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La pareja de la Guardia Civil

Tal vez en España no exista nada tan tradicional y representativo como una Pareja de la Guardia Civil. No hay un solo camino, paraje, monte o vaguada que no haya sido recorrida por tan Beneméritos hombres. Tranquilamente podría firmarse aquello de “Nunca tantos debieron a tan pocos “.
El antiguo artículo sexto de la Cartilla del Guardia Civil aprobada por la Reina Isabel II en Real Orden de 20 de diciembre de 1845 decía: “El Guardia Civil no debe ser tan temido sino de los malhechores, ni temible, sino de los enemigos del orden. Procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido, y que a su presentación el que se creía cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que tenía su casa presa de las llamas, considera el incendio apagado; el que veía a su hijo arrastrado por corrientes de las aguas, lo crea salvado; y por último siempre debe velar por la propiedad y seguridad de todos”.

Sin embargo, durante 365 días centenares de Pareja Beneméritas velan en todo el territorio Nacional por la Paz y tranquilidad de la Sociedad a la que sirven.

Como homenaje a estas Parejas de la Guardia Civil, quiero recordar con estas líneas en su 177 aniversario la heroica actuación de una Pareja de la Benemérita melillense.

En la madrugada del 12 al 13 de octubre de 1915, los Guardias Trinitario Navarro Castellón y Francisco de la Cruz Expósito, prestaban servicio de vigilancia por la población de Nador, iban recorriendo sus calles en evitación de posibles robos a las propiedades y separados entre sí tal y como preveía el antiguo reglamento entre 10 y 12 pasos, cuando al llegar a la Plaza del Pilar, recibieron por sorpresa una descarga de fusilería. Los atacantes se trataban de un grupo de rifeños que se encontraban al amparo de la oscuridad de la noche, escondidos detrás de una gran cantidad de bidones que había en ese lugar.

El Guardia DE LA CRUZ cae al suelo gravemente herido perdiendo el conocimiento. Su compañero, el Guardia Navarro, cae también herido con un impacto en su mano derecho que le impide cargar y disparar su arma con soltura.

Al verlos en ese estado los cabileños se arrojaron sobre ellos para rematarlos con sus gumías.

Sin embargo, el Guardia Navarro, haciendo un esfuerzo sobrehumano se reincorpora y usando su mosquetón como maza derribó al suelo a dos de los atacantes, logrando disparar su arma y matar a otro de ellos. El resto ante tan bizarra reacción huyeron en desbandada.

Por este hecho, y a propuesta de la Comandancia General de Melilla, se le dio como recompensa al GUARDIA NAVARRO el ascenso a Cabo y al Guardia DE LA CRUZ le fue concedida la Cruz Pensionada Vitalicia.

La cartilla del Guardia Civil dice en su artículo 2º, Las parejas que han de prestar este servicio, irán siempre a 10 o 12 pasos, uno del otro, para que ningún caso puedan ser ambos sorprendidos, y para que puedan protegerse
Agradecimientos.- Nuestro especial agradecimiento al Sr. Coronel Jefe D. Antonio Sierras Sánchez, al Sr. Teniente Coronel Jefe de Operaciones D. Arturo Ortega Navas y al Sr. Teniente Coronel, Jefe de Personal y Apoyo D. Ignacio Lombo Mohedano, pertenecientes a la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, por su apoyo incondicional y permanente a la historia de la Guardia Civil y de nuestra ciudad, para que no resuene en el olvido y se conserve a las generaciones venideras con el cual exponemos estas ilustraciones únicas en exclusiva consideradas una reliquia. Este artículo va dirigido a la gran familia de la Guardia Civil como recuerdo y homenaje.

Autor: GC. Farid Mohamed

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