadas de arsénico y níquel frente al vertedero, y una potencial contaminación atmosférica por el polvo de escorias con metales pesados removidos por el viento en el paseo marítimo de Horcas Coloradas”.
Guelaya ha mostrado su satisfacción por el inicio de estas diligencias previas en los juzgados melillenses que, en su opinión, “van a poder arrojar luz a un asunto que consideramos de gran interés para todos los melillenses, ya que está relacionado con la salud pública”.

En el proceso judicial que ahora empieza, han explicado, “se tratará de dilucidar si la gestión de las escorias de la incineradora ha sido la correcta y hasta qué punto siguen afectando, a la salud de los melillenses”.

Antecedentes del hecho
En agosto del año 2018 Guelaya interpuso la primera denuncia “ante la actitud de pasividad del gobierno local de entonces, del Partido Popular, plasmada en una resolución sobre el proyecto de almacenamiento temporal de escorias provenientes de la incineradora” han indicado los ecologistas.

Ya entonces, Guelaya no compartió las conclusiones de una resolución que consideraba las escorias como “residuos inertes” y que por lo tanto podían almacenarse junto a los residuos de construcción y demolición.

Desde el principio, aseguran, Guelaya ha creído que no es posible verter residuos no peligrosos en un vertedero de inertes. “Dejaría sin justificación haber creado un vaso de residuos no peligrosos en 2015
Las denuncias de Guelaya pusieron en marcha una investigación de la Fiscalía en la que participó el SEPRONA de Melilla y que ha concluido con la remisión del caso a los juzgados y con el procedimiento que hoy se inicia.

Según informan los ecologistas, la investigación que provocó el informe detalla igualmente la caracterización de un segundo residuo, los lodos de las escorias producidos en la incineradora, que son residuos peligrosos por su carácter corrosivo. Estos lodos húmedos, añaden, se han vertido igual-mente en el vertedero de inertes y en la red de alcantarillado sin ningún tipo de gestión ambiental.
“Lavarse las manos con las escorias”
Desde Guelaya consideran que la administración local se ha lavado las manos con este asunto desde 2018, mirando para otro lado, y ahora la Fiscalía obliga a los poderes públicos a tomarse en serio un asunto que podría afectar seriamente a la salud pública.

Desde Guelaya consideran que el informe aportado por la Fiscalía del Estado señala que las escorias no podían considerarse residuos inertes porque sobrepasaban los niveles de sulfatos, cloruros, y los metales pesados cromo, molibdeno y antimonio y que el tratamiento de estos residuos no está siendo el correcto, dado que el proceso llamado de “maduración” no se realiza ni con el tiempo ni medidas suficientes.

Arsénico y níquel en el agua y metales pesados en el aire
Guelaya ha detallado que algunos de los datos aportados por la investigación de la Fiscalía “nos parecen preocupantes” debido, por ejemplo, a una potencial contaminación a la escollera frente al vertedero, en cuya “agua del litoral de la zona del paseo marítimo, las concentraciones de arsénico y níquel son un poco más elevadas”. La entidad ecologista recuerda que este paseo marítimo es una zona de ocio habitual de numerosos ciudadanos que lo aprovechan para pasear, hacer deporte o, más preocupante incluso, para pescar.
“Existen riesgos potenciales sobre la salud debido a la transferencia de polvo fino de las escorias provocadas por el viento, motivo por el que se ha solicitado un estudio para valorar el efecto de la contaminación atmosférica derivada de la dispersión eólica de los metales incluidos en las escorias que podrían afectar a las miles de personas que en Melilla utilizan el paseo marítimo de Horcas para pasear o realizar actividades deportivas” han destacado.

Por último, ha recordado que la solución propuesta por Guelaya desde el primer momento ha sido la de enviar estos residuos a la península para su correcto tratamiento en plantas adecuadas para ello, ya que, según apunta, “en Melilla no se dan las condiciones para ello”.

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