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El espacio de Nora

La primavera pisa segura

La primavera siempre llega con un halo mágico, los campos se despiertan floreciendo, nos sentimos más vitales, el entusiasmo está más presente, percibimos de una manera más receptiva el amor y exprimimos con más ganas cada momento. Es una estación maestra, así que vamos a adentrarnos en ella partiendo de esta reflexión:
“La primavera es la pasión de vivir a la aventura”. El cambio de hora y la buena temperatura es la antesala de esta estación, también la locura de poner los armarios patas arriba porque no atinamos: si estamos en la sombra es invierno, si estamos al sol verano, pero así es esta estación, cambios tras cambios. Por un lado tenemos la euforia primaveral y por otro lado la astenia, pero todas esas revoluciones se compensan con la alegría que nos envuelve.

Es cierto que nos altera de una manera u otra, pero también nos enseña desde la simpleza cómo la vida se manifiesta. Las personas que estamos más en contacto con la naturaleza vemos mejor los cambios que se van produciendo, el campo pasa del manto marrón al verde esperanza, lo sembrado en otoño se cosecha ahora y aquello que veíamos con aspecto mustio se ha transformado en un jardín de flores. Y ahora muchos diréis, los alérgicos sabemos que es primavera antes que el campo,
y yo puedo dar fe de ello. Es la otra cara de la primavera, donde reina los antihistamínicos, aerosoles, ojos irritados, alteraciones en la piel, problemas respiratorios, etc.

Pero si algo nos empuja la primavera es a coger la puerta, tenemos más ganas de salir, relacionarnos y disfrutar de cada momento. Empezamos a mirar más nuestro aspecto, se nos despierta las ganas de gustar y eso es genial, porque es una manera de aumentar nuestra autoestima. Cuidamos más nuestro cuerpo, nos iniciamos a realizar más actividades deportivas y vamos buscando la satisfacción de vivir a lo sano.

Ahora viene el ímpetu, el amor, las ganas y la atracción sexual que se nos despierta, no me cabe ninguna duda que la primavera la sangre altera. Las hormonas se nos revolucionan a mil por hora en esta estación por eso estamos más receptivos al amor, el romanticismo del ambiente nos envuelve y la atracción sexual aumenta. Nuestro instinto hace que busquemos ese contacto, y ponemos en práctica el arte de la seducción, nuestra sexualidad está más activa y hacemos una aventura de nuestros encuentros de placer, aunque el amor está en el aire, los aquí te pillo aquí te cojo también.

Como he dicho al principio es una estación maestra, si prestamos atención lo primero que nos enseña es que por más cosas que sucedan todo pasa, todo llega y todo cambia. Nos muestra la paciencia del tiempo, vivimos tan corriendo que no nos paramos a disfrutar de lo que la vida nos regala cada día, te enseña que todo llega a su debido tiempo y que lo que es para ti te encuentra. Con ello te dice que sacudas las preocupaciones y las ansias de futuro. Aprende a vivir en presente porque todo cambia, lo único seguro es el aquí y el ahora sin olvidar que tenemos dos manos, una para ayudarnos a nosotros y otra para ayudar a los demás. Respetar, cuidar, amar la tierra y todo lo que ella nos da, es otra enseñanza que nos despierta la conciencia humana y el valor del círculo de la vida, “vive y deja vivir”.

Para terminar deciros que tenemos que ser conscientes de que estamos aquí, que la primavera nos muestra el despertar de la vida, pero para despertar tenemos que estar. Seamos responsables y no nos relajemos con lo que aún estamos viviendo, disfrutemos con seguridad para que siempre sea primavera en nuestras vidas.

Ahora sí me despido, con el deseo de que mis palabras también hayan despertado algo bonito en ustedes y con una romántica reflexión:

“Mi amor no precisa fronteras, como la
primavera no prefiere jardín”

Atte. Nora

PIE DE FOTO (la foto la tiene que enviar aún):
Nora A. Boaza

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