La fe no solo mueve montañas. También convoca cada Semana Santa a miles de fieles en las calles de toda España, allí donde las cofradías representan con sus pasos procesionales los últimos días de vida de Jesucristo antes de su muerte en la Cruz. Pero muchos de los ciudadanos que asisten a las procesiones no lo hacen solo por motivos religiosos. La participación militar en algunos de los actos de Semana Santa atrae a buena parte de su numeroso público, testigo de excepción de una tradición con décadas de historia. Algunos de los desfiles procesionales que se celebran en nuestro país no se entenderían sin la presencia de determinadas unidades del Ejército, cuyos soldados son tan aclamados y observados como las propias imágenes religiosas a las que acompañan y escoltan. Ocurre, por ejemplo, cada Jueves Santo en el casco histórico de Málaga, que es tomado literalmente por la Legión desde que desembarca por la mañana temprano ante la mirada expectante de miles de personas. El Tercio Gran Capitán de Melilla hace posible esa estampa cada cierto tiempo, ya que Defensa va rotando la participación en esta procesión entre los tercios de Almería, Ronda y nuestra ciudad.
Este año no les toca a los legionarios melillenses, que sí participarán en otros desfiles procesionales de Antequera y Vélez-Málaga el Miércoles y Viernes Santo, respectivamente. Éstos son solo dos de todos los actos que las unidades de la Comandancia General de nuestra ciudad tienen programados para esta Semana Santa. En total una quincena, aproximadamente, la mitad de ellos en la península, donde la presencia del Tercio Gran Capitán I de la Legión y del Grupo de Regulares número 52 es todo un acontecimiento.
Estas dos unidades de Infantería, las que despiertan más aplausos entre los españoles en cada desfile con sus pasos específicos, participan en siete procesiones en total en la provincia de Málaga, Córdoba y Cádiz. Los Regulares son los que tienen la agenda más ocupada, ya que acudirán a cinco actos en una especie de gira por diferentes municipios. Curiosamente, esta unidad no participa en la Semana Santa de nuestra ciudad, donde los melillenses tienen que esperar al día de la Patrona, el 8 de septiembre, para ver en una procesión religiosa los uniformes color garbanzo con sus capas blancas y tarbuch rojo.
En Melilla, casi a diario
En Melilla, la presencia del Ejército en nuestras procesiones es prácticamente diaria. El Domingo de Ramos, el Tercio Gran Capitán I de la Legión tuvo un protagonismo especial acompañando a la Pollinica y a María Santísima de Gracia y Esperanza. Mientras una escuadra de gastadores fue escoltando el trono que representa la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, la Banda de Guerra puso la banda sonora interpretando 'El Novio de la Muerte' para deleite de los melillenses y de los propios cofrades, que acompañaron a los legionarios en este himno tan sentido.
La Legión volvió a salir de procesión el Miércoles Santo con el Nazareno, y esta noche lo hará de nuevo con el Flagelado para culminar su participación mañana, el Viernes Santo de luto, escoltando al Santísimo Cristo del Socorro.
Además, los melillenses podrán ver mañana al comandante general, Álvaro de la Peña Cuesta, presidiendo en representación del Rey la procesión del Santo Entierro. En ella también participará la Compañía de Mar para escoltar al Santísimo Cristo Yacente, repitiendo el mismo papel que anoche desempeñó con María Santísima del Rocío. Y también como hermanos mayores de la cofradía, participarán la banda y música de la Comandancia General, un piquete del Regimiento de Artillería y una representación de la Guardia Civil.
Esta noche, además, el Grupo de Artillería GAAAL número 7 escoltará al Cautivo en una de las procesiones más especiales de la Semana Santa de Melilla, en la que un preso es liberado por Jesucristo a pocas horas de su muerte.
Éstos son los desfiles procesionales en los que participan cada año los soldados melillenses. Pero esta Semana Santa ha tenido un acto añadido en cuanto a la presencia militar con motivo del vigésimo quinto aniversario de la creación de la Cofradía Castrense. Una efemérides a la que la Comandancia General de Melilla ha querido contribuir autorizando la participación de una escuadra del Regimiento de Artillería Mixto número 32, que el Martes Santo acompañó a la imagen del Humillado por las calles de nuestra ciudad.
Décadas de tradición
Solamente en casos puntuales como éste, Defensa accede de forma excepcional a ampliar la participación militar establecida por décadas de tradición, ya que la tónica habitual es rechazar las nuevas peticiones que le llegan de cofradías de toda España para contar en sus procesiones con la presencia de soldados. Las entidades religiosas son conscientes de que sus procesiones lucen mucho más con esta participación militar, y éste es precisamente uno de los motivos que alimentan el afán de algunas hermandades por atraer a más público. Un juego en el que el Ejército no entra porque su participación en los actos procesionales responde únicamente al “acervo cultural y las tradiciones arraigadas del Pueblo español”.
El vínculo entre los pasos procesionales y las unidades militares se remonta en algunos casos a los años de la posguerra. En nuestra ciudad, el caso más antiguo es el del Santo Entierro, que data de 1940. También nuestros soldados llevan décadas participando en procesiones de la península, dejando el pabellón melillense muy alto, como hacen en Antequera desde 1970, en Almería y Cádiz desde 1973 y en Vélez-Málaga desde 1972.
El gasto como amenaza
Pero los casos más antiguos se dan en Córdoba, donde la Legión arropa a la Hermandad del Señor de la Caridad desde 1947, y en Málaga, donde los Regulares empezaron a ir con el Cautivo a partir de 1952. Sin embargo, la tradición en este último caso se ha visto interrumpida por motivos económicos, ya que la cofradía malagueña alega que no poder costear los 17.000 euros que supone el desplazamiento y manutención de los soldados.
Y es que los gastos que conlleva la participación militar en las procesiones corren a cargo de las hermandades. El Ejército accede a ella a coste cero para las arcas públicas, una condición que en el caso del Cautivo ha reducido este año la presencia del Grupo de Regulares número 52 a cinco oficiales, entre ellos su coronel, Ricardo Pardo. Los malagueños, por lo tanto, se han quedado otro año más sin ver a los soldados desfilando, una noticia que ya fue avanzada hace unas semanas por la prensa local y que incluso ha provocado debates en la opinión pública por tratarse de una de las procesiones más importantes de todo el calendario cristiano de Málaga.
La reducción de la presencia militar en las procesiones ordenada por Defensa en la legislatura anterior no ha tenido demasiada repercusión en la guarnición de Melilla, que se prepara con esmero desde varios meses antes para desfilar de manera impecable en Semana Santa. Son días en que los soldados de hoy, ayer y mañana cambian su rutina en los cuarteles por otra labor mucho más emocional, en la que las bandas de guerra y de música interpretan marchas diferentes a las habituales y las escuadras de gastadores o piquetes desfilan a un paso muy lento, pero fiel al orden cofrade.
Esta cita causa expectación en los cuarteles, donde siempre hay más voluntarios que plazas para participar en las procesiones, incluso de soldados de otras religiones. Nadie quiere perderse la oportunidad de tomar parte en una tradición que acerca mucho más al Pueblo todo lo relacionado con la institución militar, y que se ha ido forjando año tras año tras la estela de imágenes sagradas.
