La Ciudad Autónoma de Melilla podría alargar alargar los periodos de aislamiento en contactos estrechos hasta 14 días, en virtud de la variante británica de coronavirus, que “parece que cada vez ocupa más espacio en la infección”. El director general de Salud Pública, Juan Luis Cabanillas, avanzó ayer en rueda de prensa que esta será una de las medidas que, probablemente se tendrá que adoptar, y apuntó que cerca del 40 % de las PCR realizadas son sospechosas de ser por la variante británica, aunque esto es algo que no está confirmado. Hasta el momento, según indicó, han sido confirmados 35 casos de esta variante en Melilla, aunque en realidad hay 131 casos sospechosos que están pendientes de confirmación haciendo una secuenciación genómica y el virus que causó el episodio anterior.
El director general dijo no poder asegurar si alguno de los 74 fallecidos con coronavirus diagnosticado en Melilla se corresponde a la variante británica, e insistió en que, para evitar que siga habiendo víctimas mortales de la pandemia, se deben seguir medidas básicas como la distancia social, el uso de mascarillas, el lavado de manos, evitar espacios cerrados y evitar aglomeraciones.
También diagnosticar casos lo más rápido posible, algo que en Melilla “lo está haciendo muy bien el Ingesa” con un retardo del diagnóstico del 0,10 %, que es “un indicador muy bueno”; y haciendo un rastreo efectivo, objetivo que en Melilla alcanza el 80 % de los casos, siendo Melilla “de los sitios de España donde mejor se hace”, por lo que destacó, igualmente, el “excelente trabajo” de los rastreadores.
Se consolida el aumento
No obstante, admitió que en Melilla “se ha consolidado el aumento” de la incidencia acumulada que se empezó a dar hace una semana en la de los últimos 7 días, dado el repunte que también está experimentando ya la incidencia de los últimos 14 días.
“Estamos empezando a pensar que la fase de meseta se une a la cola de la tercera ola y quizá el arranque de un nuevo ascenso. No sabemos la magnitud que pueda tener”, afirmó Cabanillas, que cree, no obstante, que las medidas tras las Navidades se adoptaron “en el momento adecuado”, los días 6 y 7 de enero, porque impidió que la incidencia se disparara tanto como en otras regiones, aunque la bajada haya sido lenta.
La media de edad de los infectados es de 32 años, y la incidencia acumulada es mayor en el grupo de edad de 30 a 50 años, que es de 500 casos por cada 100.000 habitantes, que en el grupo de más de 50 años, que es de 300, lo que “orienta hacia dónde se debe dirigir la estrategia de prevención”.
Los ámbitos de los contagios mayoritario siguen siendo los domicilios y por causas desconocidas, y el 12 % de los contactos estrechos sufren finalmente un contagio, un factor importante que indica la necesidad del aislamiento, señaló el director general, que informó de que se sigue con los cribados poblacionales, actualmente en el barrio del General Gómez Jordana.
