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CARTA DEL EDITOR

¿Moción de censura en Melilla?

Aforismo de Ortega y Gasset: Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes. En su “Espacio” del miércoles, José Megías titulaba que el Gobierno local “ha saturado el principio de Peter”, que asegura que en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia y allí permanece (Laurence J. Peter). Por eso casi todo funciona tan mal.
Años antes ya había dicho algo parecido el gran filósofo madrileño José Ortega y Gasset, quien en la década de 1910 dio forma al siguiente aforismo: Todos los empleados públicos deberían descender a su grado inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse incompetentes. Aforismo de Ortega que cuadra mejor que el de Peter en el “Espacio” de Megías, quien se muestra escéptico con la posibilidad de que muchos de los que ahora en Melilla ocupan cargos públicos hayan mostrado alguna vez algún grado de competencia.
Habla Pepe en su artículo, y proporciona ejemplos, de empleados públicos que firman expedientes sin haberlos leído. “Pues si no tienen tiempo para leer, que se vayan a su casa, porque nuestros recursos no pueden estar en manos de semejantes ineptos”, concluye.
Nosotros estamos padeciendo ahora, otra vez, algo parecido, concretamente un expediente cerrado que fue reabierto por el odiador miserable, eterno vividor del salario público, efímero y multifracasado político, mal y gigantesco gafe, que responde al nombre de Julio Liarte, y continuado por varios empleados públicos, empezando por el inepto y chulesco consejero de Deportes, Rachid Bussián, y pasando por otros empleados, y empleadas, públicos que firman sin leer el expediente y dañan injustamente, sin razón, con errores palpables, con conclusiones absurdas y evidentemente falsas, contribuyendo, con su negligencia culposa, a que los promotores de la injusticia puedan lograr su verdadero objetivo: el de dañar a los ciudadanos que les pagamos, a los que nos consideran súbditos incapaces de defendernos, a los que no les obedecemos y no les rendimos pleitesía. Ellos plantean la lucha con nuestro dinero, con el dinero y los recursos públicos que tan mal utilizan. Nosotros nos defendemos a pecho descubierto y con los limitados recursos, los nuestros, que tan dificultosamente conseguimos. Es una batalla desigual, de David contra Goliat, pero en este caso, como en tantos otros anteriores y como en el pasaje bíblico, estoy seguro de que David volverá a vencer a Goliat, al mal e injusto Gran Hermano. Llevan décadas intentando asustarnos, exterminarnos y no lo han conseguido. Ahora, con tan poco, tampoco lo lograrán.
Como no van a lograr desde el Gobierno de Madrid terminar con los Gobiernos autonómicos que no dominan, a base de mociones de censura. La aspiración del dominio absoluto es muy comunista, pero es difícil, más bien imposible, conseguirlo en una democracia. En Murcia, las cañas se le han vuelto lanzas a Pedro Sánchez y a Inés Arrimadas y todo indica que la moción de censura va a fracasar. En Madrid intentan impedir que el pueblo vote a favor de Ayuso. En Andalucía y en Castilla-León los lazos PP-Cs se han estrechado, en vez de romperse. El otrora poderoso partido, Ciudadanos, ya no sirve ni como muletilla de Pedro Sánchez.
Isabel Díaz Ayuso intenta escapar de la moción de censura adelantando las elecciones. En Melilla esa podría ser la solución política a una situación prácticamente insoportable, pero el hecho de que, en ese terreno, nos consideren como un Ayuntamiento, en vez de como una Autonomía, impide el adelanto electoral y cualquier cambio de presidencia pasa por una moción de censura. No se entiende bien lo que dice Aberchán con eso de que con su marcha de la Asamblea el tripartito -que no es tal- debe reflexionar “desde el Presidente al último Consejero”. El Presidente, Eduardo de Castro, ya se ha apresurado a “reflexionar” y ha asegurado que él no se va a ir, así que, para que otro, u otra, ocupe su sitio habría que echarlo mediante una moción de censura.
Moción de censura de consecuencias poco halagüeñas para los censuradores, aunque Aberchán cuente con el voto -él cree que incondicional, yo estoy seguro de que de eso, nada- del tránsfuga Jesús Delgado, que sumado a los 8 de CpM y los 4 del PSOE serían suficientes para que la moción prosperara. Pero el problema, más allá del transfuguismo de Delgado Aboid y de la dependencia que eso originaría, puede estar en que solo hay un/una presidente/a posible y dos candidatas probables vía moción de censura: Dunia Almansouri, por CpM, y Gloria Rojas, por el PSOE. Y la solución necesita del acuerdo de los dos partidos. Aberchán ya se ha decidido por Dunia. Gloria depende de lo que le diga su partido en “Madrid”. Y, dado que ya solo quedan dos años para las elecciones locales, el reparto de la presidencia en dos períodos, un año para cada una, resultaría demasiado poco estético y nada práctico, de cara a las elecciones de mayo de 2023, para dos partidos, CpM y PSOE, que compiten directamente en el mismo caladero de votos.
La solución política futura para Melilla pasaría, más que por una candidatura conjunta PP-VOX, por un acuerdo entre un verdadero partido local renovado y un PP asimismo renovado, sin entrar en méritos y/o deméritos de unos y otros. Pero eso, por ahora, es imposible.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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