Si hay un colectivo que se está implicando en el homenaje a Lolita Bartolomé, ese es el que representa a sus alumnos. Algunos de ellos se han puesto en contacto con este Diario para hacer constar el profundo cariño que tienen hacia su profesora de Música, Lengua y Literatura. Uno de ellos, José Luis Alcaraz, lo deja claro en un emotivo mensaje donde recuerda el “torbellino de entusiasmo” de Lolita en sus clases. Y destaca, entre sus recuerdos, el “frenesí” con el que Lolita comunicó a su alumnado el Premio Nobel otorgado a Vicente Aleixandre en 1977: “Nos enmudeció a todos”.
Según dice, “Doña Lolita es de las profesoras que no pasan de puntillas. Tenía el don de impartir clases a la vez que se hacía querer por sus alumnos”. Y recalca para finalizar: “Sepa usted que, en miles de alumnos, ha plantado semillas que, con el paso del tiempo, han brotado, llenos o no de conocimiento, pero que nos ha hecho a todos mejores personas. Gracias por educarnos y preocuparse por tantos y tantos alumnos. Es lo que siento y no me lo quiero quedar dentro”.
Manolo Verdejo, de la asociación de antiguos alumnos, coincide con este testimonio, mientras que Maribel Jiménez cree que tuvo “una gran suerte” de tenerla como docente, a la que recuerda “con mucho cariño como mujer, como maestra y como persona”.
“Nos guiaba sin castigo”
Y Juanma Pastor, que también fue alumno de Lolita Bartolomé en el colegio García Valiño, apostilla que es un homenaje “merecidísimo”: “Nos marcó positivamente el camino a seguir desde niños, también nos marcó nuestra infancia de manera positiva. No podíamos fallarle por el hecho de ser tan buena mujer y con tanta psicología como docente. Nos ayudaba en todo y, si alguno era rebelde, ella nos guiaba y sin necesidad de castigo. Es una gran mujer y una docente de las de antes, con una paciencia infinita”.
