La Policía Nacional ha intervenido una fiesta en Melilla, en horario de toque de queda, en la que participaban 14 personas, de edades comprendidas entre los 18 años el más joven y 61 el mayor, en un local dividido en habitáculos que alquilaban cada espacio por 200 euros al mes. Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía ha explicado que en la noche del pasado viernes, siendo las 23:40 horas, dos indicativos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), cuando se encontraban patrullando por la carretera de circunvalación, en las proximidades de la frontera de Barrio Chino, oyeron música proveniente de uno de los locales existentes al margen de la vía, concretamente del interior de un recinto vallado que se encontraba con la puerta de acceso abierta y con una persona que hacía labores de vigilancia, con numerosos vehículos aparcados cerca.
Una vez en el interior comprueban que el recinto estaba dividido en 9 habitáculos individuales donde se juntaban personas que no eran convivientes. En total se identificaron a 14 personas que estaban consumiendo bebidas y fumando cachimbas, quienes manifiestan que lo tienen alquilado por 200 euros al mes por cada uno de los habitáculos de unos 20 m2, no aportando contrato de arrendamiento alguno. La Policía Nacional sospecha que en ese momento se encontraban menos personas de las habituales debido a la intensa lluvia que estaba cayendo.
Estas 14 personas, de edades comprendidas entre los 18 años el más joven y 61 el mayor, todos fueron propuestos para sanción por incumplimiento de las medidas sanitarias recogidas en el decreto por el que se establecen las medidas preventivas necesarias en la Ciudad de Melilla como consecuencia de la evolución de la situación epidemiológica del COVID-19, y 4 de ellos además por posesión de hachís para su consumo.
