El Cristo de la Paz, de la Cofradía de la Soledad, cumplió ayer con su estación de penitencia en la sobrecogedora noche del Jueves Santo, donde tuvo este año a Carlos Castro Moncada, integrante de la Junta Joven, como encargado de dar lectura de una carta de desagravio. Por su parte el vicario episcopal, Roberto Rojo, pidió al Cristo crucificado que siempre ponga "paz en nuestra ciudad y ese sea el signo de convivencia entre las distintas religiones, y que el amor del Padre sea compartido por todos". La salida procesional más tardía de la velada del Jueves Santo fue la del Santísimo Cristo de la Paz, que sobre las ocho y media de la tarde abandonó la Iglesia del Sagrado Corazón para entrar en el recorrido oficial, arropado por los cientos de melillenses que acudieron para vivir esta fría y triste velada que habla del asesinato de Cristo. Las manos de un imaginero anónimo fueron las que hace más de ciento cincuenta años dieran forma, con respeto y fe, al rostro del crucificado que habla del dolor del Hombre-Dios que soporta sobre sus hombros los pecados de la Humanidad y que, ahora vencido por la muerte, pronto será el mensajero de la esperanza de la vida eterna y el amor de Dios con su resurrección.
La Melilla creyente estuvo con él, con el Cristo de la Paz en su paso dorado y sostenido en un monte gólgota de claveles de color sangre de toro, apostando por el movimiento cofrade melillense y su Semana Santa. La devoción de los cofrades quedó de manifiesto por el hecho de que aunque con capacidad para 90 portadores, finalmente salió a la calle con 110 costaleros. El Cristo de la Paz, de la Cofradía de la Soledad, contó ayer con el respaldo y cariño de la Melilla cristiana y católica, que le arropó en su estación de penitencia. Las saetas también sembraron su camino, como la Banda de Música Ciudad de Melilla con las marchas preparadas para tan singular jornada.
Carta
Este año recayó en el joven cofrade melillense, Carlos Castro Moncada, la lectura de una carta de desagravio al Cristo de la Paz, una hermosa misiva en la que expuso que los años le han ayudado a entender todo cuanto representa este Cristo: sacrificio, al entregarse para salvar a la Humanidad; gratitud, porque con su entrega "nos enseñaste a agradecer y valorar la vida"; la esperanza de que un mundo mejor es posible; el amor incondicional de Dios; el perdón, y la paz "que nos ayuda a descansar".
Por su parte el vicario episcopal, Roberto Rojo, pidió al Cristo portado por hombres de todas las creencias y culturas "que siempre pongas paz en nuestra ciudad y ese sea el signo de convivencia entre las distintas religiones, y que el amor del Padre sea compartido por todos".
Ciudad
El delegado del Gobierno, Abdelmalik el Barkani, en el espacio “Cruz de Guía” de TVM señaló que aunque no es cristiano, vive la Semana Santa "como siempre, con un profundo respeto y participando en la medida que se puede". Afirmó, en este sentido, que su máxima es que cuando se celebra la festividad de una comunidad melillense, lo es también de toda la ciudad y de "todos aquellos que quieran participar de ella". Afirmó que en Melilla, todos los estamentos y administraciones trabajan en ese objetivo común de "mantener ese contacto y conocimiento de las distintas comunidades, de las distintas formas de ver las cosas que se da en Melilla y deberíamos dar a conocer lo que podríamos llamar nuestra forma de vida, no extrapolarla a ningún sitio, sino dar a conocer nuestra experiencia, lo que hacemos y el que quiera que tome nota". Dijo que la sociedad melillense debe comprometerse también a esta labor y "estar convencida de que este es el modelo que queremos, aportando nuestro grano de arena para hacer una sociedad más justa". Barkani no olvidó en sus palabras a los inmigrantes, en especial en estos días de Semana Santa y dijo que hay que seguir luchando para acabar con las mafias que se lucran de la desesperación de estas personas. Indicó que es preciso tomar medidas a todos los niveles y que Europa en su conjunto debe implicarse.
