En estos días, en los que la pandemia empaña y dificulta la vida de todos, una idea ilusiona a toda Melilla: rendir homenaje y un merecido reconocimiento a la profesora Lolita Bartolomé, una mujer que durante toda su vida profesional ha dejado su impronta en las aulas de la ciudad, en miles de melillenses a los que tuvo como alumnos, y muchos docentes que, aun no habiendo coincidido con ella, la consideran un referente. Un grupo de profesores está impulsando una iniciativa para poner el nombre de Lolita Bartolomé al Colegio Hipódromo, del que su padre fue director, y donde surgió el amor de ella por la enseñanza. Muchas han sido las entidades, instituciones y personas de Melilla, de todos los ámbitos más allá del educativo, que se están sumando a esta petición, logrando un amplio consenso social pocas veces visto hasta ahora. MELILLA HOY ha podido constatarlo recabando el testimonio de algunos de los organismos que ya se han sumado esta idea y que, lejos de limitarse a dar su apoyo, están aportando, con gran entusiasmo, su granito de arena para que pronto pueda ser una realidad. El objetivo es que la propia Lolita Bartolomé pueda ser testigo de un reconocimiento unánime del que todo el mundo quiere ser partícipe.
La idea surgió de una manera espontánea entre algunos profesores, en torno a una taza de café. Entonces no podían imaginar la avalancha de apoyos que recibirían. Hasta tal punto, que algunos coinciden en que el homenaje, sin haberse solicitado aún siquiera de manera oficial, se está materializando ya por la respuesta tan positiva que está teniendo sin que se haya formalizado todavía.
Los impulsores están abrumados, pero, al mismo tiempo, son conscientes de lo que significa para tanta gente la figura de Lolita Bartolomé, “una mujer de bandera”, como la califica Marisa Escámez, una de las profesoras que están detrás de esta idea. Y no solo por su trayectoria profesional como maestra, inspectora de Educación y directora de algunos centros escolares. También por su papel en el ámbito cultural de Melilla, donde lleva años conservando y difundiendo la obra de su marido, el gran poeta melillense Miguel Fernández, tristemente fallecido en la década de los 90, y del que ella era su musa.
“Mujer pionera”
Además, Lolita Bartolomé destaca como “mujer pionera” y “adelantada a su tiempo” en algunos ámbitos, como señala Blas Jesús Imbroda, decano del Ilustre Colegio de Abogados de Melilla, una de las entidades que ya ha respaldado oficialmente este homenaje. Por poner un ejemplo, Escámez recuerda que Lolita fue la primera mujer que fue nombrada directora de un colegio en Melilla. Y también una de las primeras que condujo un coche en nuestra ciudad.
“Si no conoces a Lolita, es que entonces no eres de Melilla”, resume otra de las personas relevantes del ámbito educativo con las que ha hablado este Periódico. “Era famosa por su marido, el gran poeta, pero ya era hora de que también lo empezara a ser por ella misma, porque fue una de las maestras más decisivas y una inspectora magnífica. Con ella, todo era muy fácil”, añade esta persona, que prefiere no revelar su nombre, pero que ha sido una de las más dinámicas recabando apoyos de para este homenaje.
Apoyo institucional
Hasta ahora, se han sumado a esta petición todos los directores de centros educativos de la ciudad, las tres facultades del Campus de la Universidad de Granada y la UNED, varios sindicatos, la patronal, el Club Rotary de Melilla, el Cronista Oficial de Melilla, y diferentes responsables públicos de la ciudad, entre otros muchos.
La consejera de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad, Elena Fernández Treviño, explica a MELILLA HOY que, cuando un grupo de docentes se puso en contacto con ella para proponerle un homenaje a Lolita Bartolomé dedicándole un edificio de la ciudad, les sugirió que podría ser el colegio Hipódromo, no solo porque podría ser “un homenaje inmediato”, sino también porque “su padre estuvo vinculado a él durante años porque fue director, y ella misma también estuvo en prácticas en él”.
“Lolita Bartolomé es una persona muy querida y que ha hecho mucho por esta ciudad. Generaciones de alumnos y alumnas han pasado por ella. Además, su figura va unida a la trayectoria literaria de Miguel Fernández. Ella ha mantenido vivo, custodiado y alentado su legado como poeta y los certámenes literarios que alrededor de su figura se crearon, como el Premio Internacional de Poesía y Narrativa en homenaje al poeta melillense del IES Miguel Fernández y la Beca Miguel Fernández, trabajo conjunto de la Consejería de Educación y la UNED”, añade Fernández Treviño.
A su juicio, se trata de “un homenaje merecidísimo a una melillense de pro que forma parte del tejido cultural y educativo de nuestra ciudad”.
También se deshace en elogios hacia Lolita Bartolomé el director provincial del Ministerio de Educación, Juan Ángel Berbel, que, aunque no coincidió con ella como docente, sí tienen ambos un trato muy cercano por ser profesor del IES Miguel Fernández, el instituto que lleva el nombre de su marido.
“Si hay una persona en Melilla que se merece un homenaje y un reconocimiento a la trayectoria profesional y lo que ha supuesto en el panorama cultural, siempre un poco a la sombra de su marido, es Lolita. Una persona con humanidad de la que me hablan maravillas de su etapa como maestra, donde está todo el cariño y amor hacia el alumnado”, apunta Berbel.
De esta forma, enlaza con el valor humano de Lolita Bartolomé, porque “es de las personas maravillosas que hay en este mundo y que te reafirma en la capacidad y la condición del ser humano de la bondad, del saber hacer y el saber estar”. Y es que, aunque Lolita “es una persona muy discreta que nunca se quiere promocionar, tiene una calidad inconmensurable”, afirma con rotundidad el director provincial de Educación.
Su antecesor en el cargo, José Manuel Calzado, abunda en las cualidades humanas y profesionales de Lolita Bartolomé. Sobre todo, dos cosas. La primera, su vitalidad. “Es una mujer muy dispuesta, infunde alegría y ganas de hacer cosas a las personas con las que se relaciona”, subraya Calzado. Y la segunda, “lo detallista que es” con todo su círculo de amigos, conocidos y familiares.
En esto, coincide María Jesús García Narvarte, que destaca cómo Lolita, todas las efemérides, acompaña su felicitación con una poesía de Miguel Fernández. Esta profesora y amiga personal de Lolita Bartolomé se refiere a ella como “una abanderada en su época” por todo lo que hizo en su trayectoria profesional, compaginándolo con su papel como ama de casa, madre de seis hijos y llevando un hogar donde vivían también las dos abuelas de la familia.
Narvarte también pone el acento en los años en los que Lolita trabajó como inspectora junto a Julián Moreno y Javier Martínez Monreal, y en su “incansable trabajo” por conservar las obras de su marido a todos los niveles. Por eso, valora de manera muy positiva este homenaje y que se haga en vida para que la persona que lo recibe, en este caso Lolita, pueda vivirlo en primera persona.
