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Imperfecciones en la calzada, ayuda a los vecinos y prevención del Covid: los cuidadores de barrio al servicio de la ciudad de Melilla

Cada mañana, en torno a las 8:30 de la mañana, Tarek y Jose llegan a la carpa de Protección Civil ubicada en el paseo marítimo de la ciudad de Melilla. Llevan puesto su un chaleco de color naranja, su uniforme de trabajo, el cual los identifica como cuidadores de barrio.

Cada día recorren distintas calles de Melilla con la finalidad de ofrecer ayuda a sus vecinos, a los comercios o a los viandantes en general. Su objetivo principal, la disminución de incidencias y una notable mejoría de la calidad de vida de la ciudadanía.

Este programa nació como un proyecto piloto para la prestación de servicios de carácter social y fue impulsado por la Dirección General de Atención y Participación Ciudadana de la Consejería de Distritos a través de los Planes de Empleo de la Ciudad Autónoma de Melilla 2020.

Se inició principios de este año y su finalización está prevista para el próximo mes de junio. Aunque actualmente es un proyecto piloto, tiene trayectoria en otros municipios de España, como Vigo, Oviedo o el Área Metropolitana de Madrid. En Gijón, por ejemplo, derivó en un servicio nocturno conocido como los Serenos.
“El trabajo consiste en la prestación de un servicio de bienestar y participación ciudadana”, ha expresado Joaquín* al respecto. siendo destinatarios de su servicio tanto los vecinos y comerciantes de la ciudad como sus visitantes.

En sus paseos, los “chalecos naranjas” se encargan, entre otras funciones, de controlar el alumbrado público y avisar a las empresas de mantenimiento en caso de apagones, farolas sin luz o cuadro eléctricos abiertos con peligro de manipulación por los peatones; también reconocen el mobiliario urbano para detectar posibles desperfectos o mal funcionamiento en papeleras, señales de tráfico, bancos, vallas, maceteros, contenedores y resto de bienes, actuando para solventarlos problemas que puedan existir en supuestos contenedores ardiendo o desplazados que obstaculicen la circulación, siendo su intervención directa para solucionar el problema o de avisar a los cuerpos competentes para ello si escapa a sus posibilidades. Por ello el servicio de Cuidadores de Barrio ayuda a mejorar el mantenimiento de la ciudad y el mobiliario urbano.

Además, con la evolución de la pandemia por Covid-19 en Melilla, pueden prestar un servicio esencial a la ciudadanía recordando las normas de prevención que existen para la propagación del virus, informando y asesorando en cada momento a aquellos que pudieran estar incumpliendo normas elementales que se piden desde el Área de Salud Pública de la Ciudad Autónoma de Melilla
[En la situación actual de pandemia puede ser que alguno de estos servicios planteados en este plan pueda verse reducido, pero no su importancia en el resto de servicios, sobre todo en la información y asesoramiento a personas para la recomendación de medidas preventivas en relación al COVID-19]
Otro de los objetivos del Servicio de Cuidadores de Barrio es prestar atención a las personas que puedan necesitar ayuda por encontrarse pérdidas o desorientadas, al igual que atender las necesidades de información de los turistas, informándoles de lugares (hoteles, restaurantes, cafeterías…), así como datos generales de la ciudad y de sus recursos turísticos, facilitándoles incluso mapas y callejeros de la Ciudad, aunque ahora por la actual situación de pandemia, no se está realizando.

Aunque reconocen que la acogida del programa está siendo positiva, afirman que aún es pronto para hacer un balance pues se inició hace tan solo tres meses. Por ello, explican que al término del programa se evaluará el resultado del mismo detectando las posibilidades de mejora y aspectos a resolver, y se valorará la posibilidad de realizar un programa con carácter no temporal.
“Ahora mismo están incorporados al programa 16 cuidadores, de los que dos actúan de coordinadores o Jefes de Equipo. Divididos en parejas, se distribuyen por los ocho distritos en los que está dividido la ciudad”, afirma Joaquín*
Respecto a la profesionalización del proyecto, Joaquín Arana explica que, si este sigue en pie tras los meses de prueba, será necesario que los trabajadores que incorporen tengan una formación previa. En este sentido, la selección del personal sería más rigurosa y se tendrían en cuenta criterios que correspondan a la edad por el gran esfuerzo físico que realizan durante las patrullas.

Sus funciones se encuentran divididas en distintos módulos, el de primeros auxilios, otro sobre legislación o atención al ciudadano y trabajan a través de una aplicación llamada Línea Verde. Cuando ven una incidencia de carácter ambiental o mobiliario urbano, utilizan esta App, a donde envían una foto del desperfecto y así automáticamente llega al área de medio ambiente. En una libreta a papel y bolígrafo, apuntan la fecha y la ubicación en la que se encuentran los desperfectos para que quede recogida su ubicación exacta.

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Sandra Martínez

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