La U.D. Melilla cayó derrotada ayer domingo ante el C.D. Badajoz por un contundente 0-3 y cierra así una lamentable primera fase sin poder alcanzar ninguno de sus dos objetivos, ni el Play-Off ni la nueva Segunda B Pro, lo cual es un doble fracaso deportivo, pero además se ha producido un descenso encubierto, ya que se aleja en dos categorías del fútbol profesional, aunque la temporada puede ser peor, más si cabi, si en la próxima segunda fase no logra mantener la categoría. El club melillense se despide de este modo de la tercera categoría nacional tras el ascenso conseguido hace 35 años, con Totó como capitán de la plantilla azulina y con Francisco López como presidente, ambos q.e.d. Es tiempo de reflexionar en el club melillense sobre lo realizado en estas dos últimas temporadas, principalmente en esta, pero sobre todo la directiva debe pedir responsabilidades a la dirección deportiva por la gestión realizada, con una política de fichajes de más de veinte incorporaciones por temporada que no ha dado resultados. Así es imposible dar estabilidad y equilibrio a proyectos importantes, si no se va renovando todo lo bueno conseguido en campañas anteriores.
El partido
En cuanto al último partido ante el campeón Badajoz fue prácticamente la misma historia de la pasada semana ante el Extremadura, ya que el conjunto de Ángel Viadero no creó peligro alguno en todo el encuentro, excepto en una acción de Al Watani, que detuvo el cancerbero Kike Royo. Lo único positivo fue que en esta ocasión puso ganas, pero más bien fue un querer y no poder, totalmente bloqueados en ataque.
Los locales comenzaron el partido en busca de la victoria con mucho ímpetu, pero la precipitación en su juego le impedía crear ocasiones claras de gol.
El Melilla encontró por la banda izquierda su mejor opción en Fran García, su jugador más peligroso, aunque sus intentos eran neutralizados por una segura defensa visitante.
La primera mitad concluyó sin apenas incidencias en las áreas, ya que en el minuto 3 el local Iker Hernández remató de cabeza fuera y el Badajoz no inquietó al meta Rubén Gálvez.
El Badajos sentencia
El Melilla reanudó el segundo tiempo creyendo en la victoria, aunque el empate le valía porque el Mérida perdió en su casa ante el colista Villarrobledo (0-1). De este modo, siguió con el mismo guión que en la primera parte, pero jugando con más corazón que cabeza y con muy poca llegada al área del Badajoz.
Por su parte, el campeón del Grupo V-B de la Segunda B se estiró con buenas transiciones y entradas por las bandas, lo que provocó que la Unión Deportiva cometiera errores, aunque en el 56’, un pase de Álvaro Molina dentro del área no logró rematarlo Fran García.
Sin embargo, la desolación se hizo patente a partir del minuto 57, tras una falta botada por Alex Corredera en la frontal que fue despejada por Rubén Gálvez, con dificultad, dejando el esférico dentro del área para que Miguel Núñez metiera la punta del pie y marcara el 0-1.
El gol fue un jarro de agua fría para los unionistas, que a la desesperada fueron a por el empate, pero se quedaron con un jugador menos en el 75’ tras la expulsión por doble amonestación del defensa Jesús Muñoz, aunque en el 64’ el visitante Guzmán pudo ampliar las diferencias para el Badajoz, con un golpeo dentro del área que se marchó por encima de la meta local.
El Melilla, con el paso del tiempo, se volcó en el área extremeña, pero dejó desguarnecida su defensa, circunstancia que no desaprovechó el Badajoz para aumentar su ventaja en el 91’, en la jugada siguiente en la que los locales solicitaron penalti por manos de un defensor. Gorka Santamaría marcó el 0-2 en una contra bien llevada por los extremeños, y dos minutos después el propio Gorka Santamaría cerró el partido con el tercer tanto, tras una contra de Aquino que le dejó un balón perfecto.
En definitiva, el Badajoz se impuso con su pegada y hunde a un Melilla que se queda sin el premio de los Play-Offs y la Liga Pro, y su cruda realidad se llama promoción de descenso. Lo sucedido en esta primera fase ha sido la crónica de una ‘muerte’ anunciada.
