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Nota en libertad

Electores europeos enfadados: abstención, reformas o revolución

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Los resultados de las elecciones al Parlamento europeo de 25 de mayo de 2014 han demostrado que los electores europeos han hablado en dos idiomas: los del Sur de Europa se han expresado en clave interna, dañados por la crisis económica y los continuos casos de mal gobierno interior y los electores del norte han expresado su desafecto a la Unión Europea, … …inclinándose, en bastante medida, por nacionalismos extremos. Los europeos, sencillamente, esperan mucho más de la gestión de la Unión Europea, de sus respectivos gobiernos y están insatisfechos de la marcha de los asuntos públicos. La UE es lo que es; no es una ONG ni una zona milagrosa, es una organización política nacida de una unión económica, y su fin principal originario es evitar repetir los errores-horrores históricos de las guerras europeas del siglo XX, promovidas por nacionalismos sectarios y ambiciones imperialistas. Sólo por este motivo antibelicista vale la pena, pero la Europa unida actual es mucho más que un freno; es también un gran motor en el mundo y en los últimos 50 años se ha convertido en actor político esencial y en actor económico con el euro como nueva moneda, que compite con el dólar y el yen; tiene presencia internacional que suma a la de sus naciones que, todavía, caminan solas; es un referente en el comercio internacional con 500 millones de ciudadanos; es una fuerza cultural, que transmite principios de libertad y convivencia democrática, en un marco de sociedad de bienestar envidiado por otros muchos países y personas. Por todo ello, sufre y sufrirá ataques de todo tipo y de todas procedencias, y todas estas cosas debemos conocerlas.

Pero, a la hora de votar, parece que estas razones no han valido y cada elector se ha expresado con su visión. En la zona norte, menos dañada por la crisis económica, se ha reforzado la fuerte corriente populista de falta de afecto europeo a través del euroescepticismo lindante con el antieuropeismo impulsado por nuevos y peligrosos nacionalismos de extrema derecha. Los electores del Sur de Europa, entre ellos los españoles, se dice que han hablado en clave interna con voto de protesta por los ajustes presupuestarios que la UE exige para equilibrar los presupuestos, reducir el gasto público y hacer reformas estructurales. Pero esa interpretación no es exacta y es miope y parcial. El voto en España se ha dividido en tres grupos: la abstención de muchos ciudadanos (principalmente del PP y PSOE) descontentos con la actuación y omisiones de sus partidos; los reformistas que desean la regeneración democrática y la unidad de España, y los revolucionarios antisistema que rechazan las libertades ajenas para tratar de imponer su sistema dirigido, totalitario, con el ejemplo chavista.

En España muchos votantes del PP se han abstenido porque no están satisfechos con la pasividad del gobierno, con mayoría absoluta en el Parlamento, por no desarrollar las promesas del programa electoral del 20-N-2011 y cuyo contenido no se limitaba a la recuperación económica. Evidentemente, la recuperación económica es un elemento necesario para España pero no es el único ni es suficiente. También muchos votantes del PSOE se han abstenido por la confusión de su partido ante el desafío rupturista de España en Cataluña, por los casos de corrupción en Andalucía y la falta de ideas para racionalizar el estado de bienestar. Pero los españoles, tanto los abstencionistas como los reformistas desean que se respete el Estado de Derecho, los principios y valores básicos de convivencia y se tomen medidas urgentísimas que afectan a los ciudadanos, a la democracia y al unidad de España.

a) Respecto a los ciudadanos españoles, se deben gobernar para ellos; el Estado debe cumplir y hacer cumplir la Constitución Española y las leyes en relación a los derechos de igualdad y libertad reconocidos en cualquier lugar del territorio; por ejemplo, el indignante asunto del incumplimiento de sentencias por el gobierno de Cataluña que impide que los escolares que puedan estudiar en su lengua materna, el idioma español, oficial en España, como lengua vehicular. O el insensato asunto territorial de la niña de Treviño, o la inexistente política de inmigración y falta de medios y normas disuasorias respecto de los inmigrantes ilegales.

b) La democracia española necesita regeneración, con controles y métodos eficientes de anticorrupción, con sistemas de buen gobierno presupuestario, transparencia real, efectiva y en tiempo real de cada gasto público. Los votantes, todos, están hartos de abusos del dinero público.

c) Que se cambie de una vez el sistema de cuotas de partidos en la elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, del Tribunal Constitucional y del Tribunal de Cuentas porque hay que buscar y elegir a los mejores profesionales aunque no estén adscritos a algún partido político.

d) Que se reduzca el tamaño insostenible de las Administraciones Públicas, redundantes, cuyos costes excesivos se están cubriendo, con déficit y con los impuestos “temporalmente” subidos que reducen la capacidad de gasto y pago de la clase asalariada.

e) Que se ponga fin al desafío separatista que se está financiando con remesas públicas y desde las instituciones propias del Estado como son las Comunidades Autónomas de Cataluña y País Vasco, lo cual es incomprensible para el ciudadano.

f) Que se supriman las subvenciones a partidos, sindicatos, organizaciones empresariales y se de luz a sus ingresos y gastos.

g) Que las empresas puedan invertir y contratar personal sin intervencionismo y sin las altas cargas por cotizaciones sociales que disuaden a los empresarios. Etc, etc.

Eso es lo que esperan los votantes abstenidos del PP y muchos del PSOE, que todavía son la mayoría del pueblo español, de los cuales, algunos, más preocupados y sensibles con la falta de medidas, apuestan por los nuevos partidos más empeñados en la regeneración política y lucha contra la corrupción como son VOX, Ciudadanos y UPD.

El tercer grupo de españoles lo configura la sorpresa del año, el voto-protesta revolucionario dado a Podemos, cuyo ideario propone prohibir casi todo a los demás ciudadanos, nacionalizar bienes e intervenir y controlar la vida y hacienda ajenas; es un programa liberticida de rechazo extremo al sistema político y jurídico europeo y de España. Deseamos que la población descubra lo que pretenden.

CONCLUSIÓN: Los resultados de las elecciones europeas del 25 de Mayo han puesto de manifiesto que parte de la población del norte de Europa desearía retornar a los peligrosos nacionalsocialismos y que la población de los países del Sur, incluida España, desea cambios para la regeneración democrática y el fin de la corrupción; ello sumado, lógicamente, al necesario, pero no suficiente, crecimiento económico creador de empleo.

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