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En Melilla se estima que hay más de diez casos de pacientes de Párkinson con menos de 40 años

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En Melilla se estima que hay entre 200 y 250 personas diagnosticadas de Párkinson, una enfermedad degenerativa que hoy por hoy no tiene curación y que se calcula padecen en nuestra ciudad unas diez personas con más de cuarenta años. Aunque no puede hablarse de prevención sí que la detección precoz se convierte en el arma principal según señala Rafael Soler, jefe de Sección de Neurología del Hospital Comarcal de Melilla, que afirma que existen tratamientos quirúrgicos y farmacológicos que permiten dar una buena calidad de vida a los enfermos. Por ese motivo, ante la aparición de los primeros síntomas, se aconseja acudir al especialista. Rafael Soler, jefe de Sección de Neurología del Hospital Comarcal de Melilla explicó que el objetivo de la jornada informativa sobre el Párkinson que se celebra hoy en la ciudad tiene una triple intención: sensibilizar a los pacientes, profesionales y a la administración de la importante carga que supone para el sistema sanitario la atención de esta enfermedad, la necesidad de aportar nuevos recursos sociosanitarios y en especial, incidir en la detección precoz con lo que poder aportar al paciente una mejor calidad de vida. Afirma el especialista que en este caso no podría hablarse de posibles vías de prevención de esta enfermedad degenerativa, y aunque sí que pueden darse "factores de riesgo, no existen grandes cosas que se puedan hacer para prevenir, pero sí para diagnosticar de forma precoz, porque suele influir de forma positiva en la evolución de la enfermedad".

En cuanto a los síntomas que pueden dar la voz de alarma, dijo que fueron descritos hace más de cien años por el descubridor de la enfermedad, como son el temblor en reposo, "que es un temblor lento como si se estuviese contando monedas; rigidez inicial en un brazo que con los meses pasa al otro, y también lentitud en movimientos que hace al paciente menos ágil y va aparejado de una inestabilidad postural". Apunta que cuando una persona detecte cualquiera de estos síntomas, acuda a su médico, que lo derivará al especialista. Otro de los objetivos de este día es que el personal sanitario pueda identificar con prontitud estos síntomas para diagnosticar la enfermedad.

Afirmó que una vez diagnosticada, el paciente "suele responder muy bien a la medicación, por eso es importante el diagnóstico precoz, porque todo lo que se haga en las primeras fases, incide en la evolución". Explicó que en la enfermedad tratada suele darse un período de entre cinco y diez años denominados de 'luna de miel', en el que el paciente está controlado, pero posteriormente entra en una segunda fase donde el tratamiento es más complejo y donde aparece una primera fase de discapacidad. Aquí es donde entra en juego otras vías de actuación, como la cirugía, o las bombas de medicación.

El jefe de Sección de Neurología del Comarcal reconoció que hoy por hoy no existe curación para el Párkinson, pero sí que los tratamientos "han mejorado mucho y el paciente vive más años y con mejor calidad de vida, e incluso cuando la enfermedad aparece en personas de edad, suelen fallecer por otras causas ajenas". Aunque suele diagnosticarse en personas de ambos sexos a partir de los sesenta años, reconoció que hay casos en personas de 40 años y no se descarta que sea por cuestiones hereditarias. En estos casos la discapacidad se produce a una edad más temprana. "La prevalencia del Párkinson Juvenil como se denomina, está aumentado". De hecho en Melilla se estima que hay al menos unas diez personas entorno a los 40 con la enfermedad. En la ciudad se estima que hay diagnosticadas entre 200 y 250 personas con Párkinson, de ellas el 10% se encuentran en una fase avanzada de la enfermedad y otro 10% se encuentra próxima.

Aclaró el especialista que el que sea incurable no significa que no sea tratable y que incluso en estadios avanzados, existen tratamientos que mejoran la calidad de vida de los pacientes, por lo que les animó a no tirar la toalla y acudir a su médico para informarse. Así habló de la cirugía de estimulación de determinadas áreas cerebrales que aunque se llevan a cabo bajo sedación local, deben realizarse en hospitales de referencia. En Melilla, 5 pacientes se sometieron a esta intervención.

Existe la técnica de colocación de una sonda gástrica conectada a una bomba de administración de la levodopa, y también la administración de la apomorfina a través del tejido subcutáneo. A nivel nacional sólo existen diez casos de pacientes con la intervención para recibir la levodopa vía sonda y uno de ellos es una melillense que lleva dos años intervenida. Por ahora “no tenemos pacientes con difusión subcutánea de apomorfina, pero estamos en condiciones de poder hacerlo en Melilla, porque requiere poca estructura y no son procesos complejos".

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Redacción

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