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Todo cambia…excepto en Melilla

“Critican -creo yo que con toda razón- la decisión unilateral del Gobierno de poner el nombre de Virgilio Leret al aeropuerto y proponen el de Antonio Molina”, fue noticia en la página 9 de nuestro periódico del lunes.

Del libro de Miguel Platón, El primer día de la guerra: “El capitán Virgilio Leret -que había llegado a Melilla el 1 de julio de 1936- empezó a organizar la defensa de la Base de hidros del Atalayón. Atacó la base una sección del Escuadrón de Caballería. El sargento Lahasen Ben Mohamed y el soldado de primera Mohamed Ben Hamed fueron tiroteados y fueron los dos primeros muertos de la Guerra Civil española. El capitán Leret se entregó”, sin bajas en sus filas.
Los primeros fusilamientos. El 23 de julio, por la tarde, se llevaron a cabo los primeros fusilamientos (en Melilla) que eran producto de una sentencia dictada por consejo de guerra, en el campo de tiro situado en las inmediaciones del fuerte de Rostrogordo. Éste era un gran edificio levantado entre 1888 y 1890, que durante los primeros años tuvo una función defensiva, pero que desde comienzos del siglo XX se había convertido en prisión.

Entre los cinco fusilados ese día estuvieron el capitán Virgilio Leret y el capitán de Infantería Luis Casado Escudero, de 38 años, único oficial superviviente de la defensa de Igueriben, en julio de 1921, cuando era un joven teniente. Luis Casado, herido en la citada posición y prisionero de los rifeños durante dos años, había sido gentilhombre de cámara de Alfonso XIII. Fue detenido en la misma tarde del 17 de julio, por un grupo de falangistas entre los cuales se encontraba Carlos Guillén, el presunto confidente del interventor José María Burgos. El capitán Casado era viudo –su esposa Serafina había fallecido en 1934- y poco antes de morir escribió una carta a sus padres, hijos y hermanos. “Dentro de unas horas –decía- me van a fusilar. Nunca se avergüencen de mí. Muero inocente pensando en todos ustedes, a los que tanto he querido y quiero”. Sus últimas líneas fueron para rogar a su familia el cuidado de sus hijos, Tito y Adelina, así como para expresar la voluntad de ser enterrado junto a su mujer.

Los otros fusilados fueron el capitán Joaquín Fernández Gálvez, de 33 años, de Cazadores 7, y los dos alféreces de Aviación que habían secundado a Leret, Armando González Corral y Luis Calvo Calavia, de 34 y 32 años respectivamente. El piquete de ejecución, al menos en el caso del capitán Fernández Gálvez, estuvo compuesto por soldados de reemplazo de su unidad, según el relato escrito treinta años después por un soldado que cumplía el servicio militar en el Batallón, el catalán José Llordés Badía”
Lo entrecomillado es del libro de Miguel Platón El primer día de la guerra, cuya segunda edición, corregida y aumentada, publicaremos en breve. No es cierto, pues, que Virgilio Leret fuera fusilado el 18 de julio, porque lo fue, junto con otros cuatro oficiales, el día 23 de ese mes. Tampoco fue el primer muerto de la Guerra Civil en Melilla.

Antonio Molina, es un guardia civil melillense muy conocido asesinado por ETA, cuyo recuerdo no provoca división, es una evidencia. Pero el fondo de la cuestión es que, una vez más, se recurre desde el Gobierno socialista-comunista, malutilizando a los muertos, a maniobras de distracción para intentar ocultar la pésima realidad y -como decía Francisco Robles en su página del lunes pasado y con respecto al COVID 19- “alejarnos de los hechos que fueron causa de la desastrosa situación actual”.

Posdata
Sobre el estruendoso y fallido proyecto de la Superliga de fútbol, presidida por Florentino Pérez: después de ver y oírle a él y al presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, no tenía dudas: mejor, con sus defectos, Superliga que UEFA. Y mejor el cambio -aunque no todos sean buenos- que el inmovilismo … en el mal. Pero la reacción ante el cambio de los gobiernos populistas -que, con diferente grado de populismo e intervencionismo, lo son todos- ha sido tan rápida y rotunda que la Superliga murió antes de nacer. Solo permanece la imparable idea de que es necesario cambiar, también en el fútbol. “Cambia, todo cambia, cambia el modo de pensar, ….” canta Mercedes Sosa. Todo cambia en todas partes…excepto en Melilla.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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