Un amplio dispositivo de la Guardia Civil ha procedido en la madrugada de este viernes a la recuperación de las aves rapaces sustraídas en el Centro de Aves Rapaces de Rostrogordo, una vez determinado y ubicado el lugar donde podían encontrarse ocultas, un local/garaje sito en un barrio del extrarradio, donde se han localizado y recuperado un águila calzada, un águila ratonera, un búho lapón y tres cernícalos. Los agentes, además de usar medios aéreos y terrestres desde que se produjeron las denuncias en enero, emplearos sonidos digitales sonoros a modo de "reclamos" por todos los barrios de la ciudad para lograr las respuestas de las aves y descubrir así el lugar donde habían sido ocultadas. Según ha informado este domingo un portavoz de la Comandancia, los animales se encontraban en ese lugar "en unas condiciones higiénicas sanitarias deplorables, carente por completo de luz natural, lo que suponía un grave riesgo para su integridad al tratarse de animales muy sensibles que requieren un cuidado especial".
De hecho, ha asegurado que "se constata tras su recuperación el mal estado físico de algunas de las aves, algunas con daños irreversibles".
El portavoz policial ha comunicado que la investigación continúa abierta para el total esclarecimiento de los hechos, destacando que "lo primordial ha sido la recuperación de los animales vivos y su entrega en calidad de depósito a sus legítimos propietarios", hecho que se ha llevado a cabo también con inmediatez para salvaguardar y preservar el bienestar de los animales.
El portavoz del Instituto Armado ha recordado que durante los meses de enero y febrero del presente año se presentaron en la Comandancia de la Guardia Civil un total de cuatro denuncias por parte de la empresa 'El Quinto', que regenta el Centro de Recuperación de Aves Rapaces de la Ciudad Autónoma Melilla, situado en las inmediaciones del Fuerte de Rostrogordo.
Las denuncias reflejaban los distintos robos ocasionados en sus instalaciones, unas denuncias que tuvieron una amplísima repercusión a nivel local, nacional e incluso internacional, tanto en redes sociales como en prensa escrita, por el robo de aves rapaces y otros animales y también porque se publicaron diversas fotos de aves muertas, mutiladas y degolladas.
Un suceso, ha rememorado la citada, que produjo "el amplio rechazo ante la opinión pública, en el ámbito político y también de diversas asociaciones relacionadas con la protección y derechos de los animales".
Sonidos
A raíz de estos hechos, la investigación se asignó a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia, que "la ha llevado con absoluta reserva y discreción, para evitar cualquier tipo de filtración, siendo el objetivo principal la localización de estos animales y recuperarlos vivos, ya que se trata de especies muy sensibles que pueden incluso fallecer por el estrés o carencia de cuidados específicos" ha indicado.
En su desarrollo la Guardia Civil ha aseverado que ha dispuesto todos los recursos materiales y humanos disponibles, incluso el servicio aéreo y como medio eficaz, la utilización de sonidos digitales sonoros a modo de "reclamos", para detectar la respuesta de las aves desde el lugar donde pudieran permanecer ocultas, cosa que ha llevado su tiempo y uso en diversas franjas horarias por todos los barrios de la ciudad. Obtenidos los indicios de esa "respuesta sonora", donde se presumía que se encontraban las aves ocultas, la investigación se centró en un barrio del extrarradio y su constatación por diversas fuentes y procedimientos, resultando determinante el sigilo.
Por último, durante la investigación han podido determinar que las fotografías publicadas en todos los medios donde aparecían "aves muertas, mutiladas o degolladas" no se correspondían con los robos denunciados sino que eran de tiempo atrás.
