Pese a todo, el preparador melillense se sentía “orgulloso” por el rendimiento de los suyos, independientemente de la derrota, en el choque que disputaron el pasado viernes en tierras lucenses. El entrenador del Melilla Sport Capital Baloncesto, Alejandro Alcoba, explicaba en rueda de prensa que el encuentro frente al Leche Río Breogán le había dejado “una sensación muy agridulce”, ya que, a su juicio, “el resultado final no reflejó lo que fue el partido y el nivel demostrado”. En este sentido, aseguraba que su equipo rindió a “un grandísimo nivel, dominando en defensa, con un ritmo de juego alto y atacando bien el bloqueo directo”.
De esta forma, el conjunto lucense no podía seguir el ritmo de los melillenses, que lograban rentas de siete y ocho puntos, aunque después, como se lamentaba el técnico melillense, “en la rotación ellos neutralizaban esa ventaja”, indicó.
Precisamente, Alcoba considera que una de las diferencias del choque estuvo en la rotación, en la que el Breogán se mostró superior. “El segundo cuarto fue malo. Aboubacar estuvo inmenso y Sollazzo, muy acertado”, aseguraba el míster del decano, quien cree que otra de las claves estuvo en este segundo acto, en el que sus jugadores “no encontraron el ritmo, fallando debajo del aro y costándoles mucho defender a Aboubacar. No pudimos correr”.
El entrenador del MSC Baloncesto buscó “el cambio de chip en un grandísimo tercer periodo, corriendo, jugando bien, con una defensa agresiva” y, además, “sacando ventajas de los bloqueos directos e indirectos”. En esos momentos del encuentro, Alcoba vio a su equipo “cómodo, centrado y sin cometer errores”, recalcaba.
El preparador melillense definía el último asalto como “un cara o cruz” y también se mostró muy crítico con los dos minutos decisivos, tal y como lo explicaba: “Fue un show, de errores no forzados, que nos cogen errores que no vienen a cuento. Sacamos de fondo y le regalamos el balón al rival, en ataque inventamos y ya perdemos la noción del partido. Pudo haber sido una victoria o una derrota por 1-2 puntos y, al final, termina siendo una derrota por nueve puntos. Esta es la realidad del Melilla Baloncesto: en los momentos importantes los errores individuales condenan al equipo”.
Pese a todo, Alcoba se sentía “orgulloso” por el rendimiento de los suyos en el choque, independientemente de la derrota, pero advertía que “si no mejoramos eso, no vamos a ser competitivos ante ningún rival. No podemos regalar tanto porque esto es el máximo nivel. El que venga de otras ligas pensando que esto es jugar en la playa está muy equivocado”, concluía su comparecencia de prensa en el Pazo dos Deportes de Lugo.
