Ayer se inauguró en Melilla el XXVI Seminario sobre Malos Tratos y Abusos a Personas Mayores bajo la organización de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UPD) y la colaboración del Ministerio de Sanidad y la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad. En el acto, el presidente de la UPD, Luis Martín, dejó patente la necesidad de dar visibilidad a un problema silente y oculto como el de los malos tratos hacia las personas mayores, y es que sólo se denuncia el 10% de los casos. Afirmó que muchos casos no se denuncian porque "resulta duro para el mayor denunciar a su hijo que ha pasado de ser su cuidador a su verdugo". Luis Martín, presidente de la UPD, afirmó que esta organización con ramificaciones por Europa y América, ha mantenido siempre "una gran preocupación por la inseguridad y la violencia que afecta a las personas mayores". Afirmó que este tipo de violencia es un hecho real, aunque poco conocido, "socialmente infravalorado y apenas se denuncia, bien por desconocimiento o por temor y vergüenza del mayor". De hecho, sólo se denuncia el 10% de los casos, lo que deja un 90% de hechos que nunca verán la luz.
Realidad oculta
Motivado por esta realidad, esta organización ha venido desarrollando una campaña de sensibilización en la sociedad a través de seminarios monográficos como el que se celebró ayer en Melilla, abordando los malos tratos y los abusos a las personas mayores. Estas acciones van dirigidas tanto a asociaciones de mayores, como a los profesionales de todos los ámbitos (sanitario, social, legal, policial) que trabaja con el colectivo de mayores, a sus familias y a los propios afectados.
Explicó Martín que la violencia ejercida hacia los mayores es compleja y presenta unas características muy diferentes a la que se ejerce sobre menores o mujeres. De hecho, existe una menor sensibilidad social hacia este tipo de maltrato, en especial cuando se vive en una sociedad en la que predomina el culto a la juventud y todo lo que representa y "se desprecia a lo viejo considerándolo algo inútil". A esto hay que sumar el que el alargamiento de la esperanza de vida se vende como "una catástrofe, en vez como una conquista social, y hace que a los mayores se nos considere una carga, una población pasiva que vive a costa de la sociedad y que no aporta nada". Esta imagen dañina influye negativamente en todos los grupos de la sociedad, como los jóvenes, "que no ven la necesidad de relacionarse con los mayores, también en los mayores, que se aislan más".
Otra característica propia del tipo de violencia que sufren los mayores es la violación de sus derechos fundamentales, como la discriminación por edad que se da incluso en la asistencia sanitaria donde se les "niega o limita el acceso a determinadas pruebas o tratamientos"; la privación de la libertad personal que supone entrar en una residencia, "a veces en contra de su voluntad"; la violación de sus derechos de secreto de las comunicaciones postales o telefónicas; o el maltrato económico, por el uso ilegal o inapropiado de fondos bancarios del mayor.
Un tercer tipo de maltrato sería en que se produce no ya en el ámbito familiar, sino en el institucional, y en este sentido, seminarios como el de Melilla, dirigidos a los profesionales que están más en contacto con estas personas, pueden ayudar a que se detecten y denuncien este tipo de situaciones que se den ya sea en centros como en la familia. Afirmó el presidente de la organización que "resulta duro para el mayor denunciar a su hijo que ha pasado de asumir el rol de cuidador al de verdugo, y del que depende económica y emocionalmente". Reconoció que es en las instituciones donde se producen menos casos.
Afirmó Luis Martín que la vía para prevenir el maltrato pasa por sensibilizar y formar a la sociedad, así como a los profesionales relacionados con la atención a los mayores, como se busca con estas jornadas. Pero además indica que las recomendaciones a seguir son potenciar la concienciación y la educación de la sociedad, mejorar la imagen social de los mayores, crear conciencia de la violencia hacia las personas mayores, potenciar las relaciones intergeneracionales, educar desde primaria, promover campañas de sensibilización social y de formación de profesionales, prevención del aislamiento social y físico y apoyo de la familia y los cuidadores.
Apoyos
La inauguración de las jornadas contó con la presencia del consejero de Seguridad Ciudadana, Francisco Javier Calderón, que deseó que sea un encuentro provechoso, y el director general del Imserso, César Antón Beltrán, que incidió en la necesidad de detectar estos hechos para solucionarlos, así como en potenciar la prevención.
