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Abrazos que matan

“El Plan Estratégico de Melilla 2020-2029 es un documento meramente descriptivo de la situación de la economía melillense. No creo que los políticos -y muy especialmente los melillenses- tengan capacidad para evaluar el mercado y emplear el dinero público en proyectos que generen valor en la sociedad… porque ellos (los políticos) no sufren las pérdidas si los proyectos resultan ser una ruina. El político se tiene que limitar a introducir un marco regulatorio favorable a la inversión… El problema del tremendo peso del sector público en la economía melillense es que se subvenciona la pobreza y la indecisión política…El crecimiento vendrá -solo podrá venir- del sector privado, siempre y cuando le dejen crecer”. Lo entrecomillado es un resumen, excepto dos pequeñas morcillas mías, de lo que escribió Francisco Bohórquez y publicamos el domingo.
Melilla es una sociedad atenazada por lo público. El largo plazo y los intereses políticos partidistas, siempre cortoplacistas, son incompatibles. Un Plan Estratégico de diez años, uno de ellos (2020) ya transcurrido y perdido, surgido y dirigido por lo público, con un terrible gafe al fondo y desatendiendo otros Planes ya hechos -como el de SODEMEL- tiene casi todas las posibilidades de nacer muerto. Y eso, me temo, es lo que va a ocurrir, que sea solo un documento meramente descriptivo más.

Tampoco el desarrollo de lo político contribuye a tener esperanzas sobre una Melilla distinta y mejor. CpM se ha apresurado a anunciar que Mustafa Aberchán seguirá siendo presidente del partido. Supongo que se lo han preguntado a él, antes de anunciar tal permanencia presidencial. Quizás Aberchán preferiría, personal y familiarmente, no haber seguido, pero le han cerrado el camino. ¿Le han hecho, sus compañeros (o enemigos, nunca se sabe) un favor? Yo creo que no. Ni a él, ni al partido, ni -muy probablemente- a los melillenses. Pero la resistencia al cambio, a lo nuevo, y la manipulación están tan enraizados en los seres humanos que eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor termina por imponerse. El problema es que todo cambia, y lo hace muy rápida, muy profunda y muy inevitablemente. Y siempre es mejor cambiar antes de que te cambien, o irse antes de que te terminen echando las circunstancias cambiantes…o los enemigos emboscados.

Unión Aduanera y política
La entrada en la Unión Aduanera es vital e imprescindible para nuestra ciudad.

De Castro llama a rebajar las tensiones con Marruecos a través de la UE y acierta cuando pide que Bruselas exija reciprocidad a nuestro vecino (ver MH, 22/febrero), algo que este solo hará cuando nuestras fronteras sean europeas, no un engendro extraño, como ahora son. Enrique Alcoba, presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla, sin embargo ve “complicado” que Melilla entre en la unión aduanera europea. Todo es complicado en esta vida. También es complicado saber. Pero hay, en este caso, una evidencia de la que se deriva un enorme peligro para Melilla: no es lo mismo tener con Marruecos una frontera “melillense” que una frontera “europea”. Y el primero que debería entenderlo y trabajar para obtener nuestra entrada en la Unión Aduanera, en vez de dudar, es el que preside la CEME.

Sigue pasando el tiempo, sigue empeorando Melilla, pero la situación política sigue igual y, lo que es peor, sin esperanzas de cambio. Ni en Melilla, ni en España. Se suponía que la iniciativa del cambio habría de venir del PP, pero la pregunta que se hacía Isabel San Sebastián el martes en ABC es muy oportuna: ¿Quo vadis, PP?. A ningún sitio, parece, porque “el ‘viaje al centro’ de Casado explica que Vox -más decidido- avance, que el voto huido de Cs no ‘vuelva a casa’ y que el PSOE -aunque pueda parecer increíble- se consolide”. Así estamos.

Posdata
Ya se ha retirado, a toda velocidad, la estatua del comandante Franco frente al Puerto de Melilla. Una estupidez más. Más pan y circo romano, como bien titulaba nuestro Editorial de ayer. Una nueva cortina de humo de un Gobierno de taifas, para intentar distraer la atención de los melillenses. ¿Mejorará ahora, con esa retirada, la vida de alguien, la pedía algún ciudadano no ideologizado partidistamente, ha evitado alguna de las recientes muertes por covid? No, evidentemente. La prueba de la estupidez de la medida: que votó a favor de la retirada el lamentable político que es Jesús Delgado Aboy, el cual, carente de principios, puede abrazar cualquier principio…o a cualquier persona. A Aberchán, tras confirmar el Supremo su condena, por ejemplo. No sabe, Aberchán, lo que le espera con semejantes abrazos. Hay abrazos que matan.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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