La Cofradía del Cautivo liberará en Semana Santa, por decimocuarto año consecutivo, a un interno del Centro Penitenciario que ha pasado al tercer grado. El acto se llevará a cabo a las nueve y media de la noche de este próximo Jueves Santo, 15 de abril, a la altura de la Plaza Menéndez Pelayo, coincidiendo con la salida procesional del mencionado cristo. Hasta el momento sólo dos mujeres se han beneficiado de esta medida, y habrá que esperar unas semanas hasta conocer el sexo de la persona que se beneficiará de esta medida de gracia. La Cofradía y el Voluntariado Cristiano de Prisiones se encargarán de tutelar al liberado durante los siguientes doce meses para ayudarle en su reintegración en la sociedad. Los representantes de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo y María Santísima del Rocío, junto al padre Ángel Santamaría como responsable del Voluntariado Cristiano de Prisiones, hicieron entrega ayer tarde al director accidental del Centro Penitenciario, Domingo Barranquero, de la túnica, el capirote y la faja de esparto que lucirá el interno que a petición de la Cofradía y por decisión del juez de Vigilancia Penitenciaria pasará al tercer grado y saldrá en procesión, junto al trono de Jesús Cautivo, el próximo Jueves Santo.
Acto
Domingo Barranquero apuntó que con este acto se cumplía una tradición instaurada hace ya catorce años y que ha permitido hasta el momento que trece personas recuperaran su libertad y se reinsertaran en la sociedad. Con la ayuda precisa, todos, los doce liberados hasta el momento, han podido incardinar de nuevo sus vidas y no recaer.
Explicó cómo se desarrolla el proceso, desde la petición que eleva la Cofradía, hasta que la junta de tratamiento, en base a los expedientes de los más de internos existentes en Melilla, confecciona una terna que presenta al juez de Vigilancia Penitenciaria, Juan Rafael Benítez Yébenes, que determinar cuál es el que se beneficia de esta medida y, al pasar al tercer grado penitenciario, puede ser "liberado" el Jueves Santo.
Aseguró que en la elección del interno no se tiene en cuenta ni su sexo, ni religión, y que en estos trece años precedentes se ha prestado todo tipo de ayuda a los liberados, desde encontrarles vivienda, a arreglos en sus hogares, el pago de las facturas de la luz, o encontrarle un empleo. Barranquero fue el encargado de dar lectura de los documentos preceptivos del acto. El primero, la petición de liberación de un interno en Semana Santa que cada 24 de septiembre, fecha de la celebración de la festividad de la Virgen de la Merced, realiza la Cofradía del Cautivo. El segundo, el compromiso que asumen la mencionada hermandad y el Voluntariado Cristiano de Prisiones de atender las necesidades personales, familiares y económicas del liberado durante un año, posibilitando así su reinserción social.
Cofradía
Gregorio Castillo, gestor delegado de la Cofradía del Cautivo, aseguró que era motivo de satisfacción regresar al Centro Penitenciario con la noticia de posibilitar la salida de un interno. "Llevamos catorce años y afrontamos con mucha ilusión este acto de liberación porque nos permite ayudar a los demás, y dar una segunda oportunidad a una persona para rehacer su vida".
Esta acción es una más de las actividades que la Cofradía desarrolla a lo largo del año dentro de su labor social, que incluye también actos benéficos y programas de ayuda a personas sin recursos. Afirmó que "es un orgullo que de los trece liberados todos se hayan insertado, eso lo podemos llevar a gala, y esa es la línea a seguir, por lo que nos encomendamos a nuestros santos titulares". También dijo que Melilla "es muy generosa" que desde particulares a instituciones "nos abren las puertas" cuando se acude en busca de ayuda para "que podamos cumplir con nuestro deber".
Acto seguido se procedió a la firma del documento legal de la liberación, en el que plasmaron su firma el propio Gregorio Castillo, el director accidental del centro penitenciario, y el padre Ángel Santamaría en representación del Voluntariado de Prisiones. También acudió al acto Francisco Ruiz Campos, la persona en la que la cofradía delega desde el primer año las relaciones con los liberados.
