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Columna abierta

La usura en nuestra sociedad

Hoy quiero escribir un artículo sencillito para dar mi punto de vista sobre un mal social al que se oponen dos creencias religiosas mayoritarias que conviven en nuestra ciudad: el cristianismo en todas sus acepciones y el islamismo. Si a un musulmán o a un cristiano le preguntas: ¿qué es la usura? Te responderá – prestar un dinero a cambio de que el deudor te devuelva más de lo que has prestado. Eso es así, sin embargo, hay cosas que tanto cristianos como musulmanes omitimos. En mi opinión, si yo tengo una empresa de diez trabajadores y les doy un dinero mensual a cambio de que ellos realicen para mí un trabajo que me va a dar más beneficios al capital que yo les he dado, eso también deberá convertirme en un usurero.

Para paliar este problema, ya que de actuar así, ni empresas ni empresarios existirían. El empresario debe pagar la mitad de los beneficios “netos” de su empresa a los trabajadores. O sea, primero el salario y después, una vez al año, pagarles el cincuenta por ciento del beneficio residual (descontando lo que ya se les ha pagado y lo que ya se ha invertido en mercancía o material) de la empresa. A quienes desempeñan labores poco cualificadas, de bajo rendimiento o solo trabajen a media jornada, a esos solo se les debería pagar el veinticinco por ciento.

Se puede dar el caso de que el empresario no gane ese cincuenta por ciento del superávit del dinero invertido, por lo que entonces no estaría obligado a establecer una paga de beneficios. Todo se lo quedaría en justicia el empresario. Puede ser que el empresario necesite o quiera reactivar la empresa utilizando una inversión participativa de capital externo a modo de acciones, por ejemplo. Aunque esto no tenga nada que ver con la usura, lo moral sería que los propios trabajadores tuvieran preferencia para comprar dichas acciones del lugar donde trabajan.

Alejarse de la usura es incentivar al trabajador, sabiendo que va a participar de los beneficios de la empresa donde trabaja y hará que rinda más y mejor, que suba su moral como persona y se le trate con justicia. Para mí otros tipos de usura también es alquilar una casa de una habitación a cuatrocientos o quinientos euros, sabiendo que un hogar es una demanda social de primera necesidad y que los salarios apenas superan los mil euros, siendo generoso.

Como almacenar dinero en un banco o debajo de los colchones, sin invertir en tu empresa o en las treinta y cinco empresas que sostienen en la actualidad la economía de este país sería un acto de usura, además de inmoralidad y no digamos de empeñarse en ciento veinte mil euros, si ganamos mil doscientos al mes y no sabemos lo que el futuro nos puede deparar. Yo cada vez estoy más convencido de que la crisis económica que vivimos en España no es más que el reflejo de nuestra propia moral.

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