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El vicario ofrece su ayuda y la de la Iglesia en la atención de los inmigrantes irregulares

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El vicario episcopal, Roberto Rojo ofreció ayer "sus manos y su ser", el apoyo de los cristianos melillenses y la implicación clara y directa de la Iglesia Malacitana para ayudar en la atención de los inmigrantes irregulares que llegan a la ciudad. Uno de los objetivos que se busca con ello es devolver a estas personas su "dignidad" como seres humanos. El anunció lo realizó ayer en la misa de acción de gracias en recuerdo de los que defendieron Melilla durante los cien días de sitio que sufrió la ciudad hasta el 19 de marzo 1775, a manos de las tropas del sultán de Marruecos Muley Mohamed. Un año más la afluencia de público volvió a ser escasa. A las doce de la mañana se inició en la parroquia de la Purísima Concepción el oficio de religioso de acción de gracias en recuerdo al 239 aniversario del levantamiento de sitio por parte de las tropas del sultán de Marruecos. Un año más, la afluencia de público volvió a ser escasa al margen de los representantes de las distintas instituciones y entidades invitadas.

Historia
Tal como relata la historia, el 9 de diciembre de 1774 el sultán de Marruecos, Muley Mohamed Ben Abdal-Lah, al frente de cuarenta mil hombres, rodeó Melilla con el fin de asaltarla. Durante cien días, la ciudad fue objeto de duros bombardeos y de escaramuzas por parte de las tropas invasoras, que fueron repelidas por los habitantes de la ciudad. El asedio se prolongó por espacio de cien días, hasta la mañana del 19 de marzo de 1775, día de San José, momento en el que el sultán ordenó poner fin a la operación.

El sitio se cobró la vida de 115 defensores, entre soldados y desterrados, una mujer y un niño, así como 584 heridos. Los cuerpos fueron enterrados en "la bóveda de las Ánimas, Patio de Tahona, Bóveda de la Soledad y en los alrededores de la iglesia de la Purísima Concepción". El rey Carlos III dictó que cada 19 de marzo se celebrase, con un oficio religioso, el fin del sitio en recuerdo a los defensores de la plaza. La tradición se mantiene desde entonces. A la ceremonia religiosa de ayer acudieron, entre otros, el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, miembros del gobierno local y oposición, el comandante general, Álvaro de la Peña Cuesta, y el delegado del Gobierno, Abdelmalik el Barkani.

Misa
La ceremonia la ofició el vicario episcopal, Roberto Rojo. En su homilía, señaló que el de ayer era un día grande para la Iglesia, porque se homenajea al "modelo de creyente que fue San José", el padre putativo de Jesús, el hombre que "supo afrontar desde la fe todo ese gran misterio de Dios" y que enseñó desde su condición humana al que sería el salvador del mundo, la modestia de ser uno más. El vicario afirmó además que el de ayer era un día importante para Melilla, en el que "dar gracias a Dios" en la conmemoración de la gesta de aquellos que "lucharon para que la ciudad siguiera siendo española". "Es un día de dar gracias por todo lo que realizaron, por esas personas que dieron su vida y merecen nuestro recuerdo y estima".

Estos dos hechos, afirmó, "nos tienen que hacer reflexionar en este día", en especial de cara a afrontar un hecho de primera magnitud como se está convirtiendo en Melilla el tema de la inmigración irregular. Roberto Rojo recordó que el martes llegaron a la ciudad 500 inmigrantes saltando la valla, y aunque "aquí reciben la atención que precisan, se hace lo que se pude, pero es verdad que (su número) está desbordando todas las previsiones con avalanchas descontroladas". Aún así, dejó patente que lo que "no hay que olvidar es que, al igual que nosotros, son hijos de Dios que buscan su dignidad personal y su libertad".

Reconoció que en Melilla, frente al fenómeno de la inmigración, "los cristianos pocas cosas podemos hacer porque todo el control está bajo el Gobierno, pero sí quisiera hoy, de una manera personal, y como vicario, brindar mi implicación y la de todos los cristianos de poder ayudar en esta situación que vivimos", con el fin de "evitar que los inmigrantes caigan en las redes de las mafias, que no pierdan su dignidad como personas, sino que podamos darles sus derechos humanos como personas, que puedan buscar su libertad y puedan tener, como cualquier otro, la manera de buscarse la vida". Reconoció que se viven actualmente "tiempos difíciles" en todos los sentidos, pero "quizás estos sean los retos que nos manda el Señor".

Ayuda
El vicario manifestó que esta ayuda debe hacerse de una forma coordinada, como lo establezca quienes se encargan de estas labores y no de forma independiente, porque "se haría más mal que bien". Apuntó que a este ofrecimiento de ayuda de los cristianos, hay que sumar además el de la de la Iglesia Malacitana que se compromete a colaborar desde sus organizaciones, como Cáritas, en todo cuanto pueda. No descartó que incluso la Mesa Interconfesional quiera sumarse a esta iniciativa de ayuda.
"Pienso que al igual que nosotros buscamos esa libertad y bienestar como personas, hay que buscarla también para nuestros semejantes, por eso os brindo toda la ayuda que podamos dar, no solo material, sino también trabajo y tiempo, para que así podamos seguir siendo esa ciudad abierta por la que nuestros antepasados lucharon". "Nuestro lema, en estos tiempos difíciles, tiene que ser ese, el de estar dispuestos a colaborar unos con los otros, desde un racionamiento, con organización. Lo único que puedo brindar por mi parte son mis manos y mi ser, la ayuda de los cristianos, así como la oferta de colaboración de la propia Iglesia en todo lo que pueda aportar". Añadió que sólo con la colaboración e implicación de todos se logrará que "sigamos siendo una ciudad abierta y feliz para todos".

Ofrenda
Al término de la ceremonia religiosa en conmemoración de la defensa que realizó la población de la Melilla intramuros frente a las tropas sitiadoras, la comitiva de autoridades se dirigió al Túnel de la Florentina, lugar en el que se levanta el monolito en recuerdo del mariscal Juan Sherlock, encargado de la defensa de la ciudad durante el asedio.

Allí, el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, el comandante general, Álvaro de la Peña Cuesta, y el delegado del Gobierno, Abdelmalik el Barkani, fueron los encargados de colocar una corona de laureles. Seguidamente se interpretaron el himno de Melilla y el nacional a cargo de la Banda de Música Ciudad de Melilla. De esta forma finalizaron los actos conmemorativos.

Imbroda: “Estamos a favor de la inmigración regularizada”
El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, explicó que la conmemoración del levantamiento del sitio busca cumplir con una tradición de tres siglos con la que recordar la gesta de "aquellos que defendieron la ciudad para dejarla, por los siglos de los siglos, para España". Afirmó que hay tres fechas con una especial relevancia para Melilla: el 17 de septiembre 1497 cuando la llegada de Estopiñán, el 19 de marzo de 1775 con el levantamiento del sitio y el 6 de diciembre de 1978 con la aprobación de la Constitución, el primero por la conquista de la ciudad, el segundo por su permanencia en España y el tercero porque ha permitido a Melilla su "proyección como ciudad abierta, europea, de futuro y multicultural que no olvida sus tradiciones y busca inmundo más abierto, en solidaridad y respeto para todos sus ciudadanos". Reiteró que el de ayer era "un gran día para Melilla, porque ese hecho de 1774 posibilita la Melilla intercultural de ahora".

Inmigración
En relación a la homilía del vicario, manifestó que ni él ni su gobierno están en contra de los inmigrantes sino "que hay que ayudarles", pero sí se declaró en contra de la inmigración irregular, la misma "que deja heridos, muertos, explotación de seres humanos y mafias que ganan dinero explotando a las personas". También está en contra de la imagen que se está dando de Melilla con los saltos. "Estoy a favor de los inmigrantes, pero los regulares, los normalizados, los que puedan venir en mejores condiciones y que logren la ansiada libertad pero no de forma mediatizada".

Imbroda dijo apoyar las palabras del vicario, en cuanto a que "Melilla hace todo lo que puede para ayudar a los inmigrantes y el Gobierno para que no pasen necesidades. Asumo todas las palabras de apoyo a los inmigrantes, pero otra cosa es que estoy en desacuerdo con la inmigración irregular y esto hay que regularizarlo".

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Redacción

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