Joe "Deke" Deacon (Dencel Washington) es sheriff adjunto del Condado de Kern. Se dedica a patrullar en un monótono trabajo que más bien parece un castigo, pero ha sido elegido por él.
En octubre de 1990 es enviado a Los Ángeles para lo que se suponía un trabajo rápido de recopilación de pruebas que ayudarán a condenar a un criminal en serie.
La operación está dirigida por Jim Baxter (Rami Malek), sargento del Departamento de Homicidios del Condado de Los Ángeles que, impresionado con el instinto policial de Deke, consigue que colabore con él aunque no de forma oficial. Mientras persiguen al asesino, la investigación saca a la luz sucesos del pasado de Deke, descubriendo secretos inquietantes, escondidos durante mucho tiempo, que podrían poner en peligro algo más que su caso.
El elemento clave que genera el enfrentamiento entre Deke y Baxter proviene de la compleja naturaleza de Albert Sparma (Jared Leto), repartidor de electrodomésticos y su principal sospechoso.
Completan el reparto: Natalie Morales como la detective Jamie Estrada, la más joven del equipo de Baxter; Terry Kinney interpreta al supervisor de Baxter, el capitán de LASD Carl Farris; Chris Bauer es el detective Sal Rizoli, amigo de Deke y ex compañero en la policía de Los Ángeles; Joris Jarsky es el sargento detective Rogers; Isabel Arraiza es Ana, la muer de Baxter, y Michael Hyatt como Flo Dunigan, un ayudante del forense de Los Ángeles que comparte cierto pasado con Deke.
El director, guionista y productor John Lee Hancock nació en Longview, Texas, en 1957. y creció en Texas City. Se graduó por Baylor con una licenciatura en inglés y otra en derecho. Hancock ejerció la abogacía durante cuatro años en un estudio de abogados de Bullock, mudándose a Los Ángeles para hacer realidad su dueño de convertirse en guionista de cine.
Debutó como director y guionista con "Hard Time Romance" (1991), una comedia romántica ambientada en el mundo del rodeo. En 1993, escribió el guión de "Un mundo perfecto", dirigida y protagonizada por Clint Eastwood. Años después, Eastwood le pidió que adaptara la novela “Medianoche en el jardín del bien y del mal”, publicada en 1994 por el escritor y periodista John Berendt. La película, dirigida por Eastwood y protagonizada por Kevin Spacey y John Cusack, se estrenó en 1997.
Otros títulos suyos son: “Mi perro Skip” (2000), de la que fue productor; "El novato” (2002), con Dennis Quaid, Rachel Griffiths y Brian Cox, fue muy bien acogida por la crítica y convirtió a Hancock en un director que sabe cómo llevar al cine cada página de una historia; “El Álamo: La leyenda” (2004), que dirigió y coescribió con Les Bohem y Stephen Gaghan; "The Blind Side (Un sueño posible)” (2009), basada en el libro de Michael Lewis, fue nominada al Oscar a Mejor Película y premiada con el de Mejor Actriz (Sandra Bullock); “Blancanieves y la leyenda del cazador” (2012), coescrita con Evan Daugherty y Hossein Amini; “Al encuentro de Mr. Banks” (2013), protagonizada por Tom Hanks y Emma Thompson; “El fundador” (2016), protagonizada por Michael Keaton, cuenta la historia de Ray Kroc, fundador de McDonald's; "Emboscada final" (2019), protagonizada por Woody Harrelson y Kevin Costner, una historia real sobre los dos detectives encargados de atrapar a los forajidos Bonnie y Clyde, estrenada en Netflix.
Además de dirigir y producir PEQUEÑAS COSAS, Hancock escribió el guión hace casi treinta años. Recuerda que quiso estudiar la naturaleza descarnada del trabajo como un medio para explorar el lado intelectual y psicológico de la resolución de crímenes. Comenta: “La historia se me ocurrió a principios de los años 90, cuando los cines estaban llenos de películas de policías colegas. Quería hacer algo diferente y darle un toque de película de los 70”.
Durante sus investigaciones para elaborar los personajes, Hancock descubrió que "hay algunos policías que saben separar mejor las distintas facetas de su vida. Son capaces de volver a casa, darse una ducha, sonreír y besar a sus hijos. En definitiva, llevar una vida normal. Ese es Baxter, al menos, por ahora. Después están los que no son capaces y pueden caer en un pozo muy oscuro”.
El tiempo transcurrido desde la escritura del guión hasta su llegada a la pantalla ha sido casi tan largo y tortuoso como el de los personajes de la historia que narra. Mientras Hancock trabajaba en varios proyectos como guionista y director se cruzó en varias ocasiones con Mark Johnson, productor de algunas de sus obras. Johnson declara: “El guión de 'Pequeñas cosas' era el sueño de un productor: una espectacular y oscura historia policíaca que es en realidad un estudio de personajes sobre lo que significa ser policía y cómo la naturaleza obsesiva de ese trabajo puede apoderarse de tu vida, sin olvidar ese tipo de suspense y ansiedad que te obliga a leerlo hasta el final”.
Cada pocos años, Johnson preguntaba a Hancock por el guión, pero siempre le respondía que aún no estaba listo para hacerlo. El empujón final para realizar la película se lo dieron sus amigos.
Una vez tomada la decisión, Hancock y Johnson se preguntaron si debían actualizarlo para un público moderno. Cuando Hancock escribió el guión no era una obra de época. Realizó sus investigaciones basándose en detectives que trabajaban en el Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles a principios de los 90. Al final decidieron dejarlo en aquella época. Según Hancock: “una de las principales ventajas de mantenerlo en 1990 era el elemento tecnológico. Todavía no teníamos teléfonos móviles, había que utilizar teléfonos públicos o buscas, y ocurría antes del uso generalizado de pruebas de ADN, que lo cambió todo para el trabajo en la escena de un crimen. Así que creo que la ausencia de la tecnología actual hace que esta historia en particular resulte mucho más convincente”.
PEQUEÑAS COSAS ofrece una visión muy potente del efecto que la investigación de estos asesinatos tiene en la psique de Deke y Baxter, se presupone que no se puede hacer este tipo de trabajo sin que afecte a los que lo llevan a cabo, no importa el tiempo en el que se sitúe. Los detectives van a la escena del crimen en la que alguien ha atacado brutalmente a otra persona, y esa imagen queda grabada a fuego en su memoria y en su alma. Como policías, tienen que prestar mucha atención a todos los pequeños detalles porque las cosas pequeñas son importantes. Esto dio origen al título de la película, que se mantuvo intacto a lo largo de los años.
El rodaje de PEQUEÑAS COSAS se llevó a cabo en localizaciones del área metropolitana de Los Ángeles y sus alrededores: hasta Twentynine Palms cerca del desierto y, en dirección opuesta, hasta Ventura, con el fin de recrear cómo era Los Ángeles en 1990.
Desde el principio, Hancock tuvo muy claro cómo debía ser el aspecto de la película El equipo sabía en que zonas del área metropolitana de Los Ángeles debía rodar y evitar lugares emblemáticos de Hollywood como Musso & Frank's, el Teatro Chino o el famoso letrero de Hollywood. Hancock quería algo distinto a los típicos lugares que todos conocemos, una visión diferente de Los Ángeles. Comenta: “Los spots de esta película son los que escribí en el guión en 1990, sobre todo porque los conocía bien. Escribí pensando en el Hollywood Reservoir (un embalse situado en las colinas de Hollywood) porque vivía cerca de allí en ese momento y me pareció una localización interesante para las escenas”.
La localización también influyó en su decisión de ambientar la acción fuera de la oficina del Sheriff, en lugar del LAPD. “La envergadura de la oficina del Sheriff de Los Ángeles es impactante. En un día cualquiera, pueden estar trabajando en un asesinato en Long Beach o Palmdale o Lancaster”, añade el director. “Quería asegurarme de que todos comprendieran su envergadura, porque esto es también Los Ángeles, el Condado de Los Ángeles".
Para el diseñador de producción Michael Corenblith y su equipo fue todo un desafío recrear Los Ángeles de 1990. Tuvieron que sustituir los municipios que no habían sufrido tantas remodelaciones pero que seguían siendo lugares emblemáticos. Había que ir más allá de los famosos iconos y puntos de referencia de Los Ángeles e imbuir cada lugar con una esencia inconfundible de la zona: Cahuenga Cross, Hollywood Dam, La Loma Bridge. Corenblith comenta: “Uno de los criterios que aplicamos a todas las localizaciones fue que si se podía encontrar lo mismo en Georgia o Louisiana, entonces debíamos seguir buscando”.
