Se busca presidente en buen estado, decente, preparado, que no nos salga caro.
Un gobernante exitoso que irradie optimismo, confianza y seguridad.
Alguien que permita una Melilla en la que se pueda convivir no juntos sino UNIDOS. Si lo conocen avisen es urgente.
Hoy solo quiero que se oiga mi voz y decir, que tengo la plena seguridad de que usted está leyendo este mensaje, por los mismos motivos que me impulsan a escribir este artículo: TODOS QUEREMOS UNA MELILLA MEJOR.
A lo que voy, que hay que ponerse de acuerdo para buscar un presidente, aunque sea un marrón.
En el sombrío panorama de gobernabilidad que tenemos por delante, a pesar de que una nueva persona deberá ocupar la presidencia, muchos se preocupan de que entre las opciones que vemos los buenos por conocer parecen ser igual o peor que los malos ya conocidos
En medio de la pandemia y la crisis económica más profunda, Melilla es gobernada por un presidente que no ha sabido serlo, que ya no le sirve, que le hace daño y por un régimen destructivo que debilita todos los días los puntales de la estabilidad de Melilla.
El presidente actual ya no puede. Su expulsión del partido de Cs, sin liderazgo y, tal vez su defecto más pronunciado, la incapacidad política. Es un hombre no solo agobiado, sino un mandatario que ya ha perdido totalmente la realidad y no tiene respuesta para evitar el derrumbe de un gobierno tripartito que es incapaz para resolver los problemas reales de los melillenses.
Una conclusión directa de lo anterior es que el próximo Presidente debe estar por encima de los partidos que lo apoyen y que tenga la capacidad de poner orden tanto entre éstos como entre los miembros de gobierno,
El descalabro total en el que ahora mismo vive Melilla es simplemente porque no hay ni presidente y menos gobernabilidad, que conduzca a esta Ciudad por el camino correcto; si tan solo todos los partidos pudieran ponerse de acuerdo y hacer que llegue a la presidencia solo la persona que nos de garantía de que va a construir finalmente una ciudad mejor. Los tiempos han cambiado vivimos en una pandemia sanitaria que, asociada a sus costos de salud, conlleva una crisis económica y social muy profunda.
Doblemente aislados por mar y por cierre unilateral de frontera, que está hundiendo a Melilla y la política tiene que cambiar con los tiempos que nos toca vivir.
A dos años de gobierno los melillenses nos sentimos decepcionados y frustrados. El gobierno tripartito prometió mucho, pero en estos 2 años de gestión se ha dedicado a pulir asperezas entre los miembros de la coalición tripartita y rechazar los escándalos de corrupción. Dada la situación reinante de crisis, la mala gestión, los escándalos y la incapacidad del Presidente para disolver la Asamblea y convocar elecciones, ante esta situación política de extrema gravedad no se descarta que desde el Gobierno Central se plantee la disolución inmediata de la Asamblea de Melilla
Las consecuencias de una presidencia acéfala (que carece de autoridad), que manifiestan los altos niveles de ignorancia, por no decir mala fe, que en tiempos pandémicos ha dejado a su suerte a trabajadores, empresarios y en general a todos los melillenses, poco a poco nos indican hacia donde se encamina Melilla; sino se elige de inmediato un presidente que devuelva la gobernabilidad, los días venideros podrían ser trágicos. No solo eso.
Están obligados a encabezar un GOBIERNO DE UNIDAD y un acuerdo para impedir que Melilla quede convertida en cenizas.
Por esa sola razón mantengo para superar esta crisis que es: “urgente, urgente buscar un PRESIDENTE.
