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“Lo que debería estar subvencionado es el mejor servicio y precio para consolidar el esfuerzo de la naviera”

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Arturo Esteban acaba de cumplir diez años como presidente de la Autoridad Portuaria de Melilla. No tenía pensado aterrizar en esta institución tras ver terminada su etapa al frente de la Delegación del Gobierno por la derrota electoral del PP en 2004. Su idea era marcharse a Huelva, donde había desarrollado toda su trayectoria política, pero Imbroda le ofreció las riendas del Puerto para dar un giro radical al que está llamado a ser “el motor del futuro desarrollo económico de Melilla”. En esta entrevista concedida a MELILLA HOY, Arturo Esteban hace un repaso de esta década en la que destacan dos proyectos sobre todo: la estación marítima y la ampliación portuaria.

– Acaba de cumplir diez años como presidente de la Autoridad Portuaria de Melilla. ¿Imaginaba que iba a estar en este puesto tanto tiempo?
– No me lo imaginaba. Incluso ahora me sorprende. Llegué a este puesto de una manera aleatoria porque venía de ser delegado del Gobierno y al perder las elecciones mi partido, mi primera impresión fue la de volverme a mi ciudad. Fue el ofrecimiento de Imbroda, que habíamos trabajado en común mucho, quien me dijo que quedaba mucho por hacer y que ese proyecto que yo llevaba tan encima teníamos que hacerlo. Por eso acepté. Al llegar aquí me encontré con que los problemas que había eran mucho más importantes que el tener una ampliación del Puerto o no y fuimos resolviéndolo. Lo primero que tuvimos que afrontar fue un temporal en el que no nos quedamos sin puerto de milagro por el famoso bloque fue navegando hasta encallarse en la playa. El Muelle Nordeste III estaba seriamente dañado en su cimentación y tuvimos que empezar a hacer obras de esas que no se inauguran, de las que no se ven, pero que son absolutamente imprescindibles para poder tener un puerto. Y después nos dimos cuenta de que había que modernizar el puerto claramente porque teníamos una estación de pasajeros que era tercermundista. Nuestro proyecto fundamental fue el ampliar los comercios, intentar traer nuevos tráficos y el proyecto de ampliación del puerto, que ha tardado muchísimo porque hemos tenido ocho años parado el tema, el proyecto estaba metido en un cajón a pesar de que nos decían otras cosas. A estas alturas, si no hubiera ocurrido eso, estaríamos hablando ya de tener una realidad. Para afrontar los retos en una comunidad en la que todo es competencia, o tienes instalaciones e instrumentos para poder competir o te mueres.

– ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de estos diez años?
– Del paso por este puesto lo mejor es la posibilidad que me ha dado de vivir en Melilla. Aquí he aprendido muchísimas cosas: a conocer mundos distintos, culturas distintas, a saber convivir y que en el mundo no vive uno solo, sino que estás rodeado de seres distintos y todos igualmente importantes. Y lo peor también es lo que he podido vivir aquí en Melilla en algunas cosas, que puede ser falta de acierto para haber comprometido a más gente en el proyecto del puerto. Creo que perdemos los melillenses muchísimo tiempo en discutir entre nosotros en vez de apoyar el hombro y tirar hacia delante. En un sitio tan pequeño, donde todas las fuerzas son pocas, el hacer ese derroche me parece cuando menos frívolo.

– La ampliación del Puerto empieza a dar sus primeros pasos, pero hay melillenses que no terminan de creerse que eso vaya a terminar siendo una realidad. ¿Cree que tiene parte de responsabilidad de no haber sabido implicar a más gente en este proyecto, o se debe a otros intereses?
– Sin duda, la responsabilidad tiene que ser mía porque he sido el máximo artífice de esto para lo bueno y para lo malo. A pesar de que estamos en una ciudad en la que el futuro se lo toma con alguna condescendencia, yo lo resumiría en que no creemos en nosotros mismos. No creemos en nuestro futuro. Si hay gente que no se lo cree es por la falta de confianza en nosotros mismos porque si nosotros queremos, lo podremos hacer. ¿Por qué no va a ser posible? ¿Por qué Almería sí puede hacerlo, Marruecos que está ahí al lado, y nosotros no? ¿Por qué negar la evidencia? De ese aspecto cultural del Pueblo de Melilla no soy yo responsable, pero sí lo soy de no haber convencido a la gente de que juntos sí podemos.

– ¿En qué estado se encuentra el proyecto de ampliación del Puerto?
– Estamos ahora mismo en el tema del impacto ambiental. Cuando lo terminemos, se habrá terminado también el proyecto de construcción para sacarlo a concurso, y eso yo quisiera que fuera en un año, finales de este año, o principios del que viene. Para ello hacen falta muchas cosas. Una, que la iniciativa privada crea en esto. Este puerto no tiene ningún sentido hacerlo exclusivamente con financiación pública, tendría que ser pública y privada, porque si no hay quien venga a trabajar en el puerto y no confía en él, para qué vamos a hacer un puerto? La construcción del puerto también conlleva otras tareas: hay que abrir nuevos mercados, esos mercados se tienen que abrir con inversiones, que vendrán si tenemos energía, si tenemos cuadros humanos formados y si tenemos condiciones fiscales y aduaneras buenas. Es necesario para despegar Melilla económicamente.

– La creación de una zona franca en el puerto lo ha propuesto el PP en su programa para las elecciones europeas. ¿Cómo afectaría esto al puerto de Melilla y a la economía local?
– Creo que sería muy importante. Nos daría la posibilidad no de comerciar con mercancías, como hasta ahora, sino producir mercancía. Que se fabriquen aquí. El otro día, en una conferencia que di, decía que por qué cuando hemos vendido mercancía a Marruecos nunca hemos pensado que podríamos fabricarla aquí. Y ese valor añadido hubiera quedado aquí. La zona franca nos permite eso, que con bajos costos se pueda producir para poder vender y hacernos más competitivos. Eso serían 2.000 o 3.000 puestos de trabajo, y para Melilla cambiaría todo. También nos daría la posibilidad de despachar mercancía con destino a la Unión Europea desde aquí. Eso significaría por ejemplo competir con el puerto de Nador porque las mercancías que despachan desde allí hacia la UE se despacharían aquí y ya no tendrían que hacerlo a su entrada en Europa. Nos da unas posibilidades de relacionarnos con todo lo que es la UE y con el resto de los mercados a unos precios mucho más competitivos, y eso significa desarrollo. Y ese desarrollo, como se hace a base de mano de obra, va directamente a los ciudadanos. Al haber mayor renta hay mayor consumo, y todo se mueve así.

– El puerto es uno de los principales motores económicos de la ciudad. ¿Está llamado a abanderar la recuperación económica que tanto anhelamos para Melilla?
– Yo creo que sí. Aquí tenemos varios modelos. Está el del comercio tradicional, que no sé si está en crisis, pero está claro que no es un sector que genere mucha mano de obra para el volumen de mercancías que mueve. Tenemos también el modelo turístico, con los costes del transporte que tenemos, las vicisitudes de una Melilla pequeña es difícil crear paquetes turísticos que sean competitivos en precio. Es verdad que está aumentando, pero no sirve todavía como base para ser el sustento principal de Melilla. Y después nos queda la fabricación, la industria en Melilla, y para eso se necesita suelo y energía. Ahí está el puerto, que creo que es el motor del futuro de la economía de Melilla. Estoy abierto a que alguien me pueda decir otro modelo y lo vería con muchísimo gusto, y a mí eso es lo que me interesa en definitiva, pero yo no lo conozco. Y por más vueltas que le hemos dado, no lo veo. Si seguimos con lo tradicional tenemos mucha gente parada. ¿Quién va a crear todos esos puestos de trabajo? No tenemos agricultura, tenemos prácticamente muy poco turismo. O vamos a la industria, o tenemos parados. Y para la creación de la industria hacen falta esas cosas que dije en la conferencia. ¿Es posible? Yo creo que sí. El problema es si queremos. ¿Queremos de verdad o no? Si queremos, podemos. Ahora, hay que preguntarse si todos los melillenses queremos eso.

– Volviendo al balance de estos diez años, ¿cómo valora esta década que lleva al frente de la Autoridad Portuaria?
– Sería muy fácil resumirlo en unas frases. Cuando llegué aquí, los números de la Autoridad Portuaria no eran rojos, sino rojísimos, y hoy estamos en números azules y ganamos dinero. Además, con una política cada año creciente en bajar nosotros las tasas, procurar que sean tasas menores, que nos hace ser más competitivos. Han sido años de esfuerzo y de trabajo y de tener las cosas muy claras en este sentido. Saber que el puerto no podía ser un instrumento en sí mismo, sino un instrumento para darle vida a la ciudad. El puerto, cuando yo llegué aquí, vivía casi de espaldas a la ciudad, y hoy está prácticamente integrado en ella. Tengo que agradecerlo a los trabajadores de la Autoridad Portuaria y a los colaboradores que he tenido en estos diez años.

– Sin embargo, su gestión no ha estado exenta de críticas por parte de la oposición. ¿Cree que son justas?
– Cuando se dice que si hicimos la estación marítima y la adjudicamos en corrupción, claro que es absolutamente injusto, aparte de mentira. La prueba está en que no lo dicen claramente, porque podrían estar en el juzgado. Pero es absolutamente falso. Ahí hay otros intereses de otras personas que vieron que sus expectativas no se consolidaron y es más fácil criticar eso. Como es natural, después de diez años, habremos hecho cosas buenas y cosas malas, pero críticas que hayan podido ser constructivas, me parece haber visto solo algunas y las hemos tomado, sobre todo en el puerto deportivo. Las críticas a mí no me molestan. Las que son justas me ayudan. Las que son injustas, que gratis uno dice que este es un corrupto y demás, no me parece ni crítica. Eso es un insulto que no obedece a nada lógico. La prueba está en que lo hacen bajo pseudónimos y sin dar la cara, porque nadie puede decir eso así. Pero a pesar de esos insultos, sabemos que tenemos que seguir trabajando, y que nada nos aparte de nuestro camino.

– Ha mencionado el puerto deportivo. Parece que está en decadencia o, al menos, no atraviesa su mejor momento. ¿Desde la Autoridad Portuaria se está barajando alguna solución?
– El puerto deportivo, una de las cosas que sí soy responsable y que se me ha criticado con mucha razón, es que hemos dejado durante mucho tiempo que aquello fuese una ciudad sin ley. Era chabolismo puro lo que había allí y se ha ido deteriorando el ambiente hasta que ha llegado un momento en que la gente ha preferido buscar sitios alternativos. Es verdad que ha influido la crisis, que la gente va menos, y ahora hay que volver a recuperar esos movimientos que antes eran casi naturales. Ese es un trabajo que tenemos que desarrollar entre todos, pero fundamentalmente los que trabajan allí. Nosotros intentamos animar con la Ciudad Autónoma a hacer escenificaciones teatrales o conciertos de grupos musicales para atraer esto. El mayor problema que tenemos ahora en el puerto deportivo es que a unas determinadas horas de la madrugada se convierte en un sitio molesto porque acuden personas a reventar y con ánimo de pelea. Yo creo que la gran vuelta al calcetín sería que consiguiéramos que el puerto deportivo fuera un lugar para visitar de día, y no exclusivamente de noche. Es decir, que la gente pueda ir a una cafetería o un comercio, que ahora no hay. En ese sentido, vamos bien y tenemos proyectos para cometer y espero que muy pronto podamos decirlo.

– ¿Qué opina sobre la polémica respecto a la línea de Motril? ¿Es necesario declararla de interés público, como piden allí?
– No necesariamente. ¿Por qué no podría haber dos líneas viajando a Málaga? O Almería o Motril. ¿Y quién ganaría? Aquel que tenga mejor servicio y precio. Y eso es lo que debería estar subvencionado para que el esfuerzo que esa naviera ha hecho, se pueda consolidar. Eso es lo que yo creo que se debe trabajar ahora una vez que se quedó desierto. Es muy importante para Melilla que se mantenga la competencia.

– La Operación Paso del Estrecho está a la vuelta de la esquina. ¿Cómo se presenta esta OPE? ¿Será tan buena como las anteriores?
– Sí, yo creo que en la OPE, el inmigrante que vuelve ha decidido hacerlo en su mayor parte por Melilla por la calidad de los servicios que le oferta. Y aunque pueda ser más directo por Nador, mucha gente viene por Melilla a pesar de que tiene que pasar la frontera y demás. Eso provoca algunas molestias que debemos de soportar los melillenses con buen agrado. ¿Por qué? Porque de esa gente de la OPE viven y comen muchos melillenses durante esos meses. Gente que se contrata por la OPE y que tienen una manera de ganarse la vida. Es verdad que ver esas colas de coches y aglomeraciones puede producir alguna molestia, pero es el peaje que tenemos que pagar en Melilla porque somos frontera con Marruecos.

– El espaldón del puerto, obra que se hizo bajo su presidencia, está cerrado por la presencia permanente de menores. ¿Cómo se puede recuperar un espacio que los melillenses usaban mucho?
– Este tema, la verdad, no le veo fácil solución. Lo he hablado varias veces con el delegado del Gobierno, y sé de lo limitadas que están las fuerzas del orden público con la frontera y la presión migratoria. Pero es una pena que nos impidan disfrutar de un sitio que es único porque es de los pocos que permiten pasear por la coronación de un espigón, y que era como recordar algo que había pasado en Melilla hace algunas décadas. Es el peaje que tenemos que pagar, pero tengo que decir que no sé cómo se puede solucionar. No sabría contestar a esa pregunta en estos momentos ni está en mis manos tampoco.

– Echa de menos a José Luis Almazán, que le ha acompañado en buena parte del recorrido en estos diez años?
– Sí. Muchas de las cosas que hemos hecho en estos años han sido con él como director, ha sido un magnífico colaborador. Pero una parte de la ciudad no lo ha tratado justamente porque, con sus defectos y virtudes, ha dado lo mejor de sí mismo para Melilla. Es un hombre que conociéndolo, va a triunfar porque es muy trabajador, serio, riguroso y responsable. Eso son los ingredientes que debe tener el guiso para poder triunfar. No lo echo de menos en cuanto al trabajo porque la directora que lo ha sustituido lo está haciendo a las mil maravillas, pero lo echo de menos en el aspecto personal.

 

Delegado del Gobierno, presidente del PP y del Puerto

Arturo Esteban llegó a Melilla en el año 2000 para ocupar el siempre complejo puesto de delegado del Gobierno en la ciudad. Aquella responsabilidad fue la que le hizo aterrizar aquí después de haber desarrollado toda su trayectoria política en Huelva, primero como concejal y después como senador electo en dos legislaturas. Esteban lleva en Melilla 14 de sus 64 años de vida, en los que además de llevar las riendas de la Delegación del Gobierno en la segunda legislatura de Aznar, también ha desempeñado la máxima responsabilidad de la sede regional del Partido Popular (PP) durante cuatro años. Como él mismo reconoció en una entrevista anterior concedida a este Periódico, su etapa al frente del PP entre 2004 y 2008 sirvió de transición entre la etapa de Antonio Gutiérrez y la actual de Juan José Imbroda. Ahora es presidente del Comité Electoral Regional del PP, que compatibiliza con su puesto al frente del Puerto.

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Redacción

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