A todos esos que engañan con las “citas médicas” para viajar esta Semana Santa hay que recordarles que en la península hay toque de queda y los bares tienen limitación de horarios como en Melilla. Y a todos ellos los invitaría a visitar la UCI del Comarcal y ver la realidad del covid. Una realidad que hizo que yo tuviera que pasar 35 días entubado y después sometido a una traqueotomía porque el covid, que no es un invento, me provocó una neumonía bilateral que en tres ocasiones estuvo a punto de llevarme al otro barrio. Mis palabras se las llevará el viento y seguirá habiendo personas que no se acordarán de los que hemos vivido un infierno y en especial de todas esas personas que no pudieron vencer al bicho. Para los “desesperados” por salir estos días de Melilla porque se sienten “ahogados” y necesitan ir a las grandes superficies y recorrer bares peninsulares les desearía que pudieran experimentar, aunque fuese durante un minuto, la desesperación de querer respirar y no poder; una agonía que sufrí durante días.
Disfrutad de vuestra Semana Santa fuera de Melilla y que en verano, al hecho de que no se haya vacunado a la mitad de los melillenses por la falta de vacunas, que la incidencia de contagios nos deje sin playa, bares y cafeterías y con más paro.
Salid, viajad y disfrutad, porque sois libres para hacerlo, porque afortunadamente sí hay melillenses de todas las edades que cumplen las normas y prefieren sacrificar estos días pensando en evitar el contagio en sus seres queridos y contribuir a volver a la normalidad que tanto necesitamos.
También hay que recordar al personal sanitario, gente maravillosa que hace frente, a pesar de los limitados recursos a su alcance, una gran labor con los pacientes a los que atienden. He vivido en primera persona lo que es la profesionalidad y la humanidad de todas estas personas, como los héroes de la UCI: personal de limpieza, auxiliares, enfermería y médicos.
También el personal de la planta de la planta de CIRUGÍA. Enfermeras, auxiliares y médicos siempre vigilantes. Pero me quedo con el buen humor de auxiliares y enfermeras, sus muestras de cariño y la paciencia que solo demuestran los auténticos profesionales. A todos ellos, muchas gracias.
