La Guardia Civil de Melilla ha localizado en lo que va de año a 350 menores extranjeros no acompañados escondidos en las inmediaciones del puerto comercial de la ciudad con intención de colarse en algunos de los barcos que conectan Melilla con la península para llegar a Europa como polizones. La mayoría tienen edades comprendidas entre 14 y 17 años y prácticamente todos son de nacionalidad marroquí, que pasan a Melilla burlando los controles de seguridad de los pasos fronterizos. Éstos son los resultados que ha dado desde el 1 de enero el plan de actuación permanente que lleva a cabo la Guardia Civil para localizar a estos menores que malviven en las escolleras del puerto, donde esperan en las cuevas y en los recovecos de Melilla la Vieja el mejor momento para entrar en el interior del puerto y llegar directamente a las zonas de preembarque donde esperan los camiones y contenedores que deben viajar a la península.
En una nota de prensa, la Guardia Civil explicó que el objetivo “primordial” de este dispositivo permanente es velar por la integridad física de los menores, dado el riesgo que corren en los escondites que eligen en algunas ocasiones. De hecho, durante los reconocimientos que los agentes hacen a los vehículos antes del embarque, se han podido localizar a niños y adolescentes magrebíes “en situaciones muy comprometidas y peligrosas”, ya que “con ese deseo de acceder a los buques a toda costa, no reparan en las consecuencias de sus acciones realizadas de forma negligente y con temeridad”.
Los agentes han llegado a auxiliar y rescatar a personas ocultas entre los bloques de chatarra de vehículos compactados, sepultados bajo el peso de chatarra suelta, en el interior de cubetas de cemento y en las transmisiones de vehículos, entre otros muchos lugares, que “ponen en serio riesgo su integridad física”.
Evitar la inmigración irregular
Este plan de la Guardia Civil, que también tiene como finalidad evitar la inmigración irregular hacia la península, ha interceptado también a menores entre 10 y 13 años, aunque éstos en un “mínimo porcentaje”, ya que prácticamente todos tienen un perfil común de edad un poco más avanzada, entre 14 y 17 años y del país vecino.
Pese al riesgo que corren estos menores, ninguno de ellos ha sufrido lesiones graves. Ocho de los 350 menores inmigrantes que han sido interceptados en estos casi dos meses y medio de 2014 han requerido primeros auxilios y posterior atención médica, aunque todos están bien y solo uno tuvo lesiones leves, aunque su estado de salud es bueno y sin complicaciones.
Cuando la Guardia Civil rescata a menores extranjeros no acompañados en el marco de este plan, los pone a disposición de la Consejería de Bienestar Social de Melilla, en función del protocolo de actuación, con conocimiento de la Fiscalía de Menores.
