Hasta 1993, los melillenses de confesión musulmana no disponían de un cementerio propio. Los que fallecían antes de ese año eran enterrados en el Cementerio de Sidi Uariach, situado en próximo territorio marroquí. Pero desde aquel año 93, la ciudad española disponía de su propio cementerio, justo en la misma línea que Sidi Uariach, aunque separados ambos por la valla de seguridad. Este es el momento de su inauguración por el entonces alcalde del PP Ignacio Velázquez Rivera, cuando llevaba apenas dos años al frente del Ayuntamiento, tras suceder a Gonzalo Hernández al ganar al socialista, que gobernaba con mayoría absoluta desde hacía ocho años, concretamente desde 1983. Para el estreno del camposanto musulmán, acudieron varios representantes de la comunidad, entre ellos el presidente de Asociación Religiosa Musulmana de Melilla, Sid Driss Abdelkader, o dirigentes vecinales como el presidente de la Asociación de Vecinos de La Cañada de Hidum, Alal Mohamed Mahach. También asistió el actual dirigente del barrio, Abdelkrim Al-Lal, entre otros. Desde aquel 27 de abril de 1993, el cementerio ha experimentado varias reformas y sobre todo ampliaciones para poder atender las necesidades de una ciudad como Melilla con más de 85.000 habitantes, de los que actualmente se estima que la mitad son de origen musulmán.
