Una semana después del incendio de dos de las cabañas del Centro de Ocio y Deportes de Rostrogordo, reconvertidas en centro de acogida de menores en los últimos 11 meses, este complejo deportivo ha vuelto a ser escenario de otro incidente, pese a que ya ha sido desalojado por el traslado de los acogidos a otros centros. Según denunció ayer públicamente el Sindicato Independiente de Melilla (SIM), varios menores fueron sorprendidos colándose en el centro con la intención de pernoctar en él con varias armas blancas. Según el SIM, algunos de los antiguos residentes “han descubierto un nuevo emplazamiento para refugiarse” en el Fuerte de Rostrogordo, “a pesar de que han sido trasladados a Purísima”. Son, concretamente, “aquellos que no quieren estar sometidos al régimen horario que establece el centro”, los cuales “se cuelan por los huecos que hay en la alambrada del Fuerte para pasar allí la noche”.
La organización sindical afirma que los vigilantes que ejercen allí su labor han llegado a incautarse de armas blancas fabricadas por los propios menores, algo que “se agrava aún más teniendo en cuenta que en breve las instalaciones pasarán a estar custodiadas por un solo vigilante, como ocurría antes de que el Fuerte acogiese a los menores”. A ello se añade el hecho de que solo funciona una de las 16 cámaras de vigilancia del centro.
Por esta razón, el SIM solicita a la Ciudad Autónoma que mantenga, al menos, el turno de tres vigilantes por noche, de 23.00 a 8.00 horas, tal y como estaba hasta ahora.
Asimismo, ha pedido que mantenga los servicios y los refuerzos que se habían establecido en Purísima, Rostrogordo y Gota de Leche debido a las condiciones en las que estos centros se encuentran, e insiste en la necesidad de que se revisen dichas instalaciones en materia de seguridad, no solo por el bien de los vigilantes que en ellas ejercen su labor, sino por los educadores y el personal administrativo que acude allí a diario.
Purísima y Gota de Leche
Con respecto a Purísima, el SIM explica que los más de cien menores que estaban acogidos en Rostrogordo han sido reubicados en la Purísima. Sin embargo, la Ciudad ha reducido considerablemente el número de vigilantes de refuerzo que había en las instalaciones por el confinamiento; “es decir, cien menores más y veinte vigilantes menos”.
En cuanto a la Gota de Leche, el servicio de vigilancia fue también reforzado por el confinamiento por positivos entre los allí acogidos. El SIM considera conveniente que se mantenga ese refuerzo: “A día de hoy, las instalaciones siguen sin reunir las condiciones de custodia necesarias y algunos menores intentan fugarse de ellas a diario”, asegura.
A juicio del SIM, la Ciudad Autónoma debe actuar con mayor responsabilidad en materia de seguridad con relación a los centros de menores, “puesto que los acontecimientos de las últimas semanas, incluido el incendio en Rostrogordo dejan patente que estos centros no reúnen las condiciones adecuadas para que los menores estén debidamente custodiados”.
