Ayer fue una jornada de reencuentros para la promoción de alumnos de la Salle del año 1964, porque tuvieron ocasión de visitar su antiguo colegio, redescubrirse en las antiguas orlas y recorrer las instalaciones de un centro que seguirá formando parte de sus vidas para siempre. Como colofón, se les impuso a cada uno de los participantes su correspondiente insignia y cerraron la ceremonia interpretando el himno de la Salle. En la memoria, el recuerdo de aquellos antiguos compañeros que seguirán vivos en las anécdotas de los amigos. El deseo compartido, el volver a reunirse muy pronto en la Melilla de su juventud.