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MELILLA HOY, la historia de una disconformidad resistente

La política española es un desastre, en términos generales. La política de Melilla es especialmente desastrosa. La vacuidad de los proyectos ideológicos de los partidos es la norma. John Fitzgerald Kennedy aseguró que la libertad política es la condición previa al desarrollo económico y al cambio social. Necesitamos ambas cosas, desarrollo económico y cambio social, pero nos falta la libertad, la talla política necesaria para que se dé esa condición previa política a la que Kennedy se refería.
Kennedy dijo, también, que la conformidad es el carcelero de la libertad y el enemigo del crecimiento. No conformarse con lo que hay, especialmente si lo que hay es manifiestamente malo, no es algo negativo, sino todo lo contrario.

La historia de una disconformidad
MELILLA HOY nació el 23 de abril de 1985, siendo alcalde-presidente el socialista Gonzalo Hernández. Ese mismo año, Juan José Imbroda presentó su partido, la Unión del Pueblo Melillense (UPM) y Eduardo de Castro, como miembro de Alianza Popular, apareció en el equipo municipal de ese partido. Gonzalo Hernández declaró públicamente que boicoteaba al MELILLA HOY e incluso Julio Bassets, el que mandaba, acordó no facilitar información al periódico. El 26 de mayo de 1991 Ignacio Velázquez, con el apoyo de UPM, es elegido alcalde-presidente y se convirtió en el primer presidente de la Ciudad Autónoma tras ganar con mayoría absoluta las elecciones de mayo de 1995. En 1998 el tránsfuga del PP, Enrique Palacios, con el apoyo de CpM y del PSOE, es elegido presidente, e inmediatamente anunció el boicoteo a MELILLA HOY, que duró hasta que perdió electoralmente el puesto. Le sustituyó, en 1999, Mustafa Aberchán, líder de CPM, con el apoyo del GIL y del PSOE. El 20 de julio de ese año el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía condenó a la Ciudad Autónoma por boicotear al MELILLA HOY. Juan José Imbroda fue nombrado presidente el 18 de julio de 2000 y gobernó, durante años, con el apoyo del PSOE. Le sustituyó, en mayo de 2019, el actual presidente, también tránsfuga, Eduardo de Castro.

Gonzalo Hernández y Julio Bassets, el que mandaba, nos declararon la guerra pública, nos boicotearon, incluso antes de nacer, por razones no ideológicas, sino de puro interés personal, como nos relató en su momento el socialista Jesús Morata. Ignacio Velázquez, con su brillante estilo, nos trató, desde el punto de vista publicitario, con simple corrección; le criticamos muchas veces. Enrique Palacios nos declaró un boicot total y fue condenado por ello. Mustafa Aberchán no llegó a tal grado de brutalidad política, pero no le faltó mucho. Juanjo Imbroda, que fue un enemigo frontal del periódico, fue cambiando cuando llegó a la presidencia, tuvo respeto por la libertad, prometió mucho y cumplió y pagó solo parte de lo que prometía. De Castro nos declaró un boicot total inicial y después, con CpM y el PSOE, fue mejorando y organizando mejor que antes las relaciones publicitarias con todos los medios de comunicación.

Esa es la breve historia de nuestra relación con los seis presidentes que en Melilla ha habido desde el nacimiento del periódico -mi libro será mucho más extenso-. La historia de un periódico inconformista, que cree y defiende la libertad en general y la libertad de expresión en particular, este periódico, el nuestro, el de todos los melillenses, MELILLA HOY, que nació hace 36 años, cuando Melilla se había quedado sin periódico local y que ha sufrido y superado durante esos 36 largos años ataques tales como para disuadir a Ulises de iniciar y continuar sus famosos -e imaginarios- viajes.

Posdata
Da asco solo mencionar al maligno gafe Julio Liarte. Da asco lo que dice y hace. Lleva años fracasando en todo, especialmente en política y en sus múltiples denuncias judiciales, pero todavía hay personas más imbéciles -en el sentido griego de la palabra- que él y que, con dinero público, le siguen pagando. Nombrar director general de Planificación a semejante gafe multi fracasado ha sido la última barbaridad. El panorama judicial de Liarte es muy, muy oscuro, pero él, aupado en su inmenso ego y su extraordinaria ignorancia, sigue insultando, presuntamente prevaricando y amenazando… que es lo que ha hecho durante muchos años. Y, como todos los malignos y como dice el refrán, cree, como el ladrón, que todos somos de su misma condición.

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