La recuperación, la vuelta a la vida, de nuestro muy querido amigo y compañero Jesús Andújar Martín es una inmensa alegría para todos los que formamos MELILLA HOY Pandemia
La recuperación, la vuelta a la vida, de nuestro muy querido amigo y compañero Jesús Andújar Martín es una inmensa alegría para todos los que formamos MELILLA HOY. Lo que escribió sobre su propia experiencia del covid 19 y publicamos el jueves en nuestra contraportada es sobrecogedor y enternecedor. Es recomendable leerlo y releerlo para así -y eso es todavía más importante- practicar lo que Jesús, con su habitual y valiosa ironía, recomienda: menos desplazamientos con el paraguas de falsas consultas médicas, más pensar en los demás, más atender a la terrible y angustiosa experiencia de los que -como Jesús- han padecido la infección.
“A los que viajarán en Semana Santa porque les ‘asfixia’ Melilla” era el título de su Carta: “Desde mi experiencia después de 52 días hospitalizado”. Una Carta que destila tristeza porque -como nos pasa con frecuencia a los que escribimos- nos quedamos con la sensación de que “mis palabras se las llevará el viento y seguirá habiendo personas que no se acordarán de los que hemos vivido un infierno y en especial de todas aquellas personas que no pudieron vencer al bicho”.
Economía
Tras las muertes y los daños físicos y anímicos, llegarán, han llegado ya, los daños económicos. ¿Hasta cuándo aguantaremos”, se preguntaba Francisco Bohórquez el viernes. No mucho más, espero, aunque coincido con él en que “lo peor es que no pasa nada, y nada acabará pasando, porque tragamos con todo, al igual que con todo traga la oposición, una oposición muy blanda, que no está a la altura de las circunstancias… y que opta por la inacción…” o la crítica blanda y manida, añado.
Estamos, aquí y acullá, en toda España y en nuestra pequeña Melilla, en una dictadura disfrazada de democracia y dirigida por unos ineptos cuya ineptitud y maldad en el terreno económico nos ha llevado a más de 6 millones de parados, a más de 100.000 empresas destruidas, a unos gastos públicos crecientes, a un despilfarro intolerable (aunque tolerado). Estamos viviendo un infierno y, como en el Infierno de Dante Alighieri, no le vemos salida a este infierno, tenemos la sensación -como escribió Jesús Andújar- de que nuestras palabras, y nuestros escritos, se los llevará el viento.
Historia melillense
Sobre los últimos 36 años de nuestra ciudad, vistos a través del MELILLA HOY y de mis Cartas del Editor, es sobre lo que estoy escribiendo ese libro que tenía pensado desde hace años. Empezó esa historia que estoy escribiendo el 21 de abril de 1985 y terminará, si Dios quiere, ese mismo día de 2021. Releyendo lo que escribí hace ya tantos años y contemplando lo que ahora ocurre, deduzco que, cambiando las fechas, podrían ser perfectamente válidos mis juicios y descripciones de entonces con lo que ahora sucede. Incluso he tenido varias veces la tentación de, cambiando algunos nombres y las fechas, reproducir literalmente ahora mis Cartas de antes, convencido de que nadie pensaría que serían una repetición de un pasado ya remoto. Triste, pero cierto.
El presente y el futuro
Sin apenas vacunas, con repuntes de infecciones, con gobiernos que parecen formar una tétrica conjura de los cínicos y que están más dedicados a la propaganda goebbelsiana que a la lucha eficaz contra la pandemia y contra la catástrofe económica (como los resultados, los números, demuestran), la situación es muy mala y las expectativas de futuro próximo nada alentadoras. Casi nada ha cambiado. ¿Casi nada cambiará? Ya veremos (¿nacerá un partido local fuerte, interétnico, dirigido por personas valiosas que hayan demostrado su valía profesional?). Ojalá, pero la verdad es que eso, tan necesario, no parece fácil.
Posdata
Otra del gran gafe: “El 21 de octubre de 2019 el Consejero de Hacienda, Julio Liarte, firmó la Resolución 2019001197 mediante la que disponía: La contratación por el procedimiento de emergencia del “Servicio …”. En manos de la Fiscalía está la cosa. Los daños originados, por esa Resolución, para la Ciudad Autónoma pueden ser, probablemente serán, de millones de euros. Será uno más de los múltiples daños ocasionados por el empecinamiento de Eduardo de Castro en colocar a Julio Liarte en el Gobierno y culpa de otros miembros del Gobierno por permitirlo.
