La vicepresidenta de la Asamblea, Cristina Rivas y el consejero de Educación, Antonio Miranda, recibieron ayer en el Salón Dorado al grupo de antiguos alumnos de la Salle que con ocasión del cincuenta aniversario de su promoción, han vuelto a Melilla. Afirman que se han encontrado con una ciudad más bonita y moderna. Permanecerán en la ciudad hasta el domingo. Antonio Beltrán Rubio, portavoz del grupo, explicó que de las 43 personas que participan en este reencuentro, sólo 22 son antiguos estudiantes que pertenecen a la promoción de 1964-1965, por lo que cumplen 50 años desde que finalizaron sus estudios en La Salle. "En mi caso concreto desde hace 50 años no había vuelto nunca a Melilla. No tuve la oportunidad. Cuando terminé el preuniversitario me fui a estudiar a Barcelona y después, por trabajo, estuve en Madrid".
Los participantes en el reencuentro permanecerán en la ciudad hasta el domingo y "la idea es convivir con los antiguos compañeros todos juntos" disfrutando de las actividades previstas, entre las que se encuentran la recepción de ayer y que hoy el colegio les imponga la insignia de antiguos alumnos.
Afirmó Antonio Beltrán que se han "encontrado una ciudad mucho más bonita". En su caso, dijo que fue a buscar las casas en las que vivió, pero no encontró ninguna, porque han desaparecido. "Mi padre trabajaba en Gaselec y vivíamos justo encima de la fábrica. Esas casas las han tirado y han hecho otras nuevas, es ley de vida, luego estuve
en una pensión el último año de estudios y también ha desaparecido". A todos ellos les ocurre lo mismo, "porque han pasado muchos años", pero aún así "la ciudad está muy bien". Los residentes en la península apuntan recibir información sobre cuanto ocurre en la ciudad, como el problema migratorio en las vallas, "pero eso en las calles de la ciudad no se nota absolutamente nada". Feliz estancia.
