La mitad del grupo parlamentario de Cs decidió bajarse del tren de la moción de censura en Murcia y deja a la formación naranja más tocada de lo que estaba antes del terremoto del miércoles El terremoto político que comenzó el miércoles con la presentación de la moción de una moción de censura de Ciudadanos y PSOE a los gobiernos del PP en la Región de Murcia y en su ayuntamiento vivió ayer otro seísmo, después de la jugada maestra de los populares, que convencieron a tres diputados para continuar con el pacto firmado al iniciado de legislatura entre PP y Cs.
El presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, confirmaba así el fracaso de la moción de censura presentada por los partidos de Inés Arrimadas y Pedro Sánchez. Los tres diputados presentes en la rueda de prensa, Isabel Franco, Valle Migueles y Francisco Álvarez, anunciaban que votarán en contra, y el presidente de Murcia, López Miras, desvelaba que entraban en el Gobierno regional.
Todo ello después de una mañana frenética, también llena de sobresaltos, en la que se conocía que el PP había llegado a un acuerdo con los tres diputados de Ciudadanos en Murcia para que no salga adelante la moción de censura que el partido naranja y el PSOE registraron 48 horas antes para desbancar al PP del poder en esa región.
De esta forma el PP logró romper la maniobra de la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, para lograr la Presidencia del Gobierno regional. El acuerdo con el PSOE –en el que han participado el ministro José Luis Ábalos y Jesús Cuadrado (Cs), entre otros– implicaba que los socialistas se quedaban con el Ayuntamiento de Murcia.
Por su parte, las direcciones del PSOE y Ciudadanos han asegurado, tras conocer la noticia, que la moción de censura que han presentado en Murcia contra el presidente 'popular', Fernando López Miras, sigue adelante, y lanzaba todo tipo de ataques contra los tres diputados naranjas de los seis de la formación, que han decidido dar marcha atrás y continuar con el pacto con los populares.
La más descolocada, además de Inés Arrimadas, la gran perdedora de esta fallida operación, fue la propia candidata a la presidencia de Murcia de la moción de Ciudadanos y PSOE, Ana Martínez Vidal, quien en un mensaje en Twitter había denunciado que estaban asistiendo "a un ataque e intento de compra y corrupción de un PP más viejo que nunca". "Ánimo y confianza en nuestro equipo", ha afirmado.
"El Grupo Parlamentario Ciudadanos decidió unánimemente presentar la moción de censura ante la corrupción del PP. Ánimo y confianza en nuestro equipo", señalaba Vidal.
Sin embargo, su gozo en un pozo, porque finalmente la mitad del grupo parlamentario de Cs decidió bajarse del tren de la moción de censura y deja a la formación naranja más tocada de lo que estaba antes del terremoto del miércoles, lo que muchos pronostican como un auténtico suicido de Cs, tras fracasar el asalto murciano y ser expulsados del Gobierno de Madrid por Isabel Díaz Ayuso, que ha convocado unas elecciones que auguran la desaparición de Ciudadanos.
